martes, 29 de noviembre de 2016

Jornada 13. Un Barça sin interiores naufraga ante una gran Real

Siempre intento huir del pesimismo atávico culé, ese que he vivido en casa desde niño, y que ni siquiera Messi ha conseguido extirpar del barcelonismo clásico. No siempre lo consigo, pero creo que lo tengo bien trabajado, y de hecho, en mi última intervención en la radio el viernes pasado en Goles, pronosticaba una victoria del Barça en su campo más maldito: Anoeta.



Queda claro que esta vez me equivoqué, pues no recuerdo un repaso al Barcelona semejante al que le pegó la Real Sociedad de Eusebio (sobre el que volveré más tarde) el pasado domingo por la noche. Anoeta es un campo en el que va a hacer ya 10 años que el Barça no gana; fue el decadente Barça de Rijkaard y Ronaldinho el último en vencer a la Real en su campo. Fue 0-2 y en 2007. Desde entonces, apenas rascamos algunos empates con Guardiola.

En los últimos dos años había ido a peor, y nos habían ganado 1-0 tirando un solo tiro a puerta en los 180 minutos de los dos partidos, un remate de cabeza de Oyarzábal que la temporada pasada le dio el triunfo a la Real. El anterior año, el del terremoto posterior de Messi, Zubizarreta y convocatoria de elecciones, fue Jordi Alba quien cabeceó  el tanto del triunfo de la Real.

Con estos antecedentes, Luis Enrique se dejó de rotaciones y sacó el 10 titular más André Gomes en el lugar de Iniesta (cuanto te echamos de menos), acompañando a un Rakitic en una baja forma alarmante. El resultado fue un Barça larguísimo, con unas distancias entre líneas que yo, al menos, no recordaba. La MSN nunca estuvo en el juego, bien apretada en el control por la defensa de la Real, magistralmente liderada por Iñigo Martínez, y su centro del campo, con un renacido Illarramendi y un espectacular Zurutuza, junto con Oyarzábal (grandísimo jugador) y el mítico Xabi Prieto, enseñaba al Barcelona cómo se debe jugar posicionalmente en ataque.

Si habéis leído mis crónicas, sabréis que llevo muchos partidos alertando de la falta de fluidez del juego posicional ante defensas cerradas, y ayer, en otro tipo de partido, se dio el paradigma absoluto del daño que el cortoplacismo imperante en el Barcelona, como club y equipo: la irrelevancia de los interiores, hasta hace poco piedra filosofal del juego del equipo y base para dejar a Messi desarrollar su inabarcable talento. A día de hoy, nuestra táctica es que lleguen muchos balones a los buenos de arriba, y punto; en lo que yo llamaría, la argentinización del Barça.

Los interiores en el Barça de hoy, salvo cuando uno de ellos es Iniesta cuya impronta en el juego es tal, que se superpone al "plan general", son piezas de desgaste, que suelen ser sustituidas mediada la segunda parte por el esfuerzo sobrehumano para ser apoyos defensivos en la recuperación y el repliegue; y llegadores en ruptura, bien para arrastrar marcadores y aclarar la zona donde Messi o Neymar fraguan la jugada o llegando al área para rematar centros.

Estas piezas de desgaste dejan al descubierto sus costuras ante equipos que se repliegan de salida. Ante estas defensas no pueden arrastrar, no son alternativa de remate sino más bien estorbo, y no dan fluidez a la circulación de balón para encontrar el espacio al que atacar. Y su perfil, salvo quizás el de Denis, es más propio de un 1-4-4-2 como el atleti o de un 1-3-5-2 como el del Chelsea de Conte, pero nunca para un 1-4-3-3 como el del Barça, cuyos interiores deben más posicionales, acumulando siempre volumen de juego, reordenando al equipo y haciendo bascular la jugada hasta encontrar el momento y espacio adecuado para crear la ocasión de gol. Y si pierden el balón, van a la presión rápida para evitar un repliegue del equipo y el consiguiente desgaste.

Antes este panorama, la Real Sociedad nos brindó una actuación extraordinaria, tanto a nivel individual (Vela, Zurutuza, Illarramendi, Prieto, Yuri e Iñigo Martínez estuvieron soberbios) como colectiva, jugando a ese juego que antes jugaba el Barça, con jugadores de un nivel inferior, evidentemente, pero en esencia, el juego que yo quiero para mi equipo, aderezado además por ese componente racial típico de jugadores de la zona. Una maravilla.

Este juego es la encarnación en el campo de su entrenador, Eusebio. Un hombre de perfil bajo, desde su época de jugador, donde su motor diésel, su exquisita técnica y su visión de juego, llevaban a la práctica a la perfección las consignas de Cruyff, ya fuera desde el mediocentro, el interior o el lateral. Eusebio ha pasado en diferentes etapas por el staff técnico barcelonista, tanto en el primer equipo como en el B, de donde fue cesado por supuestamente no hacerse con las jóvenes estrellitas. Pero su destitución no solo no arregló la situación, sino que hizo creerse a los jovenzuelos que estaban en una posición de poder, y acabaron descendiendo al equipo a 2ªB, de donde todavía no ha salido. Tras sustituir en la Real al sobrevaloradísimo David Moyes, Eusebio tardó un tiempo en modelar el equipo, pero cambió la dinámica negativa del equipo, acabando a mitad de tabla la temporada; y ésta, tras un comienzo dubitativo, se ha rehecho para, a día de hoy, ser el equipo que mejor futbol despliega de la categoria, con poca discusión, y habiendo sometido a Atlético y sobre todo al Barça en Anoeta. Ojalá Eusebio fuera una opción para el Barcelona post-LE, pues supondría una vuelta al origen que se me antoja imprescindible para el futuro.

