Segunda jornada de Liga, y primeros temores atávicos. La derrota en el debut en San Mamés se unía a la noticia de la ausencia en la convocatoria de la Bestia Parda, que parece si bien no se ha resentido, si que ha ralentizado su recuperación en el soleo, con lo que como mínimo, se alargará a 4 semanas la duración de su "tiempito fuera". La ausencia del rosarino en la convocatoria y su sustitución por el juvenil Ansu Fati, de tan solo 16 años, ensombrecieron la, para mí, más relevante decisión, la ausencia de Carles Aleñá, primer señalado oficialmente por Ernesto Valverde en su tercera temporada. Su sustitución en el descanso de San Mamés, no fue castigo suficiente para el técnico, que lo dejó fuera del partido posterior, pese a tener muchas bajas en ataque y muchos jugadores en el medio campo con escasa presencia en el pretemporada. Malos augurios para el del Maresme.
El partido cerraba la jornada, y el visitante era el único equipo que la temporada anterior había profanado el Camp Nou, con una extraordinaria exhibición, el Betis. Un Betis muy cambiado, en nombres, en técnico y en idea de juego, y que también, como los azulgrana, habían sufrido una derrota en el partido inaugural de la Liga.
Para enfrentar a los verdiblancos, Valverde puso en liza una alineación que fue bastante bien recibida entre la parroquia culé, pues por primera vez hacía coincidir en el once a Busquets (inédito en la jornada anterior) y De Jong, en una dupla en la que yo, personalmente, tengo puestas muchísimas esperanzas para reencauzar el juego del equipo en los parámetros que servidor aspira. Sergi Roberto, volvía a actuar de interior derecho, y arriba, un responsabilizado Griezmann, quedaba acompañado de un Rafinha que se ganó a pulso su titularidad en San Mamés, y un Carles Pérez que con la enésima lesión de Dembelé, vio abierta la posibilidad de debutar en el Camp Nou en Liga. Y a buena fe que no lo desaprovechó.
El primer cuarto de hora fue un monólogo muy meritorio del Barcelona. Instalado en campo contrario, con un Griezmann extraordinariamente participativo, con dos extremos bien abiertos que hacían girar a la defensa bética, y una vez más con dos interiores muy altos y abiertos, que posicionalmente facilitaban el pase desde la defensa hasta los extremos para hacer ganar altura al ataque azulgrana. Hasta en media docena de ocasiones rondó el gol el equipo local, hasta que en un pase un tanto arriesgado de Busquets que la falta de agresividad de Rafinha acabó por empeorar, el Betis montó una contra rapidísima que acabó con Nabil Fekir, el fichaje estrella de los béticos, encarando a Ter Stegen, para batirle con un inapelable tiro cruzado. 0-1, y los primeros temores atávicos ante las dinámicas negativas, siempre presentes y punzantes en el subconsciente del culé de a pie.
Sin embargo el equipo, lejos de venirse abajo, redobló la presión en campo contrario, consecuencia de una correcta colocación del equipo y liderada por un extraordinario Sergio Busquets, que se hartó de accionar segundas oportunidades, barriendo balones a lo ancho del último tercio de campo. Carles Pérez amenazaba constantemente y Rafinha, bullicioso ofrecía lo mismo en el otro extremo, con un Griezmann fijando centrales y siempre oliendo la sangre. Lo único que no acababa de fluir era De Jong, que demasiado alto, apenas aportaba con su extraordinaria interpretación de los espacios a ocupar en función de los movimientos de sus compañeros de zona, pero que no pudo brillar como nos tiene acostumbrados. Por fortuna, antes del descanso un gran balón a la espalda de los centrales de Sergi Roberto, lo empaló en escorzo Griezmann para igualar la contienda y aun Rafinha tuvo en sus botas empujar un balón en área pequeña pero de manera incomprensible no acertó con el balón.
Tras el descanso, el Betis se aculó todavía más en su área, y primero Griezmann con un gran disparo y celebración posterior "lebronesca" y luego Carlos Pérez, con control orientado y pateo rápido, encontraban el rincón de Messi de la portería y daban ventaja merecida al conjunto azulgrana. Y antes del cuarto de hora, el enésimo robo de Busquets cerca de la frontal contraria, acababa con un pase a Alba para dejarlo solo ante Dani Martín, que estuvo bastante dubitativo toda la noche, y cerrar definitivamente el partido. El último cuarto nos dejó la confirmación del olfato goleador de Arturo Vidal, que marcó el primer balón que tocó para sellar un gran pase de Griezmann y la presentación en sociedad de Ansu Fati, un niño por aspecto y edad, que ni siquiera había debutado previamente con el Barça B en partido oficial, y que dejó gratísimas sensaciones, certificadas por el abrazo de Messi y su publicación en redes del mismo.
En definitiva un gran partido del equipo, sobreponiéndose a un inicio doloroso, y que nos deja a Griezmann ganándose con premura el perdón de la afición en el campo, tal y como él mismo anunció, a Busquets recobrando las mejores sensaciones, a los chavales Carles Pérez y Ansu Fati como protagonistas inesperados, y a Rafinha continuando en línea ascendente. Veremos el próximo sábado ante Osasuna en Pamplona.
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