martes, 1 de diciembre de 2020

Liga 20-21. Barça-Osasuna. Victoria holgada y una imagen icónica

Volvía la Liga al Camp Nou tras el parón de selecciones y la derrota en el Metropolitano, endulzada por la contundente victoria de la Unidad B en Kiev. Un Osasuna algo alejado de la buena imagen de la pasada temporada visitaba el feudo azulgrana con la idea de repetir la victoria de este pasado verano ya tras el parón de la Pandemia.


El canterano Mingueza repetía titularidad tras el convincente debut en tierras ucranianas. Un premio y un buen ejemplo para La Masía que ve que sí que es posible subirse al ascensor del primer equipo, aunque sea por bajas indeseadas. Y volvió a cumplir sobradamente, pese a un par de momentos de desconcentración ya con el resultado muy a favor. Deberá corregirlo pues Koeman no solo lo ha notado, sino que se lo ha afeado en la Rueda de Prensa tras el partido. También Braithwaite ha repetido tras su doblete entre semana. Meritocracia que gustan de decir los pomposos.

Volvía Messi tras descanso y Griezmann tras verbalizar su incomodidad y marcar en Kiev. El francés ha comenzado con un clinic de desmarques de todo tipo, y esta vez muchos divisados por sus compañeros, especialmente Messi con el que ha conectado en numerosas ocasiones durante el partido. El argentino, al que siempre le vienen bien los descansos, ha desplegado una versión magnífica desde la derecha, pero aprovechando un Braithwaite que sin balón ofrece mucho de lo que sus dos compañeros de vanguardia necesitan.

Y una tradicional apertura de Messi a la A-18 acabó tras varios rechaces con gol de Braithwaite, quien continua su idilio con el gol. El Osasuna, pese a algunos escarceos, apenas se estaba limitando a achicar el agua con su linea de cinco atrás. Griezmann coronó su gran primer tiempo con un golazo de volea brutal desde la frontal, que seguramente en otras ocasiones habría acabado en la segunda gradería, pero parece que el francés, por fin está de buenas.

Como también quieren todos que lo esté Coutinho, al que Griezmann regaló el tercer gol, pero que sigue con su apatía habitual, más de fado que de samba, y pese a los intentos de todos, entrenador y compeñeros de recuperarle, parece un caso defintivamente perdido. Una de esas situaciones del mundo del fútbol que se recordarán toda la vida, como un jugador despampanante se puede diluir en un par de años de semejante manera pese a la voluntad de su entorno en reconducirlo.

Pero la tarde tenía guardado lo que hará pasar a este partido a la historia. Messi, que fuera de cualquier obsesión estaba desplegando un juego sensacional, entró controlando en diagonal hasta la frontal del área, desde donde soltó un latigazo, cruzado a la escuadra, que sellaba la goleada del equipo. Tras festejar primero con sus compañeros, se dirigió al fondo, y se despojó de la zamarra azulgrana para enseñar una camiseta de Newell´s Old Boys, con la que Maradona jugó con el 10 a la espalda y dirigiéndose al cielo con los brazos alzados, le dedicó un sencillo, elegante e impactante homenaje al ídolo recientemente fallecido.

En apenas unos minutos, la locura en la redes se desató, pues además el gol de Messi se parecía mucho al único que el Diego marcó con la camiseta del equipo de Rosario, y que Leo presenció de niño con su padre. Argentina entera, no hablemos Rosario volvían a entrar en efervescencia, y todos los medios se hacían eco del detalle que Messi había tenido. Una imagen icónica para la posteridad en un partido sin demasiada historia.