martes, 31 de enero de 2017

Jornada 20. Betis-Barça. La discusión teconológica supera a la polémica y aplaza el debate sobre el juego.

Andamos a martes y sigo viendo, oyendo y leyendo que el debate por Madrid se centra en la tecnología, que es una segunda derivada de la discusión. Y es que la tecnología sustituye a la polemica arbitral, que pensé que sería la protagonista de volver a dejar en paso el debate sobre lo que juega el Barça, en el improbable caso de que llegue a jugar a algo (yo, al menos, lo pongo en duda) diferente de que le llegue la pelota a los de delante muchas veces y cerca de la portería contraria.


Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes. La tecnología si es de inmediata aplicación y no influye en el desarrollo del juego, como sí ocurre con el VAR (videoarbitraje), no entiendo que no esté desde hace tiempo en vigor en una competición tan "puntera" como se supone es la Liga Española. Pero, convengamos que, para ver un balón que entra casi un metro, sacado por un tío que está completamente metido en la portería con su pierna más atrasada, y cuyo despeje rebota en el larguero saliendo despedido en una trayectoria absolutamente inverosimil si no se ha tocado desde dentro, y todo ello tras haber cometido un penalti catedralicio un par de segundos antes, no es una cuestión de tecnología. Es de que el árbitro, que estaba de cara en la frontal del área, y el asistente, son malos, muy malos. Y punto. Paso de conspiraciones, no me interesa el asunto.

¿Y el juego? 75 minutos de la más absoluta nada. Una primera media hora que dajamos al rival para coger confianza, marca de la casa de los planteamientos de LE. Y una primera media hora de la segunda parte donde nos meten un repaso sideral, con muy poquito. Ceballos, un tarado con talento, al que solo separa de la consagración un entrenador que le ponga los pies en el suelo. Un medio centro que sepa cambiar el sentido del juego utilizando el lateral alejado, como Rubén Pardo (una de mis debilidades, bien es cierto), un delantero tanque que baja balones (Alex Alegría) y otro experimentado y goleador que pone en aprietos a todo el frente defensivo (Ruben Castro). Y sin balón, presión intermitente, subiendo a los laterales para evitar la salida de los últimos partidos desde Ter Stegen, y que la falta de altura de los interiores hace que con un solo jugador entorpezca la salida por el interior y el lateral. Soluciones a esto por parte de nuestro entrenador, ninguna. Para variar.

Arda de interior volvió a defraudar. Solo el partido de Eibar, jugado a favor de corriente y con Messi en modo marciano extremo, se puede considerar como partido aceptable del turco como interior. El inexplicable Mathieu que no es capaz de dar continuidad en la salida ni siquiera sin contrarios. Rakitic, echando por tierra su mejoría de los últimos encuentros, y Denis, asustado y escondido todo el partido. Cuando a esto se le suma un día en que Messi no gana solito el partido, pues tenemos el esperpento que vimos en Heliópolis. Y eso que el pequeñin, aun en barbecho, dejó solos a sus compañeros de delantera en una ocasión por parte; Neymar la volvió a fallar y el uruguayo la volvió a meter.

Ter Stegen fue la única noticia positiva del partido, a mi modo de ver, pese a fallar en el gol del Betis por falta de contundencia en la salida. Un buen grito y un par de tíos por el suelo, independientemente de la camiseta que lleven, y no vuelve a haber aglomeraciones en su área pequeña. Fuera de este error, sostuvo al Barça con 0-0 y evitó el segundo antes del empate. De hecho, lo mejor del juego posicional del Barça en el último mes, está en el portero; así está el asunto...

Voy a ser un tanto excedido, pero así lo siento: el Barça de LE es el Barça que peor juega al fútbol desde el de Robson del 96, que también fiaba todo a un extraterrestre, Ronaldo Nazario. Todos los equipos, independientemente del tipo de planteamiento, nos superan tácticamente, a excepción del partido de Las Palmas en el Camp Nou. El equipo vive de lo buenísimos que son muchos de sus jugadores en puestos clave (Piqué, Iniesta, Neymar, Suarez y, sobre todas las cosas, Messi). Incluso el más perjudicado por la absoluta falta de control de los partidos, Sergio Busquets, el día que nos falta lo echamos de menos como una cerveza fría después de un partido en verano. 

Pero esto es lo que hay, y no va a cambiar. Al menos, mientras sigamos con este entrenador, difícilmente discutible en cuestión de títulos; pero igualmente indefendible en cuestión de juego, riqueza táctica o decisiones que cambien el rumbo de un partido. Esperemos que nuestro exitoso entrenador asturiano tenga a bien, a final de temporada, consagrar su vida al deporte extremo, y dejar paso a un entrenador que de verdad trabaje para lo que necesita este Barça; prepararnos para el día que Messi no esté, que cada crónica que hago está más cerca inexorablemente, y eso que espero que no sea dentro de 17 meses. Mientras esté Messi por aquí, los resultados vendrán solitos, a poco que no le molestemos.

Mientras, las cavernas a lo suyo, desviando. Una hacia la polémica en vez del juego, y otra hacia el debate sobre el uso de la tecnología en vez de la polémica. Yo ya no sé...


lunes, 30 de enero de 2017

Crónicas Sallemistas: Cuando el Fútbol es una puta mierda by @culedechamberi

Repasando hace pocos días las entradas del Blog, la verdad es que me estaba quedando un bucólico panegírico del fútbol, incluso rozando lo fatuo. Y todo el que le ha dado un poco a esto sabe que hay un lado oscuro. Ese lado oscuro del fútbol es muchas veces inconscientemente apartado o diluido por la propia mente. El cerebro del futbolero desarrolla inteligentes anticuerpos ante situaciones como la que me tocó vivir el pasado sábado, evitando así, la retirada masiva de futbolistas amateurs. Son situaciones que suelen venir, curiosamente, tras haber alzado en exceso la testuz. Viene el fútbol, el puto fútbol, y te calza una hostia en forma de media docena de goles en contra, que te recuerdan cuál es tu sitio.

La semana ya venía con media estocada en las agujas. Había pasado la segunda mitad, desde el miércoles más o menos, destemplado; con temblores y tiritonas cuando salía del despacho hacia el coche, desde el garaje a casa y se veía claro que la gripe andaba, agazapada en cualquier esquina, esperando para darme el golpe de gracia y postrarme en la cama para unos cuantos días. Al final, conseguimos darle esquinazo, y llegamos, digamos que dignamente, al sábado por la tarde.

Tras dejar a las niñas en casa del Campeón, con las suyas, nos pusimos camino al campo para jugar el penúltimo partido de la primera vuelta del Campeonato, comentando que con los seis últimos puntos que nos quedaban, que considerábamos factibles, llegaríamos en una posición magnífica para certificar la permanencia en la segunda vuelta, una vez comprobado que tampoco es que hubiera ningún Brasil del 70 entre los rivales. Hablamos también, error garrafal, que si quitábamos los dos primeros partidos, en los que habíamos pecado de noveles, estábamos en los mejores números defensivos del Campeonato. Hablar de esto y recibir media docena, ¡kagüentó!

Ya desde el calentamiento la cosa se torcía. Temperatura fría y humedad me tenían tan destemplado como toda la semana, los focos, como casi siempre en malas condiciones, hacían desaparecer la pelota en balones cruzados relativamente sencillos de atacar, convirtiéndolos en imposibles. Y encima, me hice daño en un dedo al final del calentamiento, mala señal. Eso sí, eramos 16; situación que juro no recordar la última vez que pasó.

