Estreno tardío por los horarios de Tebas del Campeonato de Liga en el Camp Nou, y fácil resumen, aludiendo a la conocidísima canción de Julio Iglesias: "La vida sigue igual". Sigue igual, porque Valverde continúa siendo excesivamente cauto en sus planteamientos, porque seguimos siendo demasiado lentos y previsibles en la circulación de balón en el ataque posicional, pero también porque la presión del equipo es eficaz y eficiente, y sobre todo porque seguimos teniendo en nuestras huestes al mejor jugador de la historia que convierte cualquier noche en el Camp Nou en una exhibición sobrenatural de fútbol a la que nos hemos malacostumbrado simplemente porque para él es casi rutina.
Si el año pasado en el triste primer partido de Liga ante el Betis, vimos un Messi mucho más enfocado a la frontal del área y más desentendido de hacer llegar el balón hasta allí, este arranque nos ofreció un Messi más cercano al rol que desempeñaba con Luis Enrique, partiendo de banda derecha, y con mucha presencia, sobre todo en el espeso primer tiempo en la sala de máquinas, retrasando, en exceso para mi gusto, su posición para acelerar y afilar las posesiones azulgranas, horizontales sobre todo la primera media hora. Veremos si marca tendencia, o tan solo es un recurso durante la temporada.
La otra novedad fue la presencia de Sergi Roberto en el medio campo, en el interior derecho, dejando a Rakitic en una novedosa función de interior izquierdo. Comentó Aspiazu, el segundo de Valverde, que la presencia del de Reus estaba motivada por controlar las potenciales transiciones del Alavés, en una clara muestra de que la cuadro técnico les falta todavía por entender la particular idiosincrasia culé, pues resulta del todo incomprensible que se plantee de manera conservadora en función de la visita del Alavés, con todo el respeto para el conjunto babazorro.
El experimento creo que no acabó siendo exitoso, ya que la falta de fluidez fue evidente. Tan solo en los últimos diez minutos de la primera parte, con la aparición del cansancio de principio de temporada en el Alavés, llegaron las oportunidades a botas de Messi, larguero de falta sensacional, Dembélé y Suárez. Sin más novedad se llegó al descanso, donde Valverde deshizo el plan inicial par dar entrada a Coutinho por Semedo, devolviendo a Sergi Roberto al lateral y a Rakitic al interior derecho.
La segunda parte comenzó con dominio algo más profundo del Barça, pero no llegaba el gol, y comenzaban a brotar, escasas pero preocupantes transiciones del Alavés, aunque siempre bien resueltas por Piqué, que respondió con la solvencia de siempre que se sabe escrutado por la afición, como en este caso por su viaje relámpago a Orlando motivado por otra de sus exitosas aventuras empresariales. Además, en último caso, un atentísimo Ter Stegen, acudía al rescate.
Avanzaban los minutos, y no llegaba el gol, aunque bien es cierto que no se respiraba una excesiva preocupación en el aficionado culé, pues parecía evidente que antes o después caería por su propio peso. Y así fue. Messi forzó una falta en la frontal del área, y consciente de que la barrera tendría en mente su lanzamiento en la primera parte que la superó para que solo la intervención del larguero evitara el seguro gol, decidió tirar de nuevo de pillería, como hizo la temporada anterior contra el Girona, y golpeó por debajo de la barrera para hacer inútil la estirada del muy acertado Pacheco, siempre protagonista frente al Barça. Un minuto después, el rosarino volvería a encontrarse con la madera, en un golpeo de rosca desde dentro del área.
De ahí al final, fueron llegando las ocasiones, Coutinho, con su típica conducción de corona de área hacia dentro y latigazo sembró la tranquilidad con el segundo gol, Pacheco salvó un par de ocasiones más, y ya en el descuento, la Bestia Parda volvió a controlar un balón dentro del área entre dos rivales, y acabó por perforar por tercera vez la portería alavesa.
En resumen, partido un tanto deslucido del equipo, que solo la presencia de Messi, en la construcción, el desborde, el pase definitivo y la finalización, convirtió en un espectáculo de highlights al que llevamos ya más de una década acostumbrándonos, y que solo seremos suficientemente conscientes de su valor e irrepetible singularidad cuando, esperemos dentro de muchos años, dejemos de tener la fortuna de disfrutar el "Petitó" todas las semanas, ya sea en vivo, o por televisión, enfundado en la zamarra azulgrana.
Esta temporada, voy a hacer un seguimiento más propio del #FutbolDeTeletexto, con algunas estadísticas de Messi en cada competición, que iremos actualizando partido a partido.
Goles: 2
Asistencias: 0
Penúltimos pases: 0
Postes: 2
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