Vamos con el repaso de la línea de ataque azulgrana, que empezó con una herida imposible de curar con la marcha a última hora de Neymar dirección París. Con Neymar se iba el desborde, la amenaza a defensas que se adelantan, atacadas sin misericordia por la velocidad del brasileño, exponente de un lado débil teórico (por ser el contrario al de Messi) que sería lado fuerte en el resto de equipos del futbol mundial. También se iba una especie de generador de emergencia en los días que Messi no estaba en modo sobrenatural, como se pudo ver precisamente en los primeros meses de 2017, remontada al PSG incluida. Neymar durante su periplo culé asumió tanto durante las lesiones de Messi, a finales de 2013 y en otoño de 2015, como en sus barbechos futbolísticos, escasos pero tan dramáticos por la masiva influencia del rosarino en el juego y en la cabeza de sus compañeros.
Si tanto la defensa como el mediocampo pudieron crecer en compensación de lo que la ausencia de una pieza del calibre de Neymar, la delantera nunca tuvo posibilidad alguna de alcanzar el nivel de amenaza que tuvo con Neymar en nómina. La alternativa Dembélé duró apenas un par de semanas hasta su lesión, y hasta la llegada de Coutinho, como hemos relatado en anteriores posts, era más bien un centrocampista quien ocupaba la plaza en el once que había dejado huérfana la espantada del brasileiro.
Durante largos tramos de la temporada, la velocidad y el desborde para descabalgar las tupidas estructuras defensivas que los rivales plantaban enfrente fueron las grandes carencias del equipo, agarrado desesperadamente a la por otra parte inacabable fuente de talento del mejor jugador del mundo. También la lesión de Suárez en la vuelta de la Supercopa influyeron en la falta de amenaza real del resto de atacantes. La llegada de Coutinho devolvió cierta amenaza en competición doméstica, pero entre la falta de continuidad de algunos como Alcacer, y de rendimiento de otros como Deulofeu o Aleix Vidal, las alternativas atacantes fueron más reducidas que nunca, lo que influyeron decisivamente, a mi modo de ver, en la debacle de Roma, que pilló renqueante a Messi y con demasiada
Luis Suárez: Aprobado
El uruguayo es un delantero inconmensurable, cuyo juego se ve afectado por el paso de cada año. Virados los 30 no podemos esperar volver a ver aquella exuberancia de 2015 y 2016. Además, un choque con Keylor Navas en la vuelta de la Supercopa le reprodujo unos problemas de rodilla que lastraron su inicio de temporada. La vuelta al centro de Messi y la consecuente asimetría del ataque azulgrana, que le hacía partir desde izquierda, entre el lateral y central derecho, le exigía un desgaste que luego pagaba a la hora de finalizar, o mejor dicho de poder auto-abastecerse de ocasiones de gol. Su falta de acierto, puntual como era de esperar, y de finura, esta vez bastante más endémica, exasperaron a muchos culés en los primeros meses de la temporada, fruto de ese fatalismo atávico del aficionado blaugrana. Lo que es indudable es que el trabajo de zapa de Suárez ayudaba a Messi en su majestuoso comienzo de temporada y tenía más que entretenidas a las defensas rivales.
Con la llegada del parón de selecciones de noviembre, Suárez fue liberado por su seleccionador y se dedicó a recuperar el tono físico que no pudo coger por la lesión de agosto. Como resultado un huracanado periodo con 12 goles en los siguientes 9 partidos, y la vuelta del mejor Suárez que venía a compensar con creces la ligera bajada en los números de Messi. En Europa, sin embargo hasta la ida de la fatídica eliminatoria de la Roma, no consiguió marcar. Los últimos 2 meses se le hicieron largos por la acumulación de minutos y kilómetros desde principio de la temporada. Convendría ya pensar en una transición hacia el nueve del futuro, con el que pueda convivir unos años y enseñarle el oficio. Mi hombre aquí es Kasper Dollberg, el danés del Ajax, o ser valiente y empezar a darle minutos a Abel Ruiz.