Empezó el partido, y el fútbol salió dispuesto a ponerme en mi sitio bien rapidito, casi diría que con prisas. Salimos fríos, descolocados, faltos de concentración, desconectados del partido, y en (casi) la primera jugada de ataque, entran fácil al área, no acertamos en cortar ni despejar, y su delantero solo a bocajarro, fácil, me pone la primera vacuna

Piensas, mal empezamos... pero queda tiempo para arreglarlo. Arreglarlo, eso fue lo menos malo de toda la noche. De ahí, para adelante, todo son desgracias y errores, muchos míos, para que vamos a andarnos con paños calientes. En el segundo tiro a puerta, un balón de 25 metros, bien tocado pero facilísimo, no sé que pasa pero se me escapa entre los dedos cuando estaba ya casi blocado y entra. 2-0

La siguiente jugada, se lesiona el Capi, y entra Guille, el tío de largo más seguro con el balón en los pies. Pues bien, (casi) la primera bola que toca, al pasar atrás deja solo al delantero de ellos, que fácil, la vuelve a poner en la jaula. Tercera vacuna. Y antes del descanso, una salida de balón sencilla  entre portero y defensa, acaba en los píes de un contrario que desde más de 30 metros, me pilla adelantado; reculo lento, salto a destiempo, pues el balón venía más lento de lo que calculé, y pese a tocarla, entra mansamente para dentro. 4-0 y al descanso. Un jodido desastre.

Pero ahí no acaba la cosa, en la segunda parte, tras por fin parar una, en otro intento de vaselina del delantero, que nunca se había visto en una de estas, salgo jugando con el pie, la toco mal y se la dejo a un contrario que a puerta vacía, me hace el quinto. Y unos minutos más tarde, tras acortar nosotros, grito a mi defensa, quizás un tanto tarde, en un balón cruzado a la frontal del área que acaba en los pies del feliz delantero, que espero al menos tenga que cotizar en el IRPF todos los regalos que recibió en 90 minutos. Ahí estaba la media docena, y el fútbol meándose en tu cara, regodeándose de tu conversación previa al partido con lo de los mejores números defensivos. ¡Ahí los tienes, figura!

Al menos los chicos tuvieron un rato de juego y pusieron un digno 6-4 que maquillaba el rapapolvo, y hasta en algún momento, a falta de algo menos de 10 minutos, ponían un tanto nerviosos a los contrarios. Típicos  tipos simpáticos cuando ganan, (que diría mi amigo Luke) y profundamente desagradables cuando un partido se les complica. Hubiera sido gracioso que hubiera entrado un quinto, a ver qué cara se les quedaba a los de la media docena. Pero me temo que tendremos que esperar hasta allá por mi cumpleaños, en mayo, para hacerles un Iñigo Montoya. Que se preparen para morir, que tiempo tienen.

Pero no penséis que esto iba a quedar mínimamente poético, porque esa media docena no era la última palabra que el puto fútbol tenía para mi. Esa media docena me servía en bandeja un post suficientemente literario para  mi crónica, una especie de autofustigación lírica, que él, el fútbol no estaba dispuesto a ponerme en bandeja. Le quedaba todavía un final al nivel del vapuleo previo, y un par de contras en los últimos 5 minutos, acabaron en sendos mano a mano, que a modo de descabello, descabalgaban esa alusión a la media docena, con dos pinchazos certeros, puntilla para uno de esos días, en los que te acabas por alinear con tu padre, que no para de repetirte que ya no tienes edad para andar jugando por ahí.

Pero, hasta en estos días, el fútbol te deja una salida honrosa, como hasta ahora siempre ha hecho; volver a insertar moneda el próximo fin de semana, calzarte las botas, ajustarte los guantes para poder tomarte cumplida revancha, y volver a disfrutar haciendo lo que te gusta: jugar al fútbol. Y hasta el día de hoy, todas mis revanchas fueron objetivamente mucho más intensas que los sinsabores que las precedieron. Y por muy devastadores que éstos fueran, al final, solo son parte del aprendizaje que en el fútbol y en la vida nunca te muestran su punto final, sino el seguido. Y que así sea por mucho tiempo.




Nota: Pido perdón por los excesos verbales de la crónica, impropios de un hombre cultivado, ilustrado, padre de familia y suficientemente adulto. Son hijos de la desesperación, del desconsuelo y de la intesidad con la que uno, pese a las canas que ya peina, más en la barba que en la despejada frente, sigue viviendo los partidos. Y ya viene siendo un poco tarde para cambiarme, creo yo.

jueves, 26 de enero de 2017

Historias de Fútbol. ¿Cuantas veces os salvó el fútbol? A mi, unas cuantas...

Hace unos días, leí un artículo de Enrique Ballester,  que aquí podéis leer, que se titulaba Don Fútbol, y las veces que de una manera u otra, el fútbol, le había salvado la vida. Yo me sentí tremendamente identificado con lo que decía, y por eso me he decidido a escribir esta entrada, con la que quiero inaugurar, la sección de Historias del Futbol, que como dije queda absolutamente abierta para que los que de una manera u otra, formáis parte de este experimento de Culé de Chamberí, podáis tener una tribuna donde expresar cualquier historia relativa al fútbol, jugado o visto.

Yo, como culé residente en Madrid, no he tenido la posibilidad de vivir mucha grada, de ir cada domingo a ver a mi equipo, por lo que las veces que el fútbol me ha salvado, ha sido por haberlo jugado.

Y todos los que hemos jugado al fútbol hemos experimentado en mayor o menor medida situaciones similares. El fútbol, el puto fútbol según la acepción de madres, novias y esposas en muchas ocasiones, en el que hemos dejado (pero nunca malgastado) tanto tiempo, energía y, en muchos casos también, dinero, por no hablar de los sufrimientos que nos ha hecho pasar; esas lesiones, esas rodillas peladas para toda la semana, esas noches sin cenar, esos disgustos, esa falta de sueño, y hasta algunas de las lágrimas que has vertido en tu vida.

Yo, os voy a contar algunas veces en mi vida, en las que el fútbol me ha abierto una puerta, de las más distintas índoles. Y es que el fútbol, como decía el artículo antes mencionado "siempre está ahí, esperándote. Cuando te va bien y cuando te va mal, cuando te obsesionas o lo dejas un tanto abandonado".

Mis primeros recuerdos de que el fútbol me salvara la vida, fue en los dos cambios de residencia que tuve muy de niño. De Jávea a Valencia y de Valencia a Madrid. En aquellos tiempos, los primeros amigos fueron los que jugaron conmigo al fútbol el primer día en el patio. Entonces, mi vocación de guardameta todavía no había despertado, y no era más que un zurdo más o menos aseado técnicamente, al que el fútbol insertó en el grupo rápidamente, abrazando esa sensación de pertenencia absolutamente impagable a edades tempranas.

Algo así, muchos años más tarde, me ocurrió también, cuando me fui a vivir a Portugal. Expatriado, solo, con una tarea por delante mucho menos atractiva de lo que creía llevar en la maleta el primer día. Era el único español de la compañía, y al tradicional recelo que hacia los españoles tienen en Portugal, se sumaba la cristalina percepción que de mi tenían mis colegas, y que luego con el tiempo, cuando muchos de ellos ya amigos me confirmaron: la direçao en Portugal me había ya encasillado como espía de los españoles, aquellos que tomaban decisiones que afectaban a sus vidas a 600 kilómetros de distancia. Se me pusieron todos los obstaculos para encajar. Hasta que una tarde, un informático muy majete, a la par que ingenuo, me invitó a jugar con ellos al fútbol al final de la jornada de trabajo. Ahí, yo ya era un portero como dios manda, y llevaba el kit de portero siempre a mano: botas, espinilleras y guantes. Jugué ante las al principio desconfiadas miradas de mis compañeros de pachanga, pero desde aquel "o espanhol defende com o caralho" que se fue propagando como un reguero de pólvora por Sintra, una parte importante de aquellos tipos, que compartían conmigo campo los lunes en el polideportivo de Odivelas, comenzaron a verme con otros ojos, volviendo a sentir aquella sensación de pertenencia de la infancia.