Lo único positivo para el Barcelona es el milagroso punto salvado, pues el partido estuvo más cerca del 3-0 que del 1-1, desde el minuto 1 al 90, y solo la mala suerte y alguna decisión arbitral errónea, impidió la victoria txuri-urdin en un exultante estadio de Anoeta, cuyos aficionados ovacionaron unánimemente a su equipo tras la exhibición que habían brindado en el césped.

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lunes, 28 de noviembre de 2016

#Sallema. Primera Victoria en la máxima categoría

Como sabéis, Culé de Chamberí, en su más amplio concepto, es un experimento sociológico-futbolístico. Y nada define mejor un experimento así como un equipo de fútbol amateur. Y yo tengo la suerte, ¡qué coño suerte, el honor!, de formar parte de uno muy especial: el Sallema.

Este es el Sallema en foto no demasiado ancestral

Especial por tratarse de un equipo con más de 40 años de historia continuada en el fútbol regional madrileño. Especial para mi por llevar más o menos la mitad de esa historia defendiendo su portería con más o menos acierto (sí, chavales, ya lo sé, ¡un acierto acojonante!); especial porque en él juegan más que compañeros, amigos; algunos de los cuales llevan jugando conmigo desde los 14 años de manera continuada. Especial porque entre unos pocos, lo hemos conseguido mantener vivo, con sangre (en las rodillas), sudor (en el campo y en los despachos) y más pasta de la que nos gustaría. Y especial porque en partidos como el del sábado te hace irte a casa muy, pero que muy feliz y orgulloso.

Llevaba ya unas cuantas semanas con muchas ganas de escribir esta entrada. Este año, tras varias temporadas cada vez más cercanas al éxito, hemos conseguido subir de categoría en el Campeonato donde jugamos. Sabíamos que el año de estreno en la nueva categoría nos iba a costar, y además, el sorteo dirigido nos había emparejado en las primeras 6 jornadas con los 6 primeros clasificados del año anterior, partidos teóricamente fuera de "nuestra liga".

Tenía muchas ganas de escribir esta entrada porque me había propuesto escribirla el día que ganáramos el primer partido. Y cada fin de semana lo veía más cerca. Tras las dos primeras jornadas, en las que recibimos un jarro de realidad en forma de goleadas, un peaje necesario para empezar a competir (sí, competir, esa palabra que tanto he/hemos repetido estas últimas semanas). Y desde el tercer partido, hemos luchado los partidos, perdiéndolos siempre por la mínima y habiéndonos adelantado en todos ellos. Pero la victoria no había tenido a bien, venirse a tomarse con nosotros la cerveza del tercer tiempo. Pero este sábado fue diferente...

Este sábado, un día de perros, lloviendo sin parar desde primera hora de la mañana, con frío, con nuestras mujeres y novias diciéndonos. "¿Pero vais a jugar así?", "¿Es imprescindible que juegues?" (como cada finde;-)), "¡Ya verás como un día te lesionas, y vendrán los lamentos!", nos plantamos once tigres, más dos que venían de camino para servir de recambio, en un campo mojado, pesado, muy mal iluminado, y con 5 derrotas a nuestras espaldas. Pero dio igual...

Además de todo eso, empezamos perdiendo con un gol un tanto embarullado, en el que el portero quizás pudo hacer más, si hubiera tenido algunos años y/o kilos de menos. Pero el equipo estaba jugando bien, había comenzado mandando, llegando a las puertas del área con asiduidad y empuje, pero faltaba ese último pase o ese remate que transformara el juego ofensivo del equipo en peligro y en gol.

Llegamos al descanso, convencidos que este partido no se podía, sino que se tenía que ganar, y salimos en la segunda parte consagrados a ello, pese a un par de sustos iniciales en balones largos frontales. Con el paso de los minutos iban llegando las ocasiones, y estaba claro que el gol era cuestión de minutos, como así fue.

Llegó el empate, comenzó la alegría;  a los pocos minutos minutos la remontada y la fe en la victoria, y poco antes del final del partido el tercer gol, la tranquilidad definitiva; tranquilidad que no perdimos en momento alguno, pues la verdad es que la segunda parte fue relativamente relajada para mi. Al final, el 3-1 refleja perfectamente lo que había sido el partido.

No es cuestión de personalizar, pues ya sabemos quien decidió el partido, pero desde aquí mi pequeño homenaje a todos aquellos que habéis jugado este año, siquiera que sea unos minutos, aguantando estoicamente la adaptación a la nueva categoría con resultados adversos, sin que ninguno se bajara del barco antes de tiempo, y mejorando en cada partido. A este nivel, el nuestro y el de la categoría, somos todos necesarios, no ya bienvenidos, sino claves para buscar esa permanencia que desde el sábado a las 10 de la noche parece mucho más cercana.

¡Enhorabuena, chavales, con dos cojones y jugando al fútbol!

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jueves, 24 de noviembre de 2016

#Messi haciendo de la excepcionalidad, rutina funcionarial

No pensaba escribir de partidos de Champions en el Blog hasta la fase de eliminatorias, pero ayer, en un partido sin demasiada historia, ni trascendencia, volvimos a ver una versión de Messi, absolutamente sobrenatural, con el añadido de alcanzar el centenar de goles con el FC Barcelona en competiciones internacionales (92 en Champions, 3 en Supercopa de Europa y 5 en Mundial de Clubes). Casi ná...



