lunes, 24 de septiembre de 2018

Liga 2018-19. Jornada 5. Barça-Girona. Primeros puntos perdidos paradójicamente en el mejor partido del equipo

Quinta jornada de Liga en el Camp Nou con la visita del presuntamente amable Girona que volvía al Camp Nou tras sufrir la temporada pasada la devastación que sembró la Bestia Parda en una huracanada primera parte tras haberse adelantado los rojiblancos en el marcador nada más comenzar. Los locales recibían a sus vecinos del norte con pleno de victorias y reafirmados por el estreno goleador en Champions contra el PSV Eindhoven.



Valverde realizó los primeros cambios significativos, dejando en el banquillo a cuatro miembros del once de gala: Sergi Roberto, Umtiti, Rakitic y Coutinho. Lenglet tenía su primera y a posteriori desgraciada, titularidad en el Camp Nou, a la par que se renovaban los interiores con la entrada de los "arturos" (Vidal y Melo) para acompañar a Busquets en la sala de máquinas, para dejar a los tres de arriba intocables en este comienzo de temporada.

El partido comenzó bastante bien, con algo más de fluidez en el juego, con Messi bajando al interior e intercambiándose con un Vidal, más agresivo de lo que otros interiores suelen mostrar, muy tendente al pico del área. Busquets y Arthur buscaban acomodo, dejandole el de Badía en ocasiones los mandos del juego, y estirándose hacia arriba y hacia los lados para compensar le excesiva tendencia del brasileño a acercarse al balón. Sin embargo, es Arthur todavía un jugador demasiado tímido, lo que le lleva a un exceso de horizontalidad en sus desplazamientos, quizás todavía con miedo a perder un balón comprometido. No debería, pues simplemente con su manera de perfilarse al recibir y sus gestos que recuerdan tanto a Xavi Hernández tiene ganada cierta bula del Camp Nou. Seguimos con muchas ganas de verle más ratos para ver si acaba por deshacerse del plástico del envoltorio que parece que le limita.

Llegó el gol habitual de Messi a pase de un muy compatible con él, Arturo Vidal, que pasó el rosarino a la red con ese aire funcionarial tan irritante para los rivales como embriagador para los culés. Ya había avisado minutos antes con un slalom paralelo a la línea frontal, desparramando centrales como quien abre las cartas en el ascensor tras revisar el buzón, y solo una mano providencial de Bono, muy acertado toda la noche, evitó otro gol de bandera de la Bestia Parda.

En estas, con el partido muy controlado, salvo una salida del velocísimo Portu que salvó Piqué bajo palos, con el 2-0 a punto de caer como esa gota en el deshielo, llegó la expulsión de Lenglet, que cambió absolutamente el guión del partido. Valverde, dado que apenas quedaban un par de minutos para el descanso y tampoco parecía que el Girona asustara, demoró la salida de Umtiti colocando a Busquets junto a Piqué, pero perdiendo totalmente el mediocampo. En la única jugada en las cercanías del área culé, Busquets no llegó a un centro y Stuani, adelantándose a Piqué y ante la salida de Ter Stegen, empataba el partido y lo llevaba al descanso lleno de incertidumbre.

En el descanso, Valverde hizo el cambio que se le atrasó y fue Dembélé el sacrificado. Empezó la segunda parte con un par de acercamientos peligrosos, pero en un duelo en velocidad entre Portu y Piqué, acabó con un mano a mano salvado por Ter Stegen, pero en el rechace, Stuani de nuevo fusilaba para poner por delante a los gerundenses. Cuesta arriba se presentaba el resto del partido. Para buscar la remontada, Valverde cambio los  interiores, entrando los del once de gala.

Coutinho, con su agresividad con balón, en cierto modo ocupaba dos posiciones, interior y extremo izquierdo interiorizado, reforzado por un Jordi Alba que tomó su banda como en la temporada anterior. Con Piqué acaudillando los envites, con gol del empate incluido, el Barça se lanzó a por la victoria, sufriendo a mi modo de ver bastante poco, pero sin poder rematar la faena con un tercer gol que recompensara el esfuerzo y el juego azulgrana.

Se acabó el encuentro, volando los primeros 2 puntos del Camp Nou, pero paradójicamente, dejándome las mejores sensaciones de lo que llevamos de curso, goleada al Huesca incluida. Los mejores minutos de fútbol colectivo de la temporada en la primera media hora, y una demostración de coraje y gen competitivo, con la aportación de un andamiaje táctico que dio para con un hombre menos, y bien es cierto que con un importante desgaste físico que veremos si pasa factura en los próximos partidos, tener opciones hasta el último minuto de levantar un partido que se había puesto muy cuesta arriba a falta de poco más de media hora.

Del árbitro, ya hablan muchos, yo solo decir que no fue el VAR quien expulsó a Lenglet, sino la interpretación de un árbitro tras tener la suerte de no tener que decidir en décimas de segundo. Pero las polémicas, en otra ventanilla...

Actualización del Bestiapardómetro:


Goles: 8
Asistencias: 2
Penúltimos pases: 1

Postes: 4


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