Y no solo me abrió las puertas de la aceptación, sino que también me las abrió en el trabajo. Una vez acabadas las experiencias por el fútbol regional, entré en un equipo, que todavía es el mío, el Sallema, en el que los que empezamos por entonces, hace veinte años, y todavía seguimos, éramos "los juveniles". Pagábamos la mitad de la cuota y jugábamos rodeados de tipos bastante mayores que nosotros, muchos de ellos muy bien colocados profesionalmente. A uno de ellos, habiendo ya sido aceptado en su empresa en secreto a sus espaldas, le pregunté si habría otra posición dentro de la compañía en la que pudiera cuadrar, que no fuera la financiera que tan poca gracia me hacía, pero para la que me habían ofrecido trabajar. . Y así es como empecé a trabajar en mi empresa actual, en un puesto más atrayente que el de dedicarme a los asientos contables, como en un principio había sido reclutado.

Además, el fútbol te da la oportunidad de conocer a gente de todo pelaje. Y es que un balón, dos porterías y una misma camiseta te convierten en camarada de sangre de tus compañeros, durante el tiempo que compartas objetivo: ganar partidos. Gracias a los equipos en los que he tenido la suerte de jugar, he ganado grandes amigos, y he aprendido a tratar, entender y apreciar a gente de todo tipo, lo que me ha ayudado a lo largo de mi vida a enriquecerme extraordinariamente como  persona; dándome la posibilidad de conocer realidades ajenas a las de mi entorno más cercano.

Y todavía, el fútbol sigue siendo muchas veces esa válvula de escape, en la que uno puede volver a la esencia, sin importar los años que hayan pasado, los problemas laborales, sentimentales, familiares o personales que uno tenga. Cuando el balón rueda, y en mi caso ya desde el momento que me enfundo los guantes, uno se siente de nuevo trasladado a la infancia, a aquel niño que jugaba en el patio del recreo, cuyo único objetivo en la vida, era ganar aquel partido, que terminaba cuando, a regañadientes nos obligaban a volver a clase. Esa sensación de plenitud, que muchos calificarían (entre ellos yo) como  felicidad, ¿verdad?.




miércoles, 25 de enero de 2017

Jornada 19. Eibar-Barça. Messi reina en el partido que vuelve el Ter Stegen que necesita el equipo

Por segunda semana consecutiva, el marcador obliga a que me envaine mi crítica en la previa a la alineación del amigo Luis Enrique, que en esta ocasión ponía a mi juicio dos herejías, una conceptual y otra por las características del jugador en cuestión. Pero la goleada a favor no empaña las razones por las que no me gustaban esos dos cambios en la alineación inicial.


El primero era hacer descansar a Piqué, justo el día que Mascherano está sancionado, provocando jugar con dos centrales zurdos. Sin entrar a discutir las capacidades de los mismos (e imaginaros lo que me cuesta esto, siendo uno de ellos el inexplicable Mathieu), para mi es un riesgo a evitar por una cuestión conceptual. Y es que los zurdos, y sé bien de lo que hablo, son mucho más laterales que los diestros; es decir en cuestiones naturales (no culturales o de que el mundo está diseñado como si todos fuéramos diestros), como puede ser el fútbol, a los zurdos les cuesta mucho más utilizar el sector derecho, ya sea de pierna o brazo, lo que ocasiona que por ejemplo en este caso, el zurdo que juega de central derecho tenga muchas más dificultades para poder defender y sobre todo sacar el balón desde su posición por su lateralidad. Es por ello, que Umtiti estuvo incómodo durante gran parte del partido, y tuvo que ser Ter Stegen el verdadero tercer central en la salida de balón, como luego volveremos más adelante.

El segundo, es el posicionamiento de Arda Turan en el interior. Arda, que en un equipo con 1-4-4-2, como el Atlético de Madrid, podría ser un interior de nivel, más llegador, en un esquema como el del Barça, en el que el interior es mucho más posicional en el 1-4-3-3. Con posición de balón, el interior del Barça tiene tres misiones que yo llamaría principales: dar continuidad al juego de posición en la búsqueda del momento de habilitar a los delanteros, realizar desmarques de ruptura para poder habilitar el espacio propio de su posición para que los puntas de banda (Neymar y principalemente Messi) puedan recibir en tres cuartos y cambiar el ritmo de la jugada, y también vigilar las espaldas en las subidas de su lateral. Arda es un jugador más de conducción que de combinación, no se le ven desmarques como a Denis, Rafinha, André Gomes o Rakitic, y hasta el sábado y pocas veces tenía la disciplina para ser el guardaespaldas de su lateral. Es evidente que la dinámica del partido favoreció mucho el juego de Arda, ya que hubo mucha transición y poco ataque posicional continuo. Además, su desempeño defensivo a mi gusto fue extraordinario. 

Tras unos primeros minutos de igualdad, el Eibar se hizo con el partido por unos diez minutos, diría que del 15 al 25, en que los armeros, con una gran presión, profundidad y apoyados en la diana de Sergi Enrich, pasaron por encima del Barcelona, que se sostuvo gracias a un Ter Stegen que esperemos con el nivel mostrado el sábado se ponga al nivel de sus condiciones y de las expectativas al menos en mi despierta. Tras esos diez minutos, el Barça comenzó a salir con más claridad, y tras un primer error de Suárez ante el primero de los múltiples pases extraordinarios de Messi, Denis agarró un rechace en la frontal y con un gran golpeo de empeine marca un golazo raso a la derecha del portero. 

A partir de ese primer gol, hasta el final del partido, festival de pases en profundidad de Messi que no acababan de culminar sus compañeros. Siendo así, decidió empezar y acabar una jugada y en combinación con Luis Suárez, en una especie de amago, con un toque sutil, casi un control orientado hacia la red, marca el 2-0. De ahí, una pelea ganada de Suárez con el central, acaba con un mano a mano y posterior gol, y al final del partido, Neymar, por fin consigue marcar en jugada ese gol en jugada que llevaba ya muchos partidos buscando, tras una buena asistencia de Aleix Vidal, que volvió a sumar minutos de calidad en el lateral derecho.

Como afortunadamente lo de Messi, ya es casi rutina, y vimos otro partido sobrenatural ejerciendo de mediocentro, mediapunta y delantero a la vez, me gustaría hacer una mención al partido de Marc André Ter Stegen. Como apunté la semana pasada en mi post sobre el cambio de guardia de la portería del Camp Nou, para mi Ter Stegen estaba teniendo un rendimiento decepcionante, no por sus errores, que se pueden circunscribir a la cagada de Vigo, sino porque no ha evolucionado lo que uno esperaba. Además sigue siendo excesivamente conservador posicionalmente, viviendo demasiado retrasado, incluso en balones aéreos, que como vimos el sábado tiene todas las condiciones para dominar. A esto se le sumaba el cambio de criterio en la salida de balón, que en vez de dejarlo a criterio del portero, primaba el balón en largo para superar la presión del rival, cada vez más extendida entre los rivales blaugrana. El domingo en Eibar, ante unos centrales con problemas en la salida de balón, Ter Stegen dio un paso adelante, 57 pases con un 80% de acierto, muchos de ellos de más de 30 metros como se puede ver en este video

Dominador en el juego aéreo ante un equipo muy potente en este tipo de juego, segurísimo en el blocaje como siempre, realizó además, 2 o 3 paradas de bastante mérito, aunque la que todos consideran un paradón, a tiro de P. León, para mi es una mala elección en el direccionamiento del rechace, puesto que llegando con esa claridad, lo más conveniente es prolongar la pelota a córner por encima del larguero. En cualquier caso, este es el Ter Stegen que yo espero ver siempre que leo que la alineación del Barça comienza por su nombre. Le seguiré especialmente en las próximas jornadas.