A diferencia de lo titulado para el pasado sábado, ayer en Glasgow sí que hubo paraíso. Y se llamó, como no, Leo Messi; la solución universal a cualquier problema de juego del Barça como le llama Albert Moren en su clarividente Blog.


El Barça se presentaba en Glasgow con dudas tras el empate cosechado en casa ante el Málaga. Y necesitaba ganar confianza para los que, en mi opinión, son dos partidos que pueden marcar la temporada blaugrana, como mínimo en Liga, la visita a Anoeta (de tan perturbador historial reciente) y la visita del "imbatible" Real Madrid de Zidane al Estadi.

El otrora fiero Celtic de Glasgow, no nos llevemos a engaño, no tiene hoy en día el nivel mínimo exigible para la Champions, como ya se demostró suficientemente en Barcelona. Pero bien es verdad, que en casa es un rival duro y correoso, como dicen los clásicos, que aupado por su extraordinaria afición, aprieta a los rivales sobre todo al principio de cada parte y si no lo tumbas rápido con la diferencia de calidad, como le pasó al City este año, o al mismo Barça un par de veces en temporadas anteriores, te puede complicar el partido.

Sin embargo ayer, ya desde el primer minuto ya se vio que Messi estaba por la labor y acertado en su lectura táctica del partido y en la ejecución. Más centrocampista que nunca ante la ausencia de Iniesta, incluso frecuentó la banda izquierda por momentos, donde con un muy mejorado Jordi Alba y con Neymar, combinó con asiduidad hasta encontrar el gol desde esas posiciones, tras un magnífico pase sobre la defensa del brasileño, culminado con un extraordinario, por la dificultad y la precisión, remate al primer palo.

También recibió Leo posibilidades de descarga por detrás con Busquets, afortunadamente liberado de sus recientes atribuciones como tercer central, lo que además de dar al traste con la más eficaz opción de robo tras pérdida, reduce su intervención en el juego posicional en tres cuartos de cancha, de lo que se ha venido resintiendo recientemente el equipo antes rivales más replegados.

Pases en corto y en largo, quiebros, regates, paredes, combinaciones horizontales y en ruptura, un recital extraordinario de partido completo al alcance de absolutamente nadie en el fútbol actual, y me atrevería a decir que de todos los tiempos. Pero lo más sorprendente es que seguramente para él, en su fuero interno, no fuera más que un día más en la oficina, rutina funcionarial.

Y por cierto, casi jugó andando...

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martes, 22 de noviembre de 2016

Jornada 12. Barça-Málaga. Sin Messi no hay paraíso

Esta jornada no pude ver el partido del Barça en directo, ya que estaba disfrutando con una pareja de amigos, su 40º cumpleaños en un sarao de lo más divertido que montaron para compartir con nosotros tan señalada fecha. Por eso, he podido ver el partido desde la frialdad de conocer el resultado, dedicándome a analizar las causas del resultado, y no pensando a posteriori sobre lo intensamente vivido en un partido en directo.




La primera noticia del partido fue la indisposición de Messi, lo que significaba que el partido viraba de manera subita, y la buscada 5ª tarjeta de Luis Suárez comenzaba a tener tintes dramáticos, lo que por otra parte me parece en cierto modo un punto de justicia poética hacia este tipo de artimañas de equipos y jugadores. Aunque  parece que siempre se cumplen estas cosas en contra del Barcelona. Debe ser nuestra falta de sintonía con el esoterismo que tanto trabajan en otras latitudes no tan lejanas...

El partido empezó con un dejá vu de otros partidos malos en el Estadi. 1-5-4-1 del rival, y atolondramiento habitual del juego posicional ofensivo. Las ocasiones caían a cuentagotas, más por acumulación de contrarios en la cercanía del área que por méritos del equipo azulgrana. El Málaga, apenas pasaba del medio campo, como ya pasó hace unas semanas con el Granada, pero sobrevolaba la maldición del ex, plasmada en Sandro, ese futbolista que por buena persona dejamos ir con la carta de libertad en otra asombrosa gestión de nuestra simpar dirección deportiva.

Sandro, muy buen jugador qué duda cabe, no se adapta tan bien al papel dual de náufrago y ancla. Náufrago, porque nunca tenía a nadie cerca; y ancla, porque debía encargarse de bajar los despejes desesperados de sus compañeros de la doble linea defensiva. Al haber sido formado en La Masía, Sandro no está en modo alguno acostumbrado a que su equipo no sea protagonista del encuentro, y cuanto menos a tener que aprovechar balones perdidos una vez cada cuarto de hora. En eso, Deyverson con el Alavés dio un clinic, y Kravets del Granada hizo un entrañable pero agotador ejercicio de voluntarismo, que nunca pudo ser aderezado por una calidad de la que adolece en comparación con los anteriores.

Los minutos caían, los interiores, esta vez Denis y Rafinha, aunque este último intercambiando posiciones con Arda, caían en la intrascendencia, no aportando la fluidez en la circulación necesaria para romper a una defensa bien plantada, concentrada y solidaria, cuyo último bastión, Carlos Kameni, comenzaba a dar muestras que esta vez le tocaba ser N´Kono en el Camp Nou y no Rufai.


Piqué y Kameni fueron los mejores jugadores del partido

Con la ausencia ya conocida de L. Suarez y de última hora de Messi, todas las miradas se fijaron en Neymar, que voluntarioso equivocaba la mayoría de las decisiones, algo que desafortunadamente se está haciendo ya habitual, pero, además, esta vez no estaba acertado en el regate durante la primera parte. En la segunda, se intentó echar el equipo a la espalda durante la primera media hora, con más voluntad que acierto, pero, Piqué aparte, fue sin duda el hombre más peligroso para la defensa malaguista.

