lunes, 8 de mayo de 2017

Jornada 36. La asociación de Neymar y Messi mantienen la esperanza en la Liga

Se va acercando el final de la Liga, y este fin de semana se presentaba en el Camp Nou, un equipo con mayúsculas: el Villarreal de Fran Escribá, quien no había perdido en ninguno de los campos Champions esta temporada, empatando en el Bernabéu y Nervión, e incluso ganando hace un par de semanas en el Vicente Calderón. El Barça necesitaba la victoria para seguir aspirando a la Liga, y apretando al Real Madrid en la esperanza de un pinchazo blanco en sus últimos partidos.


Para ello, Luis Enrique puso en liza al presumible equipo titular, que curiosamente hasta el sábado nunca había coincidido en el campo. Tampoco lo haría de inicio contra el Villarreal, pues Jordi Alba, en un escenario extrañamente repetido en la segunda parte de la temporada, no era de la partida, ocupando en su lugar el lateral izquierdo el francés Digné, quien tras un esperanzador comienzo de temporada se ha ido diluyendo cual azucarillo hasta caer en la más absoluta irrelevancia, como tantos otros jugadores de la denominada "segunda unidad" blaugrana.

Me gustaría destacar que, tras las muchas críticas que he vertido sobre Luis Enrique en este blog, estos últimos meses debo reconocerle un mérito en su labor intervencionista a la hora de poner coto a los problemas del equipo. Si tras la debacle de París, y para mejorar la hasta entonces deficiente salida de balón del equipo, impulsó ese 1-3-4-3 que tan buenos resultados dio durante una fase de la temporada, incluyendo la remontada en la vuelta ante el PSG; el pasado sábado nos deparó una nueva sorpresa táctica: una defensa muy adelantada, que facilitaba la presión y la anticipación al achicar tan agresivamente los espacios entre las líneas azulgrana. Está claro que tanto el 1-3-4-3, como esta defensa no son soluciones definitivas, ni perdurables, pero sí que han ayudado en momentos puntuales a solucionar problemas acuciantes del equipo; ofreciendo ambos recursos bastantes réditos mientras se utilizaron.

Y la defensa adelantada del sábado era un riesgo muy grande, ante un equipo que juega con una gacela como Bakambú en punta junto con un jugador tan inteligente como Soldado, perfectamente capaz de descargar hacia sus interiores arrastrando a los centrales, para que aquellos pongan en ventaja las piernas de Bakambú, o incluso darle él mismo ese pase en profundidad como bien se vio en el gol del empate del Villarreal.

El partido comenzó con un repliegue intensivo del Villarreal a la espera de lanzar esa contra que les pusiera en ventaja, aunque sin prácticamente encontrar posibilidad de superar el centro del campo con balón controlado. Esto fue debido a la gran presión, sostenida en la adelantada posición de la defensa, casi en campo contrario, y la extraordinaria actitud de todos los jugadores azulgrana tras cada pérdida de balón. Sin embargo, una vez superada la sorpresa de la recuperación, el juego posicional del Barça, un día más, era demasiado espeso para superar las muy bien colocadas y sincronizadas dos líneas de 4 que dispuso el Villarreal en defensa.

Pero el continuo merodeo del marco amarillo, ocasionó que en una jugada algo embarullada, un disparo de Messi tapado por Mario, acabara en los pies de Neymar quien con la puntera cruzó y puso en ventaja al equipo azulgrana. Parecía que lo más difícil estaba superado, pero en la primera posibilidad que tuvo, el Villarreal, con la conexión Soldado-Bakambú castigó la osadía posicional azulgrana, rompiendo el fuera de juego y definiendo el congoleño con precisión ante un Ter Stegen que algo más pudo hacer.

Tras el empate llegaron los minutos más competidos del partido, con ambos equipo llegando a las áreas, si bien los azulgrana lo hacían con mayor asiduidad, las llegadas amarillas eran quizás más peligrosas. Se acercaba el descanso con el empate, cuando una nueva bajada a recibir al mediocampo de Neymar, constante durante la primera mitad, supuso el inicio de un slalom del carioca, que acababa con el balón en los pies de Messi a escasos metros de la frontal. El rosarino tras un par de quiebros y amagos, disparaba a puerta, y con la ayuda del toque de un defensa, depositaba la pelota en las redes de un desesperado Andrés Fernández. Era la última jugada de la primera parte, y un importante golpe psicológico para los hombres de Escribá.

Y si en la primera parte fue Neymar quien llevó en numerosas ocasiones el balón hasta Messi, con la necesidad del Villarreal de adelantar líneas, en la segunda parte se tornaron los papeles, siendo Messi quien en numerosas cabalgadas, encontraba a Neymar en banda izquierda para que el brasileño desbordará una y otra vez a los defensas castellonenses hasta convertir su flanco en una riada de llegadas con peligro. 

Fue en una de esas transiciones rápidas que llegó el gol de la tranquilidad para el Barcelona. Sin embargo, fueron otros los protagonistas. Sergi Roberto, en una galopada que recordó por momentos la del último gol del Bernabéu, habilitó a Luis Suárez en el área, quien controló, recortó y vacunó como en él es habitual. Otro golazo del uruguayo que ya suma 27 en esta Liga, tan solo superado por el extraterrestre de Rosario.

Tras este tercer gol, Neymar culminó su actuación con un sombrero en parado absolutamente sublime, paralelo y pegado a la línea de fondo, que acabó en penalti por manos tras disparo de Suárez. El recurso de Neymar es difícil de imaginar, no hablemos ya de ejecutarlo con semejante precisión. El penalti lo lanzó Messi, picando suavemente por el centro, al estilo Panenka, y cerrar de esta manera el partido con un resultado abultado, que no refleja las dificultades que sobre todo en el primer tiempo ofreció el Villarreal en el Estadi.

Como dato curioso, decir que con el primer cambio de Jordi Alba por Digné, y durante apenas tres minutos, coincidió por primera vez en Liga esta temporada el teórico once titular. Esta circunstancia refuerza la impresión que ha sido la falta de ayuda por parte de los suplentes en partidos teóricamente asequibles (Málaga, Coruña, Alavés...) los que hacen que el Barcelona, pese a su imponente desempeño frente a los equipos que luchan en posiciones europeas, dependa de errores de terceros para poder revalidar por tercera temporada el título de Liga. Esperemos que no nos tengamos que acordar de estos partidos al recordar esta temporada.






1 comentario:

  1. Pues mucho me temo que sí nos vamos a acordar del Dépor, el Alavés y el Málaga al final de la temporada. Eso y el pésimo ojo fichando que ha demostrado esta directiva en los últimos 3 años.

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