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martes, 24 de enero de 2017

#Crónicas Sallemistas. Empate viniendo de dos goles abajo que pudo ser victoria.

Uno de los objetivos del nuevo año era introducir a mis "coéquipiers" en las Crónicas de nuestros partidos del fin de semana. La semana pasada, entre mi ausencia encerrado en la nieve del Pirineo de Lleida, y la derrota y decepción ante un rival directo por la permanencia, tuvimos que aplazar la primera de las entradas de esta nueva sección del Blog: Crónicas Sallemistas.

Arriba de izda a der: Cote, Fabas, Josele, Ivan, Tate, Largo y Culé de Chamberí
Abajo: Nacho, Asier, Alejandro, Charly y Alberto el Capi.

Y como no, estrena esta nueva aventura, mi cronista de guardia, que con esta ya hace hat-trick de crónicas en el Blog, liderando las colaboraciones, tanto en cantidad como en calidad hasta el momento: nuestro carrillero treintañero Josele.

Josele fue el primer fichaje de la incipiente Dirección Deportiva del Sallema. Me explico: la mujer del Capi trabaja en RRHH y tiene la indicación de reclutar solo futbolistas de pedrigrí, susceptibles de ser abducidos por el sallemismo. Ni nivel de inglés, ni pollas, que sepa jugar, jajaja. 

Se desenvuelve por el carril derecho, generalmente de lateral, puesto con el que se hizo a base de vudú a la competencia, pues cada vez que se quedaba en el banquillo no pasaba media hora sin que tuviera que salir por lesión de un compañero. Ante esta perspectiva, el Gabinete de Crisis decidió que era mejor hacerle titular.

El chaval cogió rápidamente de qué iba esto, como bien explica en su crónica, y cada vez está más adaptado a su rol. Ya solo le falta gritar mentando a la madre del interior de su lado cuando le hagan dos para uno en banda, pero mucho me temo que eso no se lo veremos hacer (aunque para eso ya estamos el capi y servidor). Últimamente, se empieza a prodigar en ataque con más que aceptable acierto y ya ha tenido hasta un larguero, además de varios centros y asistencias, que por poco no han acabado en gol. 

Aporta también cierta juventud, pues apenas hace un par de meses cumplió los 30 (¡¡maldito jovenzuelo!!), y la media del equipo cuando juega puede que hasta baje de los 40 y todo. Siempre es positivo, se deja orientar y pocas veces desatiende sus obligaciones defensivas, pese a que está un tanto reciclado a la posición de defensa lateral derecho. Además, entre sus carencias en cuanto a medios de transporte (no tiene coche), la inexistencia de marcaje individual post-partido (no está casado, ni tiene hijos) y que se le nota que no hay que azuzarle demasiado para echarse unas risas y unas cañas, es más titular todavía en el tercer tiempo que en el partido.

Si a todo esto le sumas que escribe muy bien y siempre está de guardia para hacerme una crónica, para mi, como diría Pellegrini, es titularísimo. Os dejo con su crónica:



Si me preguntan cuando llegué a Madrid cuales son mis planes para mi vida en la capital, probablemente en ese momento, uno de los últimos sería volver a jugar al fútbol. De hecho, tuvieron que pasar varios años hasta que surgiera la oportunidad. Tengo que decir, que creo que a estas alturas, y dado que se tarda poco en hablar de mis cualidades futbolísticas, la única forma de que volviera a estar 100% comprometido con un equipo de fútbol era encontrar a Sallema.

Porque jugar en Sallema, no es solo jugar al fútbol, es que juegas con tíos que saben mucho de esto, tíos con quienes te lo pasas muy bien, en el campo y fuera, que lo dan todo y ponen en evidencia a cualquier grupito de jóvenes venidos a más en el deporte rey, bien ordenados, que saben lo que hacen y te ayudan a saber como hacerlo tú. Jugar en Sallema, supone que no solo disfrutas las dos horas de partido, porque nuestro partido no termina en dos tiempos, porque si buenos son durante los 90 minutos, mejores son en el tercer tiempo.

En mi primera temporada en Sallema, conseguimos el ascenso a primera división. Me costó desempolvar mi humildes cualidades futbolísticas pero desde el primer día aprendí que puedes hacerlo mejor o peor, pero en el campo con Sallema, hay que dejárselo todo. Por eso, los que me van conociendo, saben que cuando más me cabreo conmigo mismo en el campo, no es porque no consiga dar un buen pase, o no haga un regate (habré hecho 1 o 2 desde que llegué jajaja), sino cuando no siento que lo esté dando todo en el campo.

Esta primera temporada en la nueva categoría no está siendo de fácil adaptación, el salto de calidad de los rivales es importante, y aunque como decimos, competimos todos los partidos, a veces no es suficiente para estar donde creo que nos merecemos estar, que es fuera de los puestos de descenso.

Este último partido lo jugábamos contra otros recién ascendidos como nosotros, de hecho el campeón de nuestra liga del año pasado, un equipo que ya despuntaba y que este año va bien clasificado. Nosotros nos plantamos en el partido una vez más con las ganas de dar guerra, a pesar de jugar de nuevo en un campo grande, que nos perjudica muchísimo, y de seguir sin poder completar una convocatoria como nos gustaría.

Entramos fríos en el partido, supongo que además de por el retraso del árbitro, por la preocupación de la mitad del equipo de que ese retraso fastidiaba la segunda parte del domingo familiar que habían planificado ;). Durante los primeros 5 minutos de partido, nos dominaron y nos desbordaron por las bandas, mala señal, porque hemos tenido malas experiencias con los desbordes en las bandas en los últimos partidos. Tuvimos que escuchar la voz, y buena voz que nos pegó, del Capi para empezar a asentarnos en el campo.

Poco a poco nos fuimos haciendo con el campo y con el partido, el equipo se adaptó bien a las dimensiones del terreno de juego, cada vez recuperábamos más rápido, y empezamos a creer en nosotros, nos dimos cuenta de que les estábamos haciendo daño y que podíamos contener sus acometidas en defensa de forma aceptable. En los siguientes minutos, tuvimos hasta tres ocasiones de gol, incluso un gol fantasma (que lástima habría sido mi primera asistencia de gol), teníamos el partido donde queríamos.

Cuando mejor estábamos, un fallo en defensa provocó el primer gol del equipo rival. Una sorpresa y un mazazo, y la sensación de que no lo merecíamos. Conseguimos reponernos y aguantar hasta el descanso, donde llegamos con la sensación de que nos íbamos perdiendo pero merecíamos ir por delante en el marcador y que el partido lo podíamos sacar adelante.

Con el inicio de la segunda parte, llegaron los peores momentos para el equipo, un servidor, tuvo que pedir el cambio, el partido se estaba poniendo complicado y la lesión en la pierna izquierda me estaba impidiendo rendir al máximo nivel. El rival decidió abrir el campo y eso comenzó a hacer daño. En estos minutos, se agrandó la figura de nuestro portero. Temporadón del Culé de Chamberí, está siendo una pieza clave en el equipo, y sus intervenciones providenciales cada fin de semana. Pero aún así, el partido aún tenía que complicarse un poco más. Un penalti en una jugada que a priori no tenía peligro hizo que el rival se pusiera 0-2.