¿Y Alcácer? ¿Qué pasó con Alcácer? El de Torrent, aparte de inmerso en una de esas malditas rachas de delantero en que no acertaría con el Arco del Triunfo a puerta vacía, tiene una nula intervención en el juego que lleva a estadísticas tan demoledoras como que estuvo desde el minuto 10 al 41 sin tocar un solo balón. Bien es cierto que sus movimientos muestran siempre sentido, y ayuda fijando, abriendo y descolocando defensas, pero llega un momento en el que a un jugador del Barça, sin entrar a tocar el tema del precio y sus circunstancias, se le debe pedir mucho más. Personalmente, siempre he sido un admirador del juego de Alcácer, y #MisVikingos pueden dar fe de ello, pero es evidente que debe aportar muchísimo más de lo que hasta ahora le hemos visto.

El último cuarto de hora, tras la discutible expulsión de Llorente, en una entrada desmedida, pero menos dura de lo que pareció a primera vista, fue un quiero y no puedo del conjunto azulgrana. Apretando con más intensidad que juego, aprovechando la superioridad numérica, el cansancio malaguista y liderados por un Piqué que acaudillaba las desordenadas huestes culés, los azulgrana se lanzaron en busca de una victoria que si bien pudieron merecer por empuje, acumulación de opciones en área contraria y por las controvertidas decisiones arbitrales, tampoco podemos decir que fuera una injusticia que el encuentro desembocara en un reparto de puntos al final del encuentro.

Entre las cosas que me llamaron la atención del partido, aparte de la ya más que perturbadora falta de fluidez del juego posicional barcelonista, debemos también considerar el gran orden defensivo malagueño y la muy meritoria actuación de Kameni, extraordinariamente motivado y que rozó los tintes heroicos con su última parada a remate de cabeza de Neymar, estando semi-lesionado y en el descuento. También me gustaría entrar a analizar la necesidad de castigar realmente las continuadas pérdidas de tiempo que se suelen producir en partidos como el del sábado, aunque bien es cierto que el árbitro en este caso estuvo más que correcto al añadir un par de minutos más de los inicialmente señalado, pues Kameni se pasó casi 3 minutos tras aparecer la tablilla de descuento, yaciendo semi-muerto en el área de meta.

En resumen, comienza a ser más que preocupante la deriva futbolísitica culé, no solo por los resultados, especialmente en casa, sino por la aparente falta de soluciones ante situaciones que por repetidas deberían a mi entender estar mínimamente trabajadas, pues ya nadie sorprende al presentarse en el Estadi con dos líneas de 5 y 4 hombres dispuestos a morir en la defensa numantina de su marco.

Mi esperanza es que todas estas rotaciones, decepciones, bajos momentos de forma de jugadores clave sean una estrategia de Luis Enrique para tener a tope y con opciones al equipo en todas las competiciones en los meses decisivos de la temporada. Si no, yo es que ya no sé...

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lunes, 21 de noviembre de 2016

#ComoHaJugadoElMadrid. Sorprendente derbi madrileño by Nacho Del Corral

Este fin de semana se nos presentaba un apasionante Derby Madrileño, que en los últimos años se había vuelto a convertir en competido, apasionante y nuevamente incierto en cuanto al resultado que se podía producir.


Hasta sobre la nieve ha bregado nuestra Flecha Roja

Ante semejante panorama, este experimento sociológico-futbolístico debía estar a la altura, por lo que pedí a la pluma más afilada, certera a la par que refinada de todos #MisVikingos. Un hombre que es capaz de convertir una queja en la hoja de reclamaciones en un bar de Salou a primera hora de la mañana tras una noche, llamémosla densa, en una auténtica oda a la importancia del cliente en la hostelería, y que incluso en un soporte como whatsapp es capaz de diseccionar una situación en apenas un pequeño párrafo. Se trata de nuestro amigo Nacho, Luke Skywalker en versión nocturna y/o futbolística, en la que también se le conoce como la flecha roja, por su característico tono capilar, velocidad y potencia.

Conocí a Nacho hace más de 25 años, pues compartíamos bloque de pisos en Chamberí. Coincidimos en la universidad (especialmente en la cafetería y jugando a la Pocha) y en nuestro primer "trabajo" con su memorable tío Antonio (QEPD), quien me abrió los ojos a las bondades del Cutty Sark, entonces marca pseudo-clandestina poco proclive a ser objetivo del garrafón noventero que tanto daño hizo a nuestra generación. Eramos contables de PYMES desde el sector del metal hasta de la farándula, y pasamos largas tardes con poco trabajo jugando al Tetris (y bautizando sus piezas como "roto-descosío", la T que hacía apaños en casi cualquier situación de partida).

Con posterioridad, Nacho se enfrascó en el mundo de los seguros, donde a día de hoy es una eminencia que se han venido disputando las mejores corporaciones financieras del país, pues es difícil toparse con un tipo más serio y profesional por la vida, virtudes que, junto con el bagaje que va acuñando con los años, hacen de Nacho una auténtica joya para cualquier CFO que se precie.

Futbolísticamente, Nacho es todo despliegue, entrega y conocimiento del juego, un compañero al que siempre conviene tener en tu equipo y que tan solo cierta pelea con el golpeo de balón le separa de ser un auténtico fuera de serie. Pero amigos, no se puede tener todo en la vida...

Aunque viendo como ha superado su afonía crónica de los domingos por la mañana al ir a jugar los partidos de copiloto en mi coche, convirtiéndole en un cantante del más alto nivel, no me extrañaría que cualquier día se presentara en una pachanga desplegando el golpeo de balón de Gareth Bale.

