lunes, 24 de abril de 2017

Jornada 33. R.Madrid-Barça. D10S revive al Barça en la Liga con una exhibición y su gol 500!

Este fin de semana se podía decidir la Liga o por el contrario, como uno deseaba, volver a darle vida, en función del resultado final del partido de todos los partidos, el Madrid-Barça. Se jugaba el día que el que escribe celebraba su onomástica, rodeado de libros y rosas que, como todos los años mi padre, el primigenio Culé de Chamberí, se encargó de repartir entre toda la familia, mientras comíamos en El Escorial, en el magnífico y muy recomendable restaurante La Rueda.


Todo ello, tras haber disfrutado con los amigos, de una Despedida de Soltero (sí, con mayúsculas) que había finalizado con el despedido venciendo sus miedos y tirándose en paracaídas con un par de chiflados más que orgullosamente cuento entre mis amigos, #MisVikingos. Y justo antes de dar vida a las posibilidades de permanencia de nuestro equipo de fútbol, el Sallema, que por tercera jornada consecutiva saboreaba las dulces mieles de la victoria.

Para terminar el día, mi Padrino, Luis, el hermano de mi padre, madridista de pedigrí como sus tres hijos, tuvo el detalle de invitarme a ver el partido en directo, en el campo, en la tercera gradería de la portería donde D10S tuvo a bien decidir el partido. Yo, que las he vivido de todos los colores, recordaba otro 23 de abril, en el 2002, donde el Madrid de los Galácticos, pese al mejor partido de aquella temporada del Barça del Gaspartismo más oscuro, decidió una semifinal de Champions con dos goles de Zidane, el hoy entrenador del Madrid, y McManamann. Mal antecedente en mi cabeza.

Además, el Barça se presentaba en unas condiciones que no eran las más favorables por diversas cuestiones. Viniendo de una dolorosa eliminación entre semana ante la Juve, no como los rivales, crecidos tras eliminar el Bayern. Con falta de gol en tres de los últimos cuatro encuentros, algo nunca visto en el Barça contemporáneo, y con la ausencia de Neymar sancionado, pese al lamentable numerito de los reponsables del Barça con las apelaciones y demás. Y todo con la imperiosa necesidad de ganar el partido para poder tener opciones reales de optar a revalidar por tercera vez consecutiva el Campeonato de Liga.

El partido empezó con empuje del Madrid, que obligaba a empezar a actuar a un Ter Stegen, que definitivamente se doctoró como el portero de la próxima década en el Camp Nou, con una docena de intervenciones, alguna de ellas de mérito extraordinario. El Barça parecía un tanto tímido, aunque tampoco parecía superado, hasta que Messi dio su primer aviso. Y no fue, en forma de oportunidad, sino mucho más estratégica. Cogió el balón en el centro del terreno de juego y encaró a Casimiro, superándole con una jerarquía insultante. El brasileño, como Messi sospechaba, se calentó, y realizó una entrada por detrás, absolutamente innecesaria, que le costó la tarjeta amarilla, y mediatizó ya su partido. Bien pudo irse al vestuario antes del descanso, pero al final fue Zidane quien se vio obligado a sacarle del campo antes de que lo hiciera el árbitro.

Poco antes de la media hora de juego, un córner despejado de puños por Ter Stegen, acaba en los pies de Marcelo, quien centra para que Ramos, una vez más solo en el área rematara al palo, pero el superado Casemiro, remachaba a puerta vacía el 1-0. Lejos de venirse abajo, como podría ser lógico por los antecedentes más recientes, el Barça decidió tranquilizarse a través del balón y, tocando, consiguió poner a Messi con el balón controlado en la frontal del área contrara. El resto es historia, ya que el talento de Messi empataba el partido, con un gol al alcance solo de los elegidos.