Paco Alcácer: Aprobado
Valverde parecía no confiar en absoluto en el valenciano a inicios de temporada, ya que ni la baja forma de Suárez justificaban su presencia en el campo, perdiéndose incluso algunas convocatorias seguidas. Y eso que personalmente veía buena alternativa el recurso del doble delantero para auxiliar a Suárez mientras se recuperaba físicamente. El partido contra el Sevilla en el Camp Nou fue buena prueba de ello, y Alcácer marcó los 2 goles del equipo aquella noche. De movimientos siempre interesantes y positivos para el equipo, le penalizó su falta de velocidad y desborde. En cualquier caso sus números, 7 goles y 3 asistencias en menos de 1000 minutos justifican su presencia en plantilla. Sin embargo, su precio de llegada y su buen mercado todavía podría desembocar en su salida para hacer caja. Yo, me quedaría con él.
Philippe Coutinho: Aprobado alto
Pese a llegar como teórico heredero de Iniesta, Coutinho, que recordemos solo podía jugar competiciones domésticas por haber jugado con el Liverpool en fase de grupos en Champions, fue más un delantero que un interior, ocupando indistintamente ambas bandas, aunque su rendimiento fue bastante mejor en izquierda que en derecha. Con mucha mejor relación con el gol que con el juego, lo contrario a lo que creo necesitamos de él, dejó un magnífico inicio, entrando de pie en el equipo, como si llevara toda la vida jugando con Messi y Suárez. Sufrió un pequeño bajón a continuación, para acabar de manera espectacular con muchos goles (9) y asistencias (7), que en media temporada son una más que interesante carta de presentación. Esperamos en cualquier caso mucho más de él. Parece que en el Mundial podría jugar de interior, y tendremos la oportunidad de verle ahí y hacernos una idea de su futuro desempeño en el equipo con la salida de Iniesta.
Ousmane Dembélé: Aprobado
Tres cuestiones han marcado su temporada: su precio, su edad y sobre todo su lesión. Ser el fichaje más caro de la historia del Barça a su llegada, sustituir a Neymar, son algo difícil de asumir para un casi adolescente. Llegó tarde y no hizo la pre-temporada con el equipo. Encima, el día que debutaba como titular en Liga, sufre la primera lesión de su carrera. Cuatro meses de baja, integración en el juego frustrada, y temporada perdida, al menos para mí. Los fatalistas culés ya lo querían echar, pero dejó detalles interesantes, y sus números hablan bien de él (4 goles y 7 asistencia en poco más de 1.000 minutos). Personalmente creo que podría ser un gran recurso para el equipo, pero no sé si con su edad, y su valor de mercado todavía (será titular de Francia en el Mundial) una gran oferta que nos haga recuperar la inversión podría estimular su salida. Cualquiera de las dos posibilidades me parecería conveniente. En función de las altas, podríamos optar por una u otra decisión.
Aleix Vida: Suspenso
Su presencia ha sido más testimonial que otra cosa. Enseguida Valverde entendió que no es un lateral en el que confiar, y apenas sumó sus escasos minutos en el extremo derecho. Su aportación fue más habitual en las primeras rondas de Copa que en Liga, donde, eso sí, dejó para su currículum el tercer gol en el Bernabéu. Nunca ha dado el nivel que el Barça exige, y saldrá con seguridad este verano.
Gerard Deulofeu: Suspenso
El equipo apostó por él recuperándolo del Milan. La lesión de Dembélé le dio la oportunidad que siempre había pedido. Su esfuerzo por mejorar en lo que se le echaba en cara, le volvió un jugador timorato, alejado totalmente de lo que se esperaba de él. Fue desapareciendo de la titularidad primero y de las convocatorias después. Su salida en Navidad al Watford y el traspaso ya confirmado le dan la oportunidad de relanzar su carrera ya fuera de Can Barça. Oportunidad perdida por club y jugador, pese a su esfuerzo por encajar. Al menos, ni una parte ni la otra podrán decir que no lo intentaron.
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