Sin más preámbulo os dejo con su deliciosa crónica del derby:

Gracias, Culé de Chamberí, por inventar esta forma de júrgol-comunicación en la que tu sabiduría extrema deja espacio de opinión para todos los mortales que tenemos el honor de formar parte de ese gran círculo de tus amigos.

Había expectación con el 11 que ZZ elegiría para encarar el temido derbi de la capital, y cuando por fin se hizo oficial nos llevamos varias sorpresas agradables. Lucas partía de inicio en detrimento del tocado Benzemá; Ramos (miedo me daba) no conseguía recuperarse a tiempo y Nacho cubría el centro de la zaga junto a Varane; y Bale, alabado sea el Señor, jugaría por la izquierda.

Pero una vez iniciado el partido fue Isco el centro de los elogios. Dada su irregularidad, es difícil tener una opinión definida sobre el malagueño (de hecho, sobre su juego confluyen apasionadas filias y fobias), y desde luego no veo en él un titular una vez se recuperen los lesionados, pero ayer nos deleitó con una soberbia primera parte y un buen partido en general. Colocado en principio como segundo punta junto a Ronaldo, dio una exhibición de movilidad, dejándose ver por todo el centro del campo, jugando el balón con criterio, con peligro, y ayudando a la presión en la salida de balón del Atlético.

Al menos en Liga (que nuestro idilio con la Champions es otro cantar), afrontamos muchos vikingos estos partidos como una visita al urólogo, donde el sufrimiento está garantizado y sacar algo positivo después del trance se antoja una esperanza cada vez más vana.

Pero ayer fue diferente. No estuvieron cómodos los rojiblancos en ningún momento, y como siempre pasa se cruzan en los porqués deméritos propios y méritos ajenos. El 4-4-2 de Zizou no supuso en sí mismo un acierto, pero los conatos de presión y el inusual orden de las piezas elegidas para ejecutarlo dio unas prestaciones superiores a lo habitual. Lucas no tuvo su mejor día pero revalidó su compromiso con el rigor defensivo; Isco colaboró más de lo que suele hacer su sustituido Benzemá; Marcelo, aunque desacertado, estuvo más contenido en ataque y contó con intermitentes ayudas de Bale, anulando prácticamente la banda derecha rojiblanca; Kovacic sigue ganando crédito para cubrir las carencias defensivas que genera la baja de Casemiro, y mejoró su otrora infartante y atolondrada gestión del balón; Modric, conocido centro de vigilancia de los soldados de Simeone, sin proyectar su brillantez habitual, dejó muestras de su clase y su impecable lectura de las situaciones de juego; y con un entorno comprometido y ordenado la pareja de centrales Nacho-Varane pudo regalarnos una labor sobresaliente.

Vimos una primera parte con un Atlético inoperante, sorprendentemente superado en la mayoría de escaramuzas, e incapaz de ganar la gran baza que le presuponemos indiscutible: la intensidad. Pero este año en el Manzanares también hay mucha calidad, y jugadores desequilibrantes a la altura de los mejores de Europa..., que no aparecieron. Muy gris Griezmann, al que no parece haberle sentado bien su merecida entrada en el Olimpo de los grandes según las últimas tertulias. Regular Koke, muy mal acompañado ayer por GabiDesaparecidos Saúl y JuanfranDesquiciado Torres. Tras el descanso demostró el Atlético su orgullo y salió volcando el partido hacia la portería de Navas y concretamente hacia su flanco derecho, percutiendo durante 20 minutos por la banda de Filipe Luis y Carrasco, los mejores de su equipo por incansables, que no por su acierto. Pero no llegó el gol, ni siquiera ocasiones claras, y cuando Simeone movió el banquillo el partido ya tenía una inercia que parecía inamovible.

CR7 sumó un valioso hat-trick a su infinita colección, pero no brilló. Un gol de falta de rebote, un dudoso penalti y un regalo de Bale configuran el logro. Más asociativo y móvil que la mayoría de las veces, el portugués sigue siendo un depredador del área que influye poco en todo lo demás. No podemos negarle el mérito del máximo premio que existe en este juego, pero de la máxima estrella del mejor equipo del mundo espero algo más, sobre todo en tantos partidos donde desaparece. En el fútbol actual hay que tirar diagonales, abrir espacios sin balón, juntar las líneas, presionar tras pérdida, ayudar a los laterales, etc. Podemos perdonarle su tacañería a CR7 en estos temas cuando marca, faltaría más, pero cada vez lo hace en menos partidos, y entonces me acuerdo de Luis Suárez.

Bale estuvo discreto, pero la jugada del tercer gol es una excelente muestra de sus virtudes. Cuando Isco le cede el balón, pese a que aún tienen que pasar muchas cosas, ya huele a gol. Con espacio y en su sitio, la izquierda, arrancó el expreso de Cardiff, volando sobre la hierba para ceder en bandeja su tercer gol al portugués. Parece fácil..., ojalá le veamos más en su hábitat natural.

En definitiva, partido serio y comprometido del Real Madrid, que fue superior al Atlético pero no tanto como refleja el resultado. Indiscutido el talento de sus jugadores, necesita el equipo blanco encontrar una disciplina táctica y un nivel de intensidad que le dé la regularidad necesaria para alcanzar los objetivos perseguidos. Ayer hubo motivos para la satisfacción, pero no conviene recrearse, aún le queda mucho a este equipo para alcanzar el nivel que corresponde a su presupuesto y a su grandeza. A ver si por fin ganamos la Liga Santander.


