La vida no siempre se adapta a lo que uno quiere. Esta semana ha sido un claro ejemplo. Demasiados quehaceres para tantos partidos interesantes del Mundial que ver y sobre los que escribir. Me hubiera gustado hacer un resumen diario, pero amigos, la obligación antes que la devoción para aquellos que, como servidor, no podemos permitirnos dejarlo todo y abandonarnos a la vida contemplativa y ociosa, a los placeres más mundanos, al hedonismo más radical que un mes de Mundial reclama.
Lo primero que hay que decir de estos octavos, como del resto del Mundial, es que han sido muy igualados. Solo Brasil ganó por más de un gol, y ya en el tramo final, con México absolutamente abalanzado sobre el área brasileña en busca del empate. Hemos visto prórrogas en casi la mitad de los partidos. Y en ninguna de ellas se decantó la balanza por alguno de los contendientes. Es más, no hubo un solo gol en las prórrogas, incluso disponiendo de un penalti no se logró evitar la tan fatídica tanda tras los 120 minutos reglamentarios.
Hubo remontadas. La más espectacular la de Bélgica, que vino de un 0-2 en contra para acabar matando el partido en el descuento en la que seguramente sea el contraataque del Campeonato. Para desgracia de los simpáticos y siempre educados japoneses, que han sido una de las sensaciones con su juego alegre y combinativo, con Inui, Shibasaki, Kagawa, Haraguchi y Honda como exponentes de un fútbol que creíamos estancado y que se ha rebelado contra ello en Rusia. La remontada vino con protagonistas inesperados. Primero a través del quizás peor jugador del partido hasta entonces, Verthongen, y luego los dos cambios de un acertado Roberto Martínez, Fellaini y Chadli, éste último habilitado en el mencionado contraataque con quizás los dos mejores movimientos sin balón del Mundial. Los dos en la misma jugada y con el mismo protagonista: Lukaku.
También en el descuento marcó Colombia, por medio de su arma de destrucción aérea, Yerri Mina, al que con un poco de suerte, en clave azulgrana podremos colocar por una buena cantidad de dinero y evitarnos infartos futuros con sus intervenciones defensivas. Sin embargo, el gol de Colombia solo sirvió para morir en la orilla de los penaltis, pese a ponersele de cara la tanda, tras el primer error inglés en gran parada de Ospina.
Tanta igualdad convirtió en héroes a algunos porteros. Akinfeev, discutido desde su debut hace década y media en la puerta rusa, pudo por fin ser héroe por un día, ante los timoratos disparos españoles. Schmeichel paró un penalti en juego a Modric, y dos más en la tanda a los croatas, pero es que Subasic paró tres y clasificó a su país para cuartos. Se vieron dos goles en los primeros cuatro minutos, y tuvimos que esperar 116 más, y 4 penaltis tirados para ver el siguiente. ¡Qué grande es el fútbol!
Los octavos se abrieron con quizás el mejor partido del Mundial, el Francia-Argentina. Emoción, alternativas, grandes jugadas y errores, jugadores consagrándose mientras el mejor jugador del mundo volvía a quedar fuera del Mundial. Un Messi más participativo, pero no suficientemente decisivo, pese a las dos asistencias, no pudo con la explosión de un joven que está destinado a marcar la próxima década del fútbol, a poco que las lesiones le respeten, Killian Mbappé. Provocó un penalti (lamentable del horrible Rojo), corriendo 70 metros con el balón como Usain Bolt, marcó dos golazos, y sembró el caos cada vez que entró en contacto con el balón. Francia tuvo el carácter que yo no esperaba y remontó el 1-2, previamente remontado por Argentina. Para mí, la máxima favorita para ganar el Mundial, como ya dije antes de empezar el Mundial.
Y esa misma noche, se presentaba Crisitiano, sabiendo a su némesis eliminada, con toda la motivación del mundo, ofreció otra actuación por debajo de lo que esperado. Y han sido 3 de 4, por mucho que nos quieran vender. Decisivo contra España, gol tempranero a Marruecos y punto y final, incluyendo penalti errado que le llevaba por la parte amable del cuadro. Contra una aguerrida y organizada defensa uruguaya, liderada por el inconmensurable Godin, Cristiano no fue amenaza. Además contempló como en la delantera opuesta, el protagonista del partido, Cavani, marcaba dos golazos para acabar lesionado y posiblemente fuera del partido de cuartos contra Uruguay. Los sudamericanos controlaron el partido en todo momento, y tan solo otro corner en corto de Portugal, con centro de segundas los desestabilizó un poco, aunque enseguida el segundo gol de Cavani, pillando mal parado a Rui Patricio, devolvió la calma a Uruguay, que se clasificó con suficiencia.
Suiza y Suecia, partido de España aparte, nos brindaron el partido más flojo de los Octavos. Poco juego, mucho respeto y eso sí, como en todos, mucha emoción. Suiza tuvo más el balón, pero el partido lo llevó Suecia a sus intereses, no dejando huecos a los helvéticos, y saliendo con peligro ante Sommer, otra de las confirmaciones bajo palos del Mundial, un señor portero. En la segunda parte, una buena combinación sueca, finalizada con un buen amago pero un lamentable disparo de su estrella, Forsberg, era desviada por un defensa suizo hacia la escuadra de su propia portería, decidiendo el partido. Solo por detrás de Rusia, Suecia es quizás el cuartofinalista más flojo de los que disfrutaremos hoy y mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario