Análisis Jornada 2 de Liga

Segunda fecha en el calendario de la Liga, y ya tenemos un aspirante a gran revelación: el flamante líder, la UD Las Palmas. Un equipo, que seguramente, se descolgará de los puestos de honor del Campeonato, pero que creo que puede ser una alternativa a la "clase media" de la Liga, peleándoles incluso puestos UEFA a final de temporada.

Juan Guedes, capitán del equipo de finales de los 60 falleció
prematuramente a la edad de 28 años víctima del cáncer.

Los canariones son un equipo simpático, bien considerado entre los aficionados, sobre todo los más veteranos, que recuerdan el equipo de finales de los 60, con los malogrados Guedes y Tonono,  Germán o Marrero; o el de finales de los 70 con los argentinos Carnevali, Brindisi o Quique Wolf. Un equipo que ha pasado por muchas vicisitudes, desde los fallecimientos prematuros de los mencionados Guedes y Tonono, hasta la casi desaparición en dos épocas recientes, en los 90 y comienzos de los 2000, por los problemas económicos de la entidad. Sin embargo, se ha rehecho, apoyado en una vuelta a los orígenes, priorizando la cantera y el talento canario, no estirando más el brazo que la manga, y eligiendo un entrenador magnífico alineado con el modelo escogido.

Quique Setién  una leyenda racinguista

Quique Setién era uno de mis jugadores favoritos en la infancia, sobre todo en su primera época en el Racing de Santander. Después, desaprovechado en el Atlético tras una magnífica primera temporada, tras la que incluso fue convocado por la selección para ir al Mundial de México, fue una de las primeras víctimas de Gil como presidente atlético. Continúo su carrera en el Logroñes, viviendo la época dorada del club riojano en Primera, para cerrarla de vuelta en El Sardinero, poniendo un broche de oro al volver a subir a Primera al equipo de su tierra. Un jugador de mucha clase, con buen toque de balón, una llegada que le garantizaba una decena de goles por temporada, pero que vivió un tiempo oscuro dominado por el "patadón", ya sea a balón o contrario. Como entrenador, se ha caracterizado por el buen gusto y por el fútbol de toque, a imagen y semejanza del Quique Setién jugador, su apuesta por la cantera y la extraordinaria educación y respeto en todas sus declaraciones. Hubiera sido mi candidato perfecto a seleccionador nacional este año, pero prefirió continuar su proyecto en las Islas, donde parece que está empezando a recoger los frutos sembrados en su gran segunda vuelta de la pasada temporada.

Mantovani es el líder de la defensa pepinera

Otra sorpresa, aunque esta en el lado negativo, es el arranque del Atlético de Madrid, que se ha encontrado en las dos primeras jornadas dos jeroglíficos defensivos de dos equipos recién ascendidos que no ha sido capaz de descifrar. Un gol, y de penalti dudoso, en 180 minutos es un bagaje paupérrimo para un aspirante al título. Todos sabemos que dominar los partidos, y monopolizar la posesión no le gusta a Simeone; de hecho solo ocurre por una deserción descarada por parte del contrario. El año pasado se le adivinaba una evolución en algunos automatismos en el ataque, lo que parecía atisbar un cierto progreso en el juego posicional de ataque atlético, con un Koke muy participativo y decisivo liderando al equipo en la segunda vuelta, el paso adelante de jóvenes como Carrasco y sobre todo Saúl, además de la consagración de Griezmann como un jugador de talla mundial, y la resurrección del Niño Torres en la delantera. Nada de esto se aprecia a comienzo de esta temporada, y el pasado sábado, el Cholo, en una decisión incomprensible tras lo vivido contra el Alavés ante lo que se seguro iba a ser un cerrojazo del Leganés, volvió a jugar con 4 mediocentros en la zona de creación, renunciando a las bandas. Al final, tuvo que recurrir a ellas con los cambios de la segunda parte, una vez desperdiciada más de una hora de partido. Así, el Leganés, que como comentamos en la pasada jornada es un equipo muy sólido, que mantiene su estructura defensiva del pasado ejercicio (Serantes, Mantovani, Bustinza y Victor Diaz), no pasó demasiados apuros en defensa, aunque es cierto que tampoco creó en ningún momento sensación de peligro ante Oblak.

Santi Mina fue el mejor jugador del Valencia en Eibar
pese a las numerosas ocasiones que desaprovechó

Otro partido a destacar fue el Eibar-Valencia. En una primera mitad de buen juego y ocasiones, el Valencia indultó al Eibar en un ejercicio de falta de puntería notable, solo explicable por el estado de histerismo colectivo en el que vive el equipo y el club. Mientras su teórico hombre franquicia Alcácer (ya en Barcelona a estas horas) lo veía desde la grada. Santi Mina fue el catalizador del juego ofensivo del Valencia, demostrando que puede ser clave en la construcción de este nuevo Valencia, pero falló 3 ó 4 ocasiones, incluso sin portero, inexplicables. Así las cosas, en una jugada sin peligro aparente, una mano a mi modo de ver involuntaria, aunque algo separada del cuerpo, fue señalada como penalti por parte del linier, pese a las protestas valencianistas. Pedro León, que se mostró tan falto de ritmo como preciso en el golpeo, tomó la responsabilidad de lanzar. Su lanzamiento, impropio de sus condiciones fue flojo, poco colocado, siendo adivinado por Ryan. Sin embargo, el rechace lo recogió el propio lanzador para marcar a placer, como habrían hecho cualquiera de los otros 3 jugadores del Eibar que fueron al rechace. Ninguno del Valencia pensó que su portero podría parar el penalti; una muestra más del estado del equipo, absolutamente incapaz de sobreponerse a la adversidad.



La Real Sociedad de Eusebio se recompuso del varapalo de la semana pasada contra el Madrid y se impuso en Pamplona 0-2 con menos solvencia de lo que indica el marcador, ante un Osasuna que tuvo que sobreponerse nada más comenzar el partido a la lesión grave de J. Flaño, a un gol en el descuento de la primera parte y otro en propia meta en la segunda parte. Seguiremos con atención al conjunto donostiarra, especialmente a Oyarzábal y Rubén Pardo, dos de mis debilidades.

Sergio Rico tuvo una extraordinaria actuación en Villareal

El resto de partidos de la jornada 2 acabaron en empate (hubo cuatro partidos sin goles en la jornada para compensar la hemorragia goleadora de la semana pasada), destacando el duelo europeo de Villareal, donde un todavía mermado, y deprimido tras la eliminación de Champions ante el Mónaco, equipo local no consiguió doblegar al Sevilla, que mostró una cara más defensiva tras el 6-4 del arranque liguero, aunque se sostuvo gracias al acierto de Sergio Rico bajo palos, un portero al que, pese a no ser de mi gusto, hay que reconocerle el carácter para responder con una actuación soberbia a una semana complicada, tras su no convocatoria con la selección y la llegada de competencia de nivel como el meta italiano cedido por el PSG, Sirigu.


Ahora viene el tradicional y molesto parón de selecciones tras las primeras jornadas, que evita que cojamos el ritmo a la temporada. Al menos, esta vez, en España tenemos el aliciente del comienzo de la andadura al frente de la selección de Julen Lopetegui, al que desde aquí deseamos todos la suerte para poder reverdecer viejos (aunque no tanto) laureles, y poder disfrutar dentro de dos veranos de la selección con mis amigos madridistas, #MisVikingos durante algo más de los míseros 15 días de las últimas competiciones disputadas.