¿Qué? Alucinando con el nivel, ¿no? Pues sí, así escribe la "perlita". Dejad vuestras opiniones, dudas, pareceres, quejas, incluso insultos cariñosos en los comentarios, que hay que darle vidilla a esto.

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viernes, 11 de noviembre de 2016

#ComoHaJugadoElMadrid. Sin novedades en la oficina por Raúl Casado

Poco a poco van goteando las aportaciones de #MisVikingos a este experimento sociológico-futbolístico que es Culé de Chamberí. Uno de los que todavía no se había dejado caer por aquí es nuestro inefable Raúl, hombre de fina ironía e inexplicable pesimismo futbolístico, mucho más cercano al tradicional culé de barretina y "aquest any tampoc" que a un madridista de pedigrí como él, asiduo del lateral del Bernabéu desde los 80.

Raúl es un hombre recto, virtuoso y responsable, al que no se le conocen derivas de enajenamiento siquiera momentáneo, como mucho algún careo subido de tono en whatsapp con el Campéon, otro de #MisVikingos que todavía no ha tenido a bien dejarnos su impronta en el Blog. Profesional de prestigio en el ámbito de los seguros, exitoso opositor vocacional (apodado con cierta mala baba Mr.Flexo por sus impecables hábitos de estudio), es hombre ducho en materias legales por su formación legal en la Universidad Autónoma, en donde también cayó alguna que otra partida de mus y pocha, no nos engañemos.

Futbolísticamente, Raúl ha sido siempre un hombre de técnica, de toque, alejado de esa tan manida y caduca furia española, cuya carrera quedó desafortunadamente truncada por una enfermedad renal, felizmente superada, pues ante la, por otra parte inverosímil, probabilidad de un choque fuerte (por nunca presenciado, no se le recuerda acudiendo a balón dividido alguno durante su carrera) tuvo que dejar el balompié antes de tiempo. Siempre nos quedarán en la retina sus goles de rosca pasada rasos y sus pases al hueco en profundidad, muchas veces sin mirar estilo Laudrup. Incluso hizo sus pinitos como guardameta con remarcable acierto durante una de las escasas lesiones que servidor ha sufrido durante su carrera.

Ahora, más cerca que nunca del aficionado de tribuna, (aunque nunca lo estuvo del de gallinero), disfruta junto a Ana, una atlética de pro (¡qué divertidas deben ser las comidas familiares con el suegro!, furibundo hincha colchonero según nos cuenta), del pequeño Diego, un mini-Raul, al que ya se le ven maneras; y si siguen mi consejo del pasado sábado, ya toca ponerse con la parejita, eh chicos;-)

Defensor a ultranza de Di María, Del Bosque, Ancelotti y Gareth Bale, y muy crítico con el Florentinato, Raúl se presenta en este Blog, para contarnos lo que pasó el pasado domingo en la matinal del Bernabéu contra el Leganés, pese a ser poco amigo de las tecnologías e Internet como buen hombre cauto. Aquí os dejo su crónica:

Sexto partido del Real Madrid en casa en esta liga y la sensación de que cada partido es peor que el anterior. Frente al seguramente peor equipo que ha pisado este año el Bernabéu, el equipo fue incapaz de crear una sola ocasión en toda la primera parte más allá de los dos goles de Bale, motivados únicamente  por la enorme diferencia de calidad individual que existe entre ambos rivales que provoca que al final se generen goles frente a este tipo de equipos por inercia.

El resumen del partido es breve. Primera parte soporífera, sin ninguna conexión entre las líneas del equipo tanto para defender como para atacar, lo que provocó un cortocircuito permanente en el juego del Madrid. Juego espeso, lento y sin ninguna verticalidad durante todo el primer tiempo salvo algunas intentonas de Kovacic de ir con el balón hacia la portería contraria. La segunda parte se inició con algo más de voluntad, y fruto de ello fueron algunas ocasiones iniciales en el inicio de este segundo periodo, como un cabezazo de Bale, doble goleador en el partido de ayer; pasado ese breve fogonazo, poco más durante el resto de la segunda mitad.

Resumido a grandes líneas lo que fue en mi opinión fue el partido, sí querría detenerme a hacer, por línea, un análisis más individualizado de algunos jugadores.

En defensa, Nacho volvió a demostrar que es un central de absolutas garantías. Posiblemente, como defensa, el más sobrio junto con Pepe. Rápido, potente, concentrado los 90 minutos y sin concesiones para la galería. Le falta la prensa que tienen otros, pero siempre cumple. Por contra, mal partido de Carvajal, muy impreciso en el pase, y sobre todo un caso que empieza a preocuparme más: el de Varane. Tengo la sensación de que se ha producido un parón en su evolución. Sigue fallando determinados pases fáciles desde la defensa y sigue sin mostrar la contundencia que debe mostrar un central. Le salva su tremenda zancada y potencia en carrera, pero se le debe empezar a exigir algo más.