En este momento, y con los dos cambios realizados, tocaba mover piezas dentro del campo para buscar una solución. Nuestro Capi, que hasta aquí había destacado por una asistencia en propia puerta, si, suyo fue el fallo que provocó el primer gol jejeje, tomó una decisión táctica que hizo que volviéramos a recuperar el control del partido y compensó su error, moviendo los jugadores de banda.

En unos minutos y tras varias ocasiones de peligro a favor, nuestro delantero Jose, sacó petróleo de una jugada en la que poco tenía que hacer, provocó un penalti y consiguió que expulsaran por segunda amarilla a un jugador del equipo rival. No sin algo de incertidumbre, nuestro jugador franquicia, Tate, acortó distancias en el marcador. Tiró, paró el portero y en el rechace marcó plácidamente, según nos decía lo hizo aposta jeje, eso nunca lo sabremos.

Nos metíamos en el partido, un partido que se convirtió en un correcalles. Y en este correcalles, en una jugada en una zona intrascendente del campo uno de nuestros jugadores más destacados del partido Asier, sacó de nuevo petróleo con una falta que suponía la segunda amarilla para otro jugador del equipo contrario dejándolos con nueve, tarjeta por otro lado inocente y merecida. Era nuestro momento y supimos aprovecharlo, solo unos minutos después, Alejandro hacía el empate. De aquí al final del partido, volvimos a dominar y crear peligro y nos quedamos con la sensación de que podíamos habernos llevado los tres puntos.

Al final, como decía, nos quedamos con la sensación de que este partido podíamos haberlo ganado. Pero con la frialdad de las horas que van pasando y analizando el partido, pregunto, ¿Perdimos dos puntos o ganamos uno?. Yo que soy de filosofía optimista, creo que ganamos uno, porque igual que merecimos acabar la primera parte ganando, tuvimos 15-20 minutos en la segunda en la que de no ser por nuestro portero podríamos haber encajado 3 ó 4 goles. Chicos nos falta un puntito más, que seguro que vamos a poner en la segunda vuelta, y empezaremos a ganar partidos, la salvación no está tan lejos, estoy seguro de que lo conseguiremos.


Después de los noventa minutos reglamentarios, los otros noventa añadidos clásicos de Sallema, el tercer tiempo, donde sin duda, siempre salimos victoriosos. En esta ocasión faltaron algunos de los habituales, así que dejaré para otra crónica en la que hayamos estado todos, el contar con todo lujo de detalle la táctica de juego que usamos en este tramo del partido cada fin de semana, ahí ya os lo digo, no hay equipo que nos gane.



Espero vuestros comentarios. Es más, quien no comente no juega el finde, que aquí lo que cuenta es la implicación 😉

lunes, 23 de enero de 2017

#ComoHaJugadoElMadrid Una crónica en lo social, y también en lo futbolístico by Telmah.hamleT

Tras las dos derrotas consecutivas una vez conseguido el récord de imbatibilidad, el Madrid se presentaba en el Bernabéu para recibir un Málaga en horas bajas, y sin duda, lo mejor del partido es la crónica que sigue a mi voluntariosa introducción para no desentonar en exceso con la parte sustantiva de la entrada.



Esta jornada en #ComoHaJugadoElMadrid tengo la suerte de poder contar con Ernesto, uno de aquellos hombres del Renacimiento, cultivado, polifacético y muy aficionado a los palíndromos, que lo mismo te vende un proyecto de muchos megawatios en Cánada para una multinacional española, que te deja boquiabierto con una fotografía de nuestros hijos o de un paisaje que podrían perfectamente aspirar al Pulitzer de la cotidianidad. Un tipo que azuza una tertulia en un grupo de whatsapp apelando a los más profundo de las conciencias, o corre 25 kilómetros a las 7.30 de la mañana de cualquier gélido sábado en los arrabales de Pozuelo, masticando sus pelotas para narcotizar los dolores del esfuerzo.

Futbolísticamente, podríamos decir que se incorporó ya un poco tarde, aunque recuerdo perfectamente sus pinitos en nuestro equipo de juveniles, donde un entrenador de aquellos cortoplacistas y sin visión, le cortó justo al final de la pretemporada. Por eso quizás tiene un visión más lúdica y sana de lo que significa jugar al fútbol, y difícilmente se le ve crispado, salvo aquella tarde en que le sobrevino la mítica "pedrada" en un de sus ciclópeos gemelos, y se giró para insultar al contrario, seguro de que le habían pegado una patada descomunal. Suele jugar en posiciones defensivas, pero no es extraño verle descolgarse hacia el ataque en búsqueda de un gol, con el que se cita en más ocasiones de las que su posición y golpeo harían suponer. Para él es la manera de disfrutar con los amigos, competir sanamente, e imagino (esto ya es de cosecha propia) evadirse de la tensión de la vida profesional.

Hasta ahora no se había asomado en las crónicas porque no forma parte de la pléyade de #MisVikingos  más habituales del Bernabéu, y gusta de oir los partidos por la radio, a la antigua usanza, mientras acumula kilómetros en sus piernas, deshaciéndose de esos kilos que su voracidad circunstancial, según nos cuenta, le endosa. Esta semana, como iba a verlo en directo en el campo, se postuló para hacer la crónica, y pese a lo prominente de las expectativas, en mi opinión ha conseguido superarlas con creces. Os dejo con su crónica.


Hoy fui al fútbol. Voy ocasionalmente con algún amigo  y dependiendo del partido nos ponemos al día de nuestras vidas. Si el partido es intenso nos limitamos a ponernos al día de lo más relevante (véase casamientos, incremento de la familia, cambio de trabajo y poco más). Si el partido es como el de hoy… mi amigo hoy desayunó huevos con beicon, al estilo inglés, porque se levantó tarde. Preferías hablar de cualquier cosa antes de encabronarte por lo que pasaba en el campo. Y eso que el Madrid ganó.

Lo escribo con el afán de participar en un evento sociológico futbolístico iniciado por el responsable de este Blog. A mí la iniciativa me tiene ganado en lo social, es una de esas cosas que hace que el mundo sea un poquito más habitable. Sin más, sin grandes alharacas, no va a cambiar el mundo, ni lo pretende, simplemente es un poquito, casi imperceptiblemente, mejor. Esta iniciativa completa a su autor y enriquece a los que participan en ella, y de alguna forma muestra sus respetos y agradecimiento al fútbol, que tanto nos ha dado.

Esta Blog era inevitable, y por inevitable me refiero que hay cosas que sabemos que pasarán y que solo nos preguntamos cuando y como. Era inevitable al igual que inevitable era que William Munny saldase cuentas con los responsables de haberle rajado la cara a la joven prostituta.

Al comenzar Sin Perdón, Munny no sabía cuál era su destino, pero todos los espectadores solo nos preguntábamos cuando y como ocurriría. Lo de Culé de Chamberí con el fútbol es lo mismo. Supongo que el primero en notarlo sería su padre al ver cómo le brillaban los ojos con los partidos del Barça y como, ya con 8 años, pontificaba con voz tronante sobre la estrategia del equipo.  Luego lo supimos los demás, bien cuando tronaba en el campo cual capitán Ahab gritando para arponear al delantero rival y evitar el gol o bien cuando con los ojos vidriosos y la esperanza perdida, como en el cazador, jugaba a la ruleta rusa del Ron Pujol, respondiendo preguntas inverosímiles sobre el fútbol, sabiendo que él no fallaría, que en eso no, que no había bala que le alcanzase.

Pues eso que era inevitable. Igual que era inevitable que alguien que siente el fútbol, pero no lo entiende hiciera la crónica de un partido. Por eso me he alargado en lo social, ya que en lo futbolístico…yo poco: sigo escuchándolo en la radio, y mi visión de la jugada es como la de Cristiano Ronaldo. Generalmente errónea.

Sobre el partido de hoy.

El Madrid empezó con el balón, orden no tenía, intensidad tampoco pero le dio para llegarle al Málaga y fallar dos o tres ocasiones claras. En el arranque el Málaga lo intentó presionando arriba pero no generó peligro. El Bernabéu estaba nervioso, con ganas de pitar. A mi lado hablaban de Danilo, recordando cada una de las razones por las que no debería estar en el Madrid. Y ya puestos casi las razones por las que no debería jugar al fútbol. Y eso que no estaba en el campo. Mala señal. Por mi parte ya habíamos acabado con los temas de actualización vital nivel 1. No era ni el minuto 15. Muy mala señal.

Llegando al minuto 15, el Chori Castro tira al palo, si bien sería más exacto decir que la indolencia de la defensa madridista invitó al Chori a tirar. Al minuto otra oportunidad clarísima del Málaga con la colaboración de Keylor, inseguro hoy (alguno añadirá que siempre). En las jugadas por alto sufrió, además su defensa no le escucha, Keylor les da indicaciones que no siguen. Desconozco si por inoportunas o porque no le respetan.

Los siguientes minutos no invitan al optimismo. No es que el Málaga generase mucho peligro, es que el Madrid estaba asustado. Ya por entonces el Bernabéu había silbado a Cristiano y a Benzemá. Se lesiona Marcelo. Mi vecino dice que se veía venir, que le tocaba a él lesionarse. Entra Isco. Yo mientras ya hablaba de lo que había hecho estas Navidades. En el campo no estaba claro que tocaba ahora. Y tocó Ramos. Testarazo precioso. Gol. Al poco, de nuevo Ramos, esta vez gol de empuje. 2-0. En lo positivo Modric, Nacho y  Lucas, cuando no sustituía la posición de Marcelo. Tuvo el Madrid oportunidad de marcar el tercero. Aun así, la sensación no era la de un partido acabado. Era más de un nosiyaverástucomo…

Efectivamente. El Madrid sale dormido. Casi en trance. En paralelo Cristiano está desquiciado, y el estadio le pita, claro. El partido está lento. A los 15 minutos gol del Málaga. Más pitos. Ya recompuesto el estado anima, un poco. Solo un minuto después Chori Castro a punto de marcar el segundo.

En la segunda parte fue un festival de imprecisiones, mención aparte merece la cantada de Kameni dejando pasar entre sus piernas una cesión de su defensa y debiendo correr para sacar el balón bajo palos. Cristiano estaba al rechace y definió mal. También le falto precisión en otras dos jugadas solo ante el portero. Estuvo rápido y generó la oportunidad pero no definió y lo que es peor, recordó al Cristiano de otras temporadas, el de las quejas interminables y gestos al cielo y a los compañeros. El estadio le volvió a pitar. El de al lado apuntaba: “si pitamos a Cristiano como no vamos a pitar a Danilo. Es que Danilo además de malo es un llorón”.

Hasta el final, poco más. Menos incluso el Málaga. Llegaron más cambios y tarjetas amarillas. Modric salió con molestias y aplaudido, Benzemá fue pitado al ser sustituido por Morata.


Acabó 2-1. Cristiano salió cojeando del campo. Ramos volvió al círculo central a dar las gracias a la afición. Supongo que se acordaría de Beckham. Pero Beckham lo hacía siempre. Mientras alguno apuntaba que si no quieren a más como Ramos en Sevilla que nos los envíen, que aquí estamos encantados. Y así es. 

Bueno, ¿qué os ha parecido? A que no me quedaba corto en la introducción. Esperemos que próximamente tenga otra oportunidad de ponerse al día con el amigo, y vuelva a dejarse caer por aquí. Aunque yo le veo más en la sección de temática libre que en #ComoHaJugadoElMadrid ;-)

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jueves, 19 de enero de 2017

El cambio de guardia en la portería del Camp Nou

A final del pasado mes de agosto, tras dos exitosos años de convivencia y competencia en la portería del Barça, Claudio Bravo se marchaba al City de Guardiola, que demandaba un portero que pudiera jugar con los pies y fuera del área, dejando la titularidad abierta de para en par para Marc André Ter Stegen, quien, por activa, por pasiva y por perifrástica, había venido pidiendo una continuidad en la portería del Camp Nou, que los torneos coperos no acababan de darle en su opinión.


Sin entrar en valoraciones éticas de la actitud de uno y otro, en mi opinión, por una mera cuestión de edad y de potencial, dado el similar nivel actual de los dos porteros, la decisión que se tomó en la Dirección Deportiva (espero que fuera allí) era la correcta. El alemán es 9 años más joven, ya ha pasado el periodo de adaptación a una nueva Liga y a un club de máximas aspiraciones, y técnicamente es un guardameta de una pulcritud insultante.

Además, con aquella solución, parece que todas las partes salían contentas. Ter Stegen se queda con la portería del Camp Nou, Claudio Bravo se va con un contrato multimillonario a un proyecto ilusionante en un equipo que también aspira a todas las competiciones, y el FC Barcelona, vende a un precio objetivamente más que interesante (18 millones de euros), un jugador de 33 años, amortizado económica y deportivamente.

El único pero, la petición de Luis Enrique de un segundo portero con experiencia y entiendo que seguridad que Jordi Masip no le otorgaba. Se acabó optando por Jasper Cillessen, el internacional holandés de 27 años, un portero con unas condiciones que se adaptan como un guante a las exigencias del juego del Barça y del que Albert Morén hizo un espléndido análisis en su web. El único pero eran los 13 millones de euros que ensombrecían en cierta manera la operación Bravo.

A día de hoy, pasados unos meses, podemos decir que ninguno de los 4 implicados puede darse por satisfecho con estos primeros meses de la nueva situación de sus respectivas carreras. 

  • Bravo, que además debe convivir con la alargada sombra de Joe Hart, el portero desechado por Guardiola y auténtico ídolo para la afición City, está consumando una desastrosa temporada, siendo masivamente criticado, hasta el punto de rebautizarlo como "Clownio" Bravo. Superado por el juego aéreo británico, y las permisiva actitud arbitral en las cargas al portero, está cuajando una temporada muy por debajo del nivel demostrado en el Camp Nou y en Anoeta.
  • Ter Stegen, pese a solo haber cometido un error claro en toda la temporada, que bien es cierto costó una derrota en Vigo, no está siendo el portero seguro y en crecimiento que todos esperábamos, yo el primero. Su juego de pies se ha comedido mucho, saliendo cada vez más en largo, no ha ganado puntos, y muchas veces no está suficientemente adelantado, ni se atreve a salir para ejercer de libero como se le debería demandar por su valentía en otros aspectos del juego. Ahora no tiene amenazada su titularidad, pero quizás es cuando más debería estarlo.
  • Cillessen debutó con una derrota en el Camp Nou ante el Alavés, quedó retratado en Alicante, y no se le recuerda una parada de mérito en toda la temporada, si bien la semana pasada contra el Athletic, dejó destellos de su impresionante golpeo y juego en largo. Además ha encadenado unas cuantas lesiones, que dejó al descubierto la situación del cuarto implicado.
  • Jordi Masip, tercer portero inédito, ni tan siquiera ha debutado en Copa, ya que estando lesionado Cillessen, en San Mamés jugó Ter Stegen. Si no marcha y acepta renovar, será algo inexplicable para las dos partes, club y jugador.
De este modo, una serie de movimientos que tenían todo el sentido en el cambio de guardia en la portería del Camp Nou, y que parecían agradar a todas las partes, de momento, a mitad de temporada podemos decir que todos los implicados están decepcionando en mayor o menor medida las expectativas depositadas en ellos. Queda la parte decisiva de la temporada y todavía pueden cambiar las tornas, y aquí estaremos para contarlo en el mes de junio, esperemos que con mejores calificaciones que hasta ahora.

