Estas fechas, todos los años, comienzan los festejos familiares más habituales (comuniones, bodas, bautizos y cumpleaños), y el Culé de Chamberí tiene una familia bastante numerosa, lo que multiplica la posibilidad de solape entre eventos familiares y futbolísticos. Como ejemplo, el sábado me encontraba de festejos, en la comunión de uno de mis sobrinos, a la hora del Espanyol-Barça, así que improvisé un nuevo modo de ver los partidos de fútbol, por Twitter. La experiencia fue de lo más desalentadora, arrastrando para actualizar cada minuto para ver si algo había pasado, y además sin goles ni casi ocasiones en la primera parte del partido. Está claro que como solución de emergencia fue desastrosa; falto de información y nervioso al punto de rozar la desesperación.
Para la segunda parte, decidí tomar una alternativa, siguiendo el vetusto ejemplo de uno de #MisVikingos, Ernesto, otro de mis hombres del Renacimiento, y que ya alguna vez ha tenido a bien pasarse por este modesto Blog cule-chamberilero. Ernesto gusta de escuchar los partidos en la radio, evitando verlos en su casa, en casa de algún otro amigo o en algún bar donde transmiten el partido. Él, tradicional como pocos, se queda con la radio de siempre. Puestos a oirlo por la radio, mi elección era clara, el maestro Joaquim María Puyal, quien lleva más de 40 años narrando partidos del Barça (sí, en catalán, así de raro soy). La verdad es que la retransmisión por la radio, aunque fuera a través de una app del móvil, mejoró sensiblemente mis sensaciones. Mejora quizás apuntalada por la rápida llegada de los goles del equipo, que me tranquilizaron bastante, tras haber presenciado a los postres de la Comunión una nueva victoria in-extremis del Madrid, esta vez con Marcelo de protagonista goleador.
En los siguientes días, ya con la calma de conocer el resultado final, pude ver el partido, y la verdad es que fue un derby metropolitano (como lo bautizó Laporta con toda la mala leche del mundo cuando el Espanyol se fue a Cornellá-El Prat) atípico. Empezó con la habitual "intensidad" con la que se suele manejar el equipo perico ante el Barça, pero según avanzaba el partido, el equipo de Luis Enrique, que recuperaba a Neymar tras su polémica sanción en la expulsión de Málaga, tomaba las riendas del partido con cierta solvencia, aunque sin crear demasiadas ocasiones claras.
Por parte del Espanyol, apenas alguna llegada embarullada, intentos de presión ante la salida de balón azulgrana, que esta vez sí que fue muy fluida gracias al gran partido del rombo Ter Stegen-Umtiti-Piqué-Busquets. Mucho balón aéreo muy solventemente solucionado por un sobrado Gerard Piqué, y algún intento de salida en velocidad, sobre todo tras la entrada en el partido de Baptistao en la segunda parte, aunque siempre bien controlados por el eje defensivo blaugrana.
Se llegó al descanso con el campo claramente inclinado hacia la puerta de Diego López, aunque el ex-madridista tampoco tuvo que emplearse demasiado a fondo. Pero al comienzo de la segunda parte, llegó la jugada que marcó el partido. Una displicente cesión hacia atrás con el exterior de Jurado hacia sus centrales y portero, la aprovechó Suárez, el siempre enchufado delantero uruguayo del Barça para cazar la pelota, y ante la pasividad de los centrales y la retrasada posición del portero, definir con el exterior para adelantar a su equipo.
A partir de ahí, fueron acumulándose llegadas, más o menos claras, del Barcelona, que culminaron con una galopada de Messi desde el centro del campo, habilitando en el área a Rakitic, para que el rubio croata cruzara suavemente sorprendiendo al portero.Para redondear el resultado, ya en los últimos minutos, otro grosero error de un defensa espanyolista en el despeje lo volvió a aprovechar Luis Suárez para hacer su doblete.
A destacar, que una vez encajado el primer gol, el Espanyol pareció noqueado, inerme, y ni siquiera hizo gala de su habitual "intensidad"; quedando ésta en un nivel más propio de una visita del Madrid que no de un derby ante el Barcelona. Al final, victoria amplia y cómoda en la que se suponía iba a ser la salida más complicada de lo que queda de Campeonato, aunque viendo dónde ha tropezado el Barça este año, el desastre puede estar a la vuelta de cualquier esquina. Esperemos que no sea así, y que al menos forcemos al Real Madrid a dar lo máximo de si mismos para poder conseguir el título de Liga.
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