Tras el laborioso triunfo en Getafe, ante un repliegue en bloque bajo muy acertado, se presentaba en el Camp Nou un equipo que aplica una medicina absolutamente contraria, la presión asfixiante desde arriba, el entusiasta Eibar de Mendilibar. Una nueva piedra de toque que venía a probar la solidez en la mejora de la salida de balón que parece haber experimentado el Barça de Valverde frente al de Luis Enrique.
La rotación de tres piezas vitales en el primer escalón como Umtiti y Alba por un lado, que suelen conformar el gran corredor izquierdo de salida junto a Iniesta, y el nuevo Rakitic, con una implicación mucho mayor en la base en salida ahora con Valverde, llenaban de incertidumbre la respuesta del equipo a la presión armera. Además, en los primeros minutos ya se vio que los visitantes dejaban a Ter Stegen liberado de presión para evitar que se fueran ganando superioridades desde la portería con su formidable toque de balón. Personalmente, me parece la mejor de la opciones para desactivar la salida del Barcelona, y creo que ayer durante la primera parte se demostró. El Barcelona no encontraba salida clara y Messi tuvo que comenzar a ayudar retrasándose al interior, mientras que Paulinho, el otro protagonista táctico del partido, asumía un lugar avanzado, con doble objetivo, mantener entretenidos a los centrales visitantes, y alejarse de la circulación del balón para evitar que se le vieran sus carencias en este ámbito como en las dos primeras pelotas que tocó, con pérdida incluída.
El partido en el primer cuarto de hora fue eibarrés sin duda, incluso con un par de llegadas a Ter Stegen, una de ellas muy clara de Enrich. El Barça no encontraba continuidad en la salida, pero bien es cierto que, en cuanto superaba la primera línea de presión y Messi recibía, a espaldas de los mediocentros y se podía girar, el peligro se olía a kilómetros de distancia. En una de esas ocasiones que recibió, el rosarino dio continuidad por la derecha a Deulofeu y Semedo, quien tiró una pared con el siempre preciso Iniesta para acabar siendo derribado por un torpe Gálvez. Messi, que había fallado el anterior penalti en Vitoria, lo lanzó con la misma carrera que hace previsible la dirección del disparo, pero esta vez con suavidad y por alto, lo que sorprendió a Dmitrovic, el buen arquero eibarrés. El partido siguió por los mismos derroteros, sin demasiado juego, pero con el Eibar cada vez más cansado, física y psicológicamente en la presión, y en un córner lanzado por el muy acertado Denis, Paulinho, en otra demostración de sus mejores cualidades, llegó con toda la fuerza del mundo para cabecear a placer el 2-0, y prácticamente cerrar el partido a la llegada del descanso.
La segunda parte fue mucho más cuesta abajo, y el tercer gol de Denis, tras disparo de Messi, acabó por decantar el partido, pese al momentáneo receso en la comodidad de la victoria que significó el gol del honor armero, más que merecido por el buen partido que a mi modo de ver realizó. Enseguida llegaron dos goles más de Messi marca de la casa, con pase a la red a la derecha del portero y jugada en pared con Paulinho deshaciéndose de rivales que le intentaban obstaculizar como fuera. Llegaron los cambios por las 2 partes y se pasó una última media hora de relajación en los dos equipos que permitió al Eibar aproximarse más veces a Ter Stegen, incluyendo 2 palos y a Messi cerrar su póker con otra gran jugada en pared con Aleix, que volvía a tener minutos.
El partido, como siempre nos dejó detalles tácticos que va probando Valverde. Esta vez destaco la diferencia de alturas de los interiores, y su permuta en defensa-ataque. Iniesta se retrasaba en la salida de balón para oxigenarla, mientras que subía en cuanto salía el Eibar, y era Paulinho quien con su gran juego aéreo se aproximaba a la altura de Busquets, lo que potenciaba las virtudes y diluía las debilidades de ambos jugadores, en, a mi modo de ver una gran decisión de Valverde. Además, Deulofeu, un día más tan perfecto tácticamente como desafortunado individualmente, y el pleno de confianza Denis, bajaban en banda para ayudar a los laterales en el control de los peligrosos centros al área del Eibar, su gran arma ofensiva.
El juego no se puede decir que sea brillante, pero los resultados, positivos y merecidos van llegando mientras Valverde va probando y ganando crédito, sumando cada partido más efectivos a la dinámica del equipo, como ayer Aleix Vidal y Mascherano. A esto se le suma un Messi que se exhibe casi todos los días, incluso andando como ayer, y dosificando su esfuerzo, casi hasta equivaler a rotar desde dentro del campo. Esto no le impide marcar con la asiduidad que lo viene haciendo desde el comienzo de temporada, apoyándose en un sistema que intenta tenerlo el mayor tiempo posible al borde del área contactando con el balón.
En otro orden de cosas, ya se han llegado a las 10.000 firmas para el voto de censura contra la directiva, más que cualquiera de las mociones anteriores. Sin embargo, con el cambio estatutario promovido por esta directiva que pasa del 5 al 15%, el porcentaje de firmas sobre el censo de socios necesarios para dar lugar al voto de censura, se hace muy difícil pensar que se puedan alcanzar las más de 16.000 firmas necesarias, más cuando ya no quedan más partidos en casa para recopilarlas. Se me antoja casi imposible llegar, pero es una pena, porque si no es el Barcelona, al menos Messi, sí que merece otra directiva en los últimos años de su carrera.
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