En cuanto al medio del campo, mis críticas se centran en Isco, que me sigue pareciendo un jugador intrascendente, demasiado horizontal en el pase, con poco físico y lento. Creo que en ese puesto el Madrid necesita un jugador con otras condiciones, que aúne calidad, disparo potente  y verticalidad; jugador que seguramente tiene y que es Asensio, quien a mi juicio debería disfrutar de más minutos. Por lo demás, señalar que el Madrid sigue necesitando urgentemente la recuperación de un medio defensivo como Casemiro, que aporte estabilidad al equipo. De lo contrario Kroos, que nunca podrá ser un medio defensivo, se encuentra limitado para poder aparecer cerca del área, donde su precisión en el pase y su buen disparo generarían sin duda más peligro. Kovacic fue lo mejor del centro del campo, intentando aportar la verticalidad que el resto no aportaba, si bien sigue conduciendo en exceso la pelota en ocasiones.La mejor noticia en esta línea fue la reaparición de Modric, que disfrutó de 30 minutos que le vendrán de perlas para intentar llegar en las mejores condiciones posibles al derbi de dentro de dos semanas (a los que habrá que añadir los minutos que dispute con su selección en este parón) 

Finalmente, en cuanto a la delantera, Cristiano mantuvo su línea de esta temporada en el Bernabéu: partido mediocre, provocado a mi juicio por dos factores: una forma física que no es a la que nos tiene acostumbrados; y una obsesión por romper su sequía de goles en el Bernabéu esta temporada. Y a lo que añadiría un tercer factor: creo que en su subconsciente pesa y mucho la posibilidad de un cuarto balón de oro y la sombra de Messi, y esa es otra losa mental que creo que no está gestionando bien actualmente. Aderezado lo anterior con una tarjeta amarilla absurda por protestar una jugada intrascendente así como por sus gestos habituales egocéntricos (por ejemplo protestando airadamente a Bale por no haberle pasado en una jugada que acabó con disparo del galés que rechazó el portero) Partido flojo de Morata, que aportó poco, demasiado tiempo en el suelo, impreciso con el balón y que apenas entró en juego, si bien en su haber hay que apuntar un buen gol. Y en cuanto a Bale, flojo en el juego asociativo, pero sus dos goles sirven para mitigar las críticas en cuanto a su más que discreto partido.

Zidane sigue teniendo mucho trabajo por delante. Hasta ahora mal en la dirección y mal a mi juicio en la gestión del banquillo, donde jugadores como Lucas Vázquez, el anteriormente señalado Asensio, o el propio Morata, deberían disfrutar de más minutos, especialmente,  y al menos, en partidos de liga en casa frente a rivales de mitad de tabla hacia abajo. La temporada es muy larga y hay que repartir los minutos.

En definitiva, al aficionado madridista se le puede seguir engañando con el hecho de que el Madrid sigue siendo el único equipo invicto, pero la realidad es que hasta ahora el Madrid no ha tenido un partido de enjundia en esta liga y a pesar de ello se ha dejado puntos en partidos en casa muy asequibles donde no conseguir la victoria puede costarle a futuro muy caro.

Viendo el calendario hasta ahora y el que han tenido sus rivales directos, el colchón con el que llega de dos puntos frente al Barca se me antoja escaso ante el panorama de las próximas 4 salidas: Atlético, Barcelona, Valencia y Sevilla.

Ojalá este equipo vuelva a dejarnos en evidencia y, cuando todos pensamos que es cuando peor está, sepa dar lo mejor de sí mismo y sacar un bagaje favorable de estos cuatro partidos. No será fácil, pero sin duda la vuelta de Modric y Casemiro contribuirán a que ese objetivo sea más factible.

Por último, no quiero finalizar mi resumen sin hablar del arbitro Mateu LahozTengo que reconocer que es un árbitro que no me disgustaba, sobre todo en sus inicios, pero creo que empieza a ser fagocitado por su propio personaje. Mal en las tarjetas y mal entendiendo el juego. Castigó con amarillas faltas que no eran merecedoras de tales, y en cambio dejó de sancionar con tarjeta faltas que en algunos casos bordeaban el color rojo.

En fin, esperemos que en próximas crónicas podamos estar hablando de algo distinto de lo visto hasta ahora. A día de hoy, la orina del enfermo tiene mala pinta, pero no olvidemos que este enfermo ya ha salido de la UCI muchas veces...


Dar las gracias por último al Culé de Chamberí por darme la posibilidad de manifestar mi visión del equipo en esta jornada, que en mi opinión resume lo que ha sido la tónica del equipo durante este primer cuarto de liga.

Completísimo análisis de nuestro querido Raul, extrapolando las sensaciones del partido a las del resto de lo que llevamos de temporada. Como véis, es un fino analista, notario de la actualidad futbolísitica. Vosotros, ¿estáis de acuerdo con su quirúrgica opinión? Contadme...

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jueves, 10 de noviembre de 2016

Jornada 11. Sevilla-Barça by @scancelo

Como ya debéis estar un poco hartos de las crónicas del Culé deChamberí sobre los partidos del Barça y aprovechando la existencia de un palangana camuflado entre la pléyade de #MisVikingos, esta semana he pedido a mi amigo @scancelo (Illo, para nosotros) que me hiciera una reseña del grandísimo partido que presenciamos el pasado finde.

En el medio arriba, Sergio, con su equipo de la infancia en Sevilla

Sergio llegó casi por casualidad a nuestras vidas, de la mano de su mujer Lorena, a la que conoció en un viaje en las cálidas aguas caribeñas. Su noviazgo se fue consolidando hasta devenir en boda en un gran fiestión sevillano como tiene que ser (con pre-boda por el Guadalquivir, boda de día y post-boda para los más valientes) y al poco llegaron dos guapas sevillano-madrileñas de enormes ojos azules como la madre.