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miércoles, 18 de enero de 2017

Jornada 18. Barça-Las Palmas. La hoja de Excel de LE triunfa

Andaba yo perdido el sábado en Pirineo de Lleida, rodeado de nieve hasta quedar casi aislado, a diez grados bajo cero, y se me ocurrió mirar mi Twitter para ver con qué salía Luis Enrique en lo que para mi podía ser un partido trampa, contra un equipo que juega a lo que tanto gusta en Barcelona, el juego de posición basado en la búsqueda compulsiva de la posesión del balón. 


Y no entendía tanta rotación, fruto en mi opinión de lo que dice la hoja Excel de Unzúe y LE, como así lo tuiteé inmediatamente antes del comienzo. El descartado Aleix, un mediocampo sin Iniesta otra vez, una dupla de centrales inédita, y Arda por Neymar. Un exceso a mi modo de ver.

Y la verdad es que tanto temor, a tenor de lo que fue el partido, era infundado. La extraordinaria presión del equipo que impidió el juego de toque canario, tal y como destacó su entrenador, mi admirado Quique Setién, en la rueda de prensa posterior.  Además, la salida de balón azulgrana, casi siempre por el lado de un liberado por parte de marcajes amarillos, Aleix Vidal, llevaba el balón con precisión y celeridad a las puertas del área canaria. Las llegadas se repetían, y tan solo un gran Javi Varas evitaba una victoria clara azulgrana, tapando una y otra vez las llegadas, salvo el latigazo de Luis Suárez al primer palo tras buena jugada (¡¡por fin!!) del portugués André Gomes.

La salida del descanso fue de nuevo huracanada, y tras el desgraciado error de Javi Varas en el segundo gol de Messi, que ya ha vacunado a 35 equipos en Primera, vinieron otros dos de Luisito y Arda, que cerraban ya una goleada inesperada.

El partido permitió la reinserción de Aleix Vidal, atento atrás, salvo un par de jugadas en las que estaba mal perfilado como casi siempre. Fue clave en la salida de balón, como he comentado anteriormente, estuvo acertado en el pase en corto, llegó a línea de fondo con frecuencia y acierto, y culminó su gran actuación con un golazo de contraataque que había lanzado él mismo, que tras combinar con Messi y un, otra vez desacertado, Alcacer, remató al palo derecho de Varas de primeras desde el punto de penalti.

En resumen, un partido en el que casi todo vino de cara y permitió al Estadi disfrutar de juego de ataque y goles, olvidando los agobios de los anteriores partidos de comienzo de año. He escuchado y leído numerosos elogios al juego del equipo, pero tal y como decía del Madrid de comienzo de año, que algunos equiparaban al Brasil del 70; cuando los partidos se ponen de cara, es más complicado hacer análisis demasiado claros y mucho menos pontificadores, pues la calidad que tienen los equipos grandes arriba, puede convertirte casi cualquier partido en una goleada, en la que el juego es consecuencia de los goles, y no al contrario, como al menos a mi me gusta que haga mi equipo.

Del partido, además, de la reivindicación de Aleix Vidal, me quedo con la clara mejoría de Luis Suárez, la aportación al juego de ataque de Arda, siempre mejor de punta que de interior, y la generosidad en la presión de Busquets, que anduvo apretando a los centrales amarillos más que en ningún otro partido de la temporada, y cuando Busquets hace alarde de esa generosidad, es que se encuentra bien, y eso es toda una garantía para el futuro del juego y de la temporada.

Por último, oí a Quique Setién decir que André Gomes hace un trabajo impagable, y que habría que preguntarle a Busquets que seguro que agradece su presencia en el centro del campo muchísimo. El portugués, se estaba acercando a Mathieu en mi escala de inexplicabilidad; pero siendo como soy un gran admirador de Setién, me fijaré en los próximos partidos de André Gomes, para ver si además de perfilarse mal siempre cuando recibe el balón, esconde virtudes indescifrables hasta ahora para mi. Le daré 60 días de bula...

Esperemos que de aquí en adelante, veamos el crecimiento del equipo, sobre todo en el plano físico, una de las características de los equipos de LE, y de su hoja Excel de rotaciones, tan criticada por un servidor durante este primer tramo de temporada.

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martes, 17 de enero de 2017

#ComoHaJugadoElMadrid. Vamos mi Sevilla by @scancelo

Dado que #MisVikingos han empezado el año, algo remolones con hacerme crónicas, y aprovechando que entre nosotros habita un sevillista de pedigrí, que ya dio muestras de su clase como cronista en el pasado Sevilla-Barça, esta semana le pedí a mi amigo @scancelo que me hiciera la crónica del partido.


Y lo hice antes del partido, incluso antes de irme a quedar atrapado en el Pirineo de Lleida este fin de semana. Qué mejor que un tío que trabaja gestionando la felicidad ajena en su proyecto en Happy Force nos narre un partido de tanta intensidad, y que encima en los últimos minutos, cae del lado de su equipo. Seguro que os gustará.

Partido con gran expectación en Nervión. Se enfrentaban el primero y un sorprendente segundo clasificado, pero además, se enfrentaban dos equipos en un ambiente caliente en el que no hacía falta escribir nada más sobre él en el prepartido.

Muchos esperábamos un Sevilla a por todas desde el minuto 1, pensando en el partido de vuelta de copa, y a un Madrid con Cristiano Ronaldo descansado, corriendo por la banda, por el centro, desmarcándose y marcando goles, como balón de oro que es. Pero el fútbol tiene esas cosas, que de pronto, los entrenadores hacen cambios en sus planteamientos y deciden jugar una primera parte táctica, donde ambos equipos juegan más pensando en no recibir un gol que en meter uno en la puerta contraria. El Sevilla juega dos marchas más lentas de lo habitual, el Madrid se siente cómodo y ambos equipos se reparten la posesión del balón.

Un tiro de Nasri y el Mudo Vázquez, una carrera de Modric y un tiro malísimo de Cristiano a pase de Benzemá podría resumir la primera parte. Igualdad máxima, tanteo, partido de ajedrez,… podemos llamarle cada uno como mejor nos venga, pero realmente la primera parte fue un partido táctico excelente por ambos equipos. En mi opinión, mejor del Sevilla, puesto que del Madrid siempre se espera más, mucho más, y yo personalmente habría esperado que fuera por el partido con más ambición en la primera parte, después de lo lento que estaba jugando el Sevilla.

La segunda parte empezó con otro ritmo. Se veía un Sevilla más al estilo que nos tiene acostumbrado, yendo con su gente hacia arriba en busca del partido y un Madrid que empezaba a dejarse ver por el área del Sevilla con más peligro. El partido empezaba a estar algo loco, y se veía que el primero que cometiese un error sería el que se llevase el partido.

Benzemá tuvo una oportunidad clarísima donde debió meter el primer tanto, y Ben Yedder tuvo su oportunidad a pase del Mudo Vázquez. Una oportunidad, que sería la única que tendría después de un partido muy normal precedido de su espectacular partido en Anoeta.

A partir de aquí, el Sevilla lo intentaba y empezaba a verse cansado, lo cuál empeoró la situación después del error de Escudero donde dejó a Carvajal ante un pasillo en busca del área sevillista. Salida sin sentido de Sergio Rico, segundo error consecutivo en la misma jugada de un jugador Sevillista, y penalti para el Madrid. Mal pintaba la cosa, y por más que se protestase, penalti justo y gol del Madrid.