La segunda parte se desperezó con los mejores minutos del Real Madrid, negado repetidamente por un inspirado Ter Stegen, y un nuevamente imperial Piqué. Asensio, que había sustituido en la primera parte a un desafortunado y lesionado Bale, comenzaba a dar muestras de su extraordinario nivel. Vaya perla que se ha llevado el Madrid con este chico. Fueron 10 minutos muy intensos que pudieron desequilibrar la balanza del lado merengue, pero que acabaron con una ocasión muy clara de Alcácer (quien por cierto hizo un muy buen partido de falso interior-extremo), que significó el pistoletazo de salida de las grandes paradas de un también inspirado ayer, Keylor Navas, que negó a Piqué para alborozo del Bernabéu, dos ocasiones clarísimas.

A partir de ese momento, el Barça no solo equilibró el partido, pese a algunas contras siempre peligrosas del Madrid con Ronaldo y Asensio siempre alerta, sino que empezó a dominar el centro del campo a través de un Busquets muy entonado, un Jordi Alba que fue un peligro constante llegando a la linea de fondo y un Iniesta que hacía ganar altura continuamente al juego azulgrana, asomándole a la frontal del área contraria. Y cuando a ello se suma el mejor jugador de la historia, motivado, enfocado y acertado, lo normal es que el Barça gane el partido, como así fue.

Tras alguna parada más de Keylor, llegó el golazo de Rakitic en otra elaborada jugada azulgrana, que el croata, tras recortar en la frontal, finalizó con su pierna menos buena, en la escuadra derecha de la portería madridista. A partir de ahí, parecía que el Barça sería capaz de controlar la situación. Todavía más tras la expulsión de Sergio Ramos, pero increíblemente el indomable espíritu del Madrid volvió a darle una vida inesperada, tras un par de paradas destacables de Keylor.

Una jugada por banda izquierda de Marcelo, encontró la llegada en segunda línea de James, en uno de los únicos balones que tocó, para poner el empate que dejaba de nuevo la Liga sentenciada. Quedaban 4 minutos y el escaso descuento posterior. El Barça asumió todos los riesgos y bien pudo pagarlo en un par de ocasiones del Madrid, que volvíó a salvar nuestro alemán bajo palos. Todo parecía que se acababa, pero el Madrid recibió una dosis letal de su propia medicina. Un salida extraordinariamente limpia de balón entre Busquets, Piqué y Sergi Roberto, ponía al galope al de Reus que, tras un par de tarascadas tímidas de Modric y Marcelo, recorrió 70 metros, para dársela a André Gomes, quien en su mejor intervención de la temporada, prolongó ante la centelleante subida (una más) de Jordi Alba, que en vez de centrar al bulto, dejó un pase atrás que Messi, llegando desde atrás, embocó con su disparo más repetido; con el interior, de rosca, pegado al palo derecho de un Keylor que nada pudo hacer. Era el gol 500 de Messi en partido oficial con el Barça, y lo más grande que se puede decir de él, no es eso. 



Así es Lionel Andrés Messi, D10S. En otra actuación sobrenatural, golpeado con dureza por sus rivales, que le hicieron hasta sangrar, supo leer el partido en cada uno de los escenarios planteado, liderando a la vez el centro del campo y la delantera, jugando a lo que convenía en cada momento, y liquidando, en el minuto más madridista, el partido para desesperación de unos rivales, que quedaron tendidos en el suelo, sumidos en la desesperación de ver cómo se te va una Liga, que teniendo ganada en muchos momentos, vas a necesitar volver a ganar en los últimos partidos.

Quiero agradecer a mi tío Luis, que me invitara a presenciar en directo el partido en el campo. También quiero decir, que salvo algún energúmeno, curiosamente de edad bastante avanzada, el comportamiento de los seguidores madridistas que me rodeaban fue muy correcto, y soportaron especialmente mi grito ante el tercer gol de Messi, que como es obvio no pude reprimir, ni cercanamente. Debo reconocerlo.

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1 comentario:

  1. Enhorabuena por la victoria, y buena crónica. Gran regreso de Messi... y yo me pregunto.. será coincidencia que haya vuelto cuando no juega Neymar? Jugará más cómodo sin la otra estrella del equipo? o fue porque era el Madrid? Si Messi llega a aparecer el miércoles pasado, el Barca pasa a semis.

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