Tras el parón de selecciones, durante el que se produjo el convulso cierre de mercado y el comienzo del extremadamente justificado proceso de voto de censura contra la actual directiva, volvía la Liga al Camp Nou con un derby barcelonés, en el que el Espanyol de Quique Flores visitaba a su rival ciudadano con un comienzo de Liga donde todavía no había conocido la victoria. Nos diponíamos a volver a vivir, por fin, esos 90 minutos de oasis en medio del desértico devenir del club que suponen los partidos en los que el equipo salta al campo para sustentar al club, aunque sus integrantes no hagan ni el más mínimo gesto para darle un apoyo que necesitarían los dirigentes como el respirar.
Este comienzo de la era Valverde me está resultando muy entretenido, pues la novedad y riqueza táctica del entrenador dan lugar a numerosas cuestiones que analizar. En esta jornada, me interesaba mucho ver la alineación y cómo iba a posicionarse Valverde tras los parones de selecciones donde muchos jugadores hacen miles de kilómetros en una semana con el cansancio que ello ocasiona. A diferencia de Luis Enrique que optaba por enfatizar las habituales rotaciones el día después de un parón, Valverde, también quizás necesitado de resultados positivos que reviertan la situación anímica del aficionado culé medio, y por tratarse de un derby, salió con todo, salvo Dembelé, una de las atracciones del partido que apenas llevaba semana y media con el equipo, y cuyo teórico puesto en el once titular de gala lo ocupó Gerard Deulofeu.
El equipo comenzó muy bien el partido presionando arriba y llegando a las cercanías de Pau López con asiduidad y cierto peligro en el primer cuarto de hora. La posición centrada de Messi, y ligeramente escorada a la izquierda de Suárez, dejaba el carril para las llegadas de Jordi Alba, y la derecha para Deulofeu. El juego no era nada del otro jueves, pero la presión constante mantenía el campo inclinado hacia la portería espanyolista. Pasados los quince minutos el juego se empezó a espesar, las llegadas al área comenzaban a espaciarse y el Espanyol, si bien no se acercaba a Ter Stegen, comenzaba a disfrutar de algunas posesiones más largas. En esas llegó el minuto 25, y Messi recibió dentro del área en posición adelantada que el linier no señaló. Recibió, dribló en una baldosa al central, y la puso en el ángulo.
A partir de ahí, minutos de desánimo en el Espanyol, que aprovechó el Barcelona para acumular llegadas y conseguir el 2-0 en una jugada rescatada por Alba en la línea de fondo y centrando atrás para que de nuevo la Bestia Parda marcara como un auténtico delantero centro tirándose a cruzarle el balón a Pau López. De ahí al descanso, una catarata de llegadas del Barcelona sin poder aumentar el marcador y una sola picadura del Espanyol, eso sí muy clara, con un disparo de Piatti desde la frontal al palo izquierdo de un batido Ter Stegen. Se llegaba al descanso con un 2-0, que hacía justicia con lo visto en el campo en la primera parte.
En la segunda parte el juego se equilibró algo, pero sin demasiadas llegadas, hasta que volvió a caerle un balón a Messi, a pase del hiperactivo Alba, y con un tiro cruzado de primeras rubricaba su hat-trick número 38, sí 38 con el FC Barcelona. De ahí al final, la salida de Dembelé centró todas las miradas, y el chico un tanto superado por el ambiente, apenas acertó a correr un buen pase de André Gomes en profundidad, y ponerle con gran precisión el balón a Suárez que corría por el carril central para cerrar la goleada. Mintuos antes, Piqué, para darle picante al derby, hacía el cuarto cabeceando un córner botado por Rakitic.
Del partido, extraer algunos detalles. Colectivamente la presión agresiva en cada pérdida durante la primera mitad, y el buen desempeño defensivo del equipo, que apenas dejó llegar al Espanyol en los 90 minutos. Individualmente, Messi aparte, la rapidez de piernas de Iniesta, sumada a la que siempre atesora a la cabeza, el buen trabajo de Semedo en el lateral, arriba y abajo, y sobre todo el brillantísimo partido de Jordi Alba, que temporada tras temporada parece subir un escalón en el conocimiento del juego, llegando a linea de fondo con asiduidad y levantando la cabeza para el pase atrás en todas las ocasiones.
En resumen, las noticias que llegan del equipo son bastante positivas, a la espera de una continuidad mayor en el juego, pero alejadas del pesimismo que la clara derrota en la Supercopa había dejado. Buena señal para el proyecto de Valverde, que sigue siendo intervencionista, y dando pie a analizar muchas y nuevas variantes que se van viendo, como ese ataque asimétrico sin extremo izquierdo y con Suárez jugando ligeramente escorado a la izquierda.
Tras el partido, otra noticia muy positiva fueron las colas en los puestos de recogida de firmas del voto de censura, que demuestran que pese a los buenos resultados, existe una amplia masa de socis muy descontenta con la errática, por ser generosos en el calificativo, gestión de la directiva al mando del club. Una pena que no puedan tener más partidos para maximizar la recogida de firmas en el estadio, dado que el número de firmas, 16.570, hace muy difícil conseguir llevar adelante esta censura que tanto merece la Junta Directiva.
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