Incomprensiblemente el Madrid se relaja, ve al Sevilla cansado y piensa que el partido es claro para ellos, pero nunca puedes subestimar a este Sevilla, que aunque le quede un poco de aliento siempre intentará hacerte un gol. Cambios acertados por Sampaoli metiendo a Jovetic y a Sarabia para dar otro ritmo más al equipo y no sé si muy acertados los de Zidane quitando a Kross.

El fútbol es caprichoso, y siempre te da una oportunidad, la que aprovechó el Sevilla tras el gol del empate en propia puerta de Sergio Ramos. ¡Increíble! Un partido controlado por el Madrid se volvía loco, loco por los jugadores que entrena Sampaoli que iban a ir con todo por el partido, loco por esa afición que no para de animar y animar hasta que sus guerreros le dan lo que quieren, y loco porque aún faltaba lo mejor. Que Jovetic te meta el gol de la victoria en el 92, ese minuto que tanto ha castigado este año al Sevilla contra el Madrid.

¡Por fin, el Sevilla tenía recompensa ante este equipo!!

En cuanto a jugadores, por parte del Madrid me quedo con Modric y Casemiro. Increíble lo de este segundo jugador cuando antes del parón invernal no podía con su alma. Ayer estuvo muy bien, sostuvo al equipo y junto con Modric, qué gran jugador, le dieron la oportunidad al Madrid de poder ganar. Cristiano, mal, lento, quizás era el día para cambiarle pero para eso hay que ser muy valiente.

Los dos porteros mal en los 3 goles, pero sobre todo, mal Keylor en el segundo gol Sevillista sin cubrir bien la portería a un tiro normal de Jovetic.

Por el Sevilla, déjenme quedarme con el nombre de Nzonzi. Mariscal del Sevilla que estaba en todos sitios del campo haciendo daño con su sola presencia. Magistral el partido de ayer.

Para terminar es verdad que el resultado justo sería el empate visto el mérito de los dos equipos, pero al final el Sevilla obtuvo recompensa ante el Madrid. Lo normal sería que el Sevilla no aguantase el ritmo, habrá que verlo, pero le da emoción a la liga y al partido que aún tiene pendiente el Madrid ante el Valencia.


Empieza otra liga! Vamos mi Sevilla!!! 

Espero los comentarios, sobre todo de los sevillistas que lean a su compadre ;-)

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jueves, 12 de enero de 2017

Barça-Athletic. No jugamos a nada, pero tenemos a Messi

Tras el decepcionante resultado, que no juego, del domingo en Villarreal, el Estadi se disponía a presenciar otro partido clave para el devenir de la temporada culé, con un rival que siempre nos es incómodo, el Athletic de Bilbao, que venía al Camp Nou con un resultado a favor, corto, bien es cierto, pero que inquietaba a la parroquia barcelonista.

El Barça se presentaba con Cillessen, el definitivo portero para la Copa, recién recuperado, y con la desagradable suplencia de Rakitic, de nuevo en el ostracismo, en beneficio de un intrascendente Rafinha, que perdió otra oportunidad de reivindicarse para ser una opción en el once culé en el mediocampo. 

Esta presencia de Rafinha y las claras indicaciones a Cillessen para que jugara en largo la mayoría de los balones (por cierto, con bastante acierto, pues tiene un golpeo de balón sensacional) demostraban que Luis Enrique se ha olvidado de lo de ser fiel al modelo, como en la primera jornada de Liga, y prefiere evitar cualquier riesgo de pérdida en lugares comprometidos, pese a dejar el centro del campo como algo meramente testimonial la mayoría de las veces. Error estratégico a medio/largo plazo claro en mi opinión, pero que no afecta a nuestro entrenador, y su visión cortoplacista del mundo.

Ernesto Valverde, uno de mis entrenadores preferidos por conocimiento, capacidad de influir en el partido con sus decisiones, talante y filosofía, dispuso por el contrario de nuevo una presión continuada a la salida de balón culé, cuando Cillessen no jugaba en largo. Valiente opción una vez más, a sabiendas que necesitaría marcar quizás más de un gol para pasar la eliminatoria. Además, reservó a Aduriz para tenerlo fresco en la segunda parte, como así ocurrió.

El partido fue bastante flojo futbolísticamente hablando, pero muy emocionante en compensación. El Barça, a su habitual falta de juego, le sumó los continuos balones largos de su portero, al más puro estilo Wimbledon de Vinnie Jones, que aun así, produjeron algunas jugadas de peligro por lo adelantado de la línea defensiva bilbaina. En conclusión, mucho ímpetu y poco juego, un escenario donde el Athletic se mueve con comodidad, y si la cosa no fue a mayores fue porque en el Barça juega Messi.

Cuando oigo hablar del tridente, reconozco que me da un poco de rabia, porque poner a la misma altura dos cracks mundiales como Neymar y Luis Suárez, de algo tan sobrenatural como  Leo Messi, es tan injusto e inapropiado que roza lo obsceno. Neymar cuajó un partido sensacional desde mi punto de vista, y Suárez, pese a no estar acertado en el control y el primer toque mejoró sustancialmente sus prestaciones, pero es que lo de Messi, no es fácilmente explicable. 3 partidos en 2017, 3 golazos de falta decisivos en 3 ejecuciones radicalmente diferentes, y la sensación otra vez que puede decidir el partido él solo.

En el primer gol, se zafó de 3 defensas en un balón claramente dividido, pero acabó aclarando el panorama para habilitar a Neymar en el área y que éste centrara tras el descomunal desmarque hacia atrás de Suárez que, con una volea marca de la casa, ponía de nuevo la eliminatoria del lado blaugrana. Golazo.

Al salir del descanso, una endiablada jugada individual de Neymar por la izquierda acababa en un clarísimo penalty que el carioca, tras cabellerosa cesión de Messi, se encargó de transformar en gol con su inútil carrerilla pasito a pasito que tantos penalties ha desperdiciado. Al minuto, en la única jugada ofensiva de peligro con disparo a puerta del Athletic en los 90 minutos, Saborit de gran cabezazo y ante el error de Sergi Roberto, que cuajó un horrible partido, volvía a abrir la eliminatoria, que quedaba empatada.

El Barça cometía puntuales errores en el pase, con mención especial a Umtiti que cuajó el peor partido desde que está en el Barcelona, y a un desafortunado Busquets que despejó un balón a la frontal del área de manera incalificable. Sin embargo, el campo se iba inclinando poco a poco hacia la portería vizcaina, hasta que se produjo una falta al borde del área a Luis Suárez. Messi cogió el balón, lo colocó delicadamente en el cesped ante el pavor de Gorka y su barrera, que habían sufrido un gol por el lado de la barrera 6 día antes, y visto como Asensio lo recibía en su palo en la mismísima escuadra. Messi, engañó a todos con la posición de su cuerpo que parecía decir claramente que volvería a ir por encima de la barrera, pero, ante el fatídico paso lateral de Gorka, decidió acunarla en la esquina inferior del palo que defendía el portero con un sublime giro de tobillo. Poste, gol y eliminatoria decidida. Otra vez el indiscutible mejor jugador del mundo, y para mi y para muchos el mejor de la Historia, volvía a decidir un partido, una eliminatoria, con independencia del juego desplegado por su equipo, que de eso, ya hablaremos en otra entrada de este blog en breve.

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Nota: este finde me voy a esquiar al Pirineo, desde donde entraré en el programa Goles del viernes y veré el Barça-Las Palmas. Me voy con una acérrima y conocida en este blog aficionada bilbaina, que deportivamente me felicitó por la victoria de anoche. Detalle de pureza, Pat ;-)