Hace ya unos días que nuestro equipo sufrió una derrota muy dolorosa. Dolorosa por importante y por inesperada, según se habían venido dando los prolegómenos y el desarrollo inicial del partido. Como el fútbol siempre te da revancha, tal y como comenté en una de las primeras #CronicasSallemistas y el domingos ya tenemos un nuevo partido, había que remontar cuanto antes la moral de la tropa. Y si hay que tocar la fibra sensible, pero desde un prisma cabal y creíble, nadie más creíble y respetado que el intachable Fabas, cuya ausencia en los últimos partidos la hemos notado todos, en defensa, en el centro y en el ataque.
Nuestro bastión aéreo defensivo enseguida recogió el guante, y entendiendo perfectamente el espíritu de la petición, y desde una cita de uno de los personajes más importantes de la antigua Grecia, se ha largado un pedazo de discurso que si no te llega, casi mejor que te apees de la convocatoria para el domingo. Vamos con ella.
“Saldremos adelante superando fracasos no
celebrando éxitos”
(Pericles)
Tras darle varias vueltas al partido
del pasado domingo, llevo días con dudas sobre qué escribir en la crónica
sallemista que me pidió @culedechamberi.
Ya no las tengo.
He desechado la idea original de
relatar lo sucedido, por lo que si no estuviste en el partido no encontrarás
detalles sobre el mismo. He preferido en cambio, opinar sobre las razones de la
derrota, por lo que, si estuviste en el partido, podrás leer y compartir o rebatir
mi opinión sobre lo que me ha llevado a elegir este titular determinista.
1.
Actitud
Todo aquel que haya jugado un poquito al fútbol, a los
pocos minutos del pitido inicial sabe juzgar si un equipo ha salido al campo
con la preparación mental y física necesarias para afrontar con éxito el
partido.
1.a. Intensidad
Unas pocas jugadas
bastan para vislumbrar la predisposición física de un equipo. Si sus jugadores
están tensos en su posición defensiva y móviles en el apoyo y despliegue
ofensivos, si van al choque y meten el cuerpo en balones divididos, si persiguen
su marca, si rompen con desmarques… En suma, si están sudando como pollos en
pocos minutos como consecuencia de picos de intensidad física.
1.b. Concentración
El mismo escaso
tiempo es suficiente para concluir si un equipo está centrado mentalmente en su
trabajo. Si los jugadores ocupan bien su zona y guardan/recuperan el sitio, si
no pierden la marca, si leen y anticipan las jugadas, si hablan para corregir o
anticipar situaciones en lugar de para quejarse o protestar al árbitro…
2. Lectura del juego
Lleva más tiempo interpretarlo y adaptarse, depende en
mayor medida de razones exógenas y evoluciona a lo largo del partido. En
cualquier caso, un jugador disciplinado, experimentado e inteligente debe saber
leer el partido y escuchando las indicaciones del entrenador, corregir los
errores de concepto y de juego.
Los aspectos técnicos, el rival,
el árbitro, la suerte, el acierto o el fallo, el cansancio acumulado… Hay
muchas otras cosas que influyen en el desarrollo y más según va avanzando el
partido.
Pero si las que más dependen sólo
de nosotros, como individuos y como equipo Sallema, no las optimizamos al 100%,
ya podemos olvidarnos de competir de tú a tú con equipos más jóvenes, mejor
preparados y más técnicos. Y esto que apenas nos había pasado en las 16
jornadas anteriores, afloró a tope el domingo pasado.
Me mojo claramente en el exceso
de confianza como razón principal del fracaso. Por estar aún relamiéndonos los
bigotes tras el empate ante el líder; por una masiva convocatoria con múltiples
cambios y variantes; por jugar contra un rival “inferior” en potencial y número;
por ir en ventaja en el marcador; por lo que sea…. Ya dijo el Sr. Lobo que era
pronto para empezar a chuparse las pollas.
No estuvimos en el partido ni con
1-0 ni con 2-0. ¿Pudimos ganar? Sí, pero no hubo control del juego, ni
intensidad, ni concentración, ni confianza…
Sólo fracasa el que no lo
intenta, así que ahora sólo depende de nosotros levantarnos de nuevo. Toca
análisis de conciencia y determinación para cambiar el rumbo este domingo.
Ya hemos demostrado que podemos, hagámoslo
una y otra vez. Creámonoslo estas semanas y vayámonos de procesiones con al
menos 9 puntos en la buchaca y la salvación resucitada. Porque la cerveza sabe
mejor que el incienso y el fútbol sigue siendo un estado de ánimo.
Auuuuuuu!!!
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