En su vertiente profesional, Sergio se dedica al mundo de los recursos humanos, pero dado lo poco bucólico del término, él le termino dando la vuelta autonombrándose, director de felicidad, y emprendiendo un proyecto muy interesante, (myhappyforce.com) en el que se preocupa realmente por las personas que trabajan en las empresas con el doble objetivo de mejorar su bienestar y, consecuentemente, su productividad, identificación e implicación con el proyecto profesional en el que desarrollan su carrera. Esto lo podemos ver en su bio de Twitter:

Personas, compromiso, motivación y todo lo que pueda hacer la vida
 más fácil a las personas en el trabajo. Cofounder de HappyForce

Sergio deportivamente hablando, además de un extraordinario jugador de pádel (tan extraordinario que a punto estuvo de ganar un partido conmigo de pareja), nos deleitó en sus presencias en los campos de fútbol con nuestro equipo (en el que militó de manera discontinua, todo hay que decirlo), con algunos de los mejores goles de disparo lejano de la historia del equipo, con mención especial a uno de exterior contra unos canis (como él diría) a los que casi doblábamos en edad, y en consecuencia en sabiduría futbolera, y que no entendía que esos tíos, que ellos decían tan malos, les estuvieran pegando semejante baño de fútbol.

Aquí os dejo su crónica de lo acontecido el pasado domingo en el Ramón Sánchez Pizjuan:



Partido emocionante el que se disputó en la bombonera de Nervión. Se presentaba el gran Barcelona liderado por Leo Messi con la intención de no perder la senda del Madrid, y el Sevilla, el local, el equipo que para hacerle doblar la rodilla en su campo hay que hacerlo muy bien, y que tenía la idea fija de no perder de vista la cabeza de la liga.

El Barcelona venía con dudas y camino de una crisis. Ya sabéis, todo eso que se dice en la prensa para ganar cuota de pantalla, lectores y hojas de periódico. ¿De verdad un equipo con el gran Messi está en crisis por perder con el City?

El Sevilla venía de ser líder en la Champions League y haciendo grandes partidos en casa, sobre todo con el Atlético del Cholo Simeone, pero las estadísticas hay que romperlas. El Sevilla es el equipo preferido de Messi, y de los últimos 17 partidos, el Sevilla sólo ha ganado uno, el de la temporada pasada y porque no estaba Leo.

Podríamos empezar por el final para hacer el resumen de este partido. ¡Qué grande es Messi! Cuánta razón tenía Sampaoli. Había que hacer un plan contra el Barca y otro contra Messi. El del Barca le salió bien, el de Messi, casi.

El partido empezó frenético con ocasiones para los dos equipos. Volea de Escudero, oportunidad de Suárez, presión, ataque y más ataque. El Sevilla empezaba a presionar desde muy arriba intentando crear errores en los jugadores del Barcelona. El estilo de Sampaoli parece que empieza a calar en los jugadores. Habrá que ver si el Sevilla es capaz de llegar fresco a final de temporada.

Me sorprendió ver al Barcelona lento, con jugadores sin ambición en los primeros 45 minutos, caras serias y algo de pasotismo. Es verdad que este equipo juega bien, y que Messi es el Mesías, pero cuánto vamos a echar de menos a Iniesta cuando se retire. Nadie era capaz de coger la pelota, tocarla, soltarla con sentido, conducirla… El Barcelona no veía la pelota, y yo tenía la sensación que no sabía a qué jugaban.

Por otro lado el Sevilla se crecía. Nzonzi estaba sublime. Le podías dar un melón que era capaz de pararlo, poner pausa y pasar con sentido. Mariano, me recordaba a Dani Alves, no se cansó en los 90 minutos. Escudero y Sarabia muy serios y sabiendo lo que tenían que hacer y Nasri ejercía de líder, líder implicado al 100% con la causa.

Llegaba el gol del Sevilla. Por fin Vitolo metía un gol y era el premio a un gran comienzo de temporada. Pase de Vietto, error de  Sergi Roberto, ¿mal salida de Ter Stegen? Vitolo llevó una muy buena conducción del balón hasta el final donde se le escapó un poco la pelota. En mi opinión creo que estuvo bien y que Vitolo hizo una gran definición.

El Sevilla seguía a lo suyo y el Barcelona parecía un zombie. No veía el balón, no era un equipo, alguna individualidad y por supuesto que iba a tener su oportunidad. El Sevilla empezaba a desperdiciar oportunidades.

Para ganar al Barcelona tienes que jugar un partido excepcional, como los primeros 45 minutos del Sevilla, pero necesitas goles y eso es algo que tiene que trabajar el Sevilla. No puedes pedirle a Vietto que sea el más pesado del campo, el perro de presa y que llegue al área fresco para marcar. Eso se llama Luis Suárez y no hay muchos.

El problema del Sevilla es que Messi despertó en los últimos 5 minutos de la primera parte y empató el partido en el peor momento para el Sevilla. Contra del Barcelona muy bien llevada y que culmina de una manera sublime. Toque preciso  ajustado al palo. Aquí empezó a ganar el partido mentalmente el Barcelona.

En la reanudación de la segunda parte se pudo ver claramente que el dueño del partido se llamaba Messi. El Barcelona se movía a su gusto y el Sevilla empezaba a sufrir. Regates, carreras, ocasiones y más ocasiones. Messi empezaba a hacer de las suyas, a hacerse el dueño, a liderar a su equipo, a tirar de los suyos. Pudo meter alguna de todas las que tuvieron antes de la aparición de Suárez y sentenciar el partido.

Del Barcelona hay que destacar que el tridente es capaz de arrastrar a todo un equipo. En esta segunda parte destacaría a Umtiti, estaba en todos lados para poder taponar las llegadas del Sevilla. Un Sevilla cansado pero que nunca deja de creer en poder llevarse un resultado positivo del partido aunque sea el Barcelona el que esté en frente y con ayuda de la grada.

Dejemos el penalti del final para la prensa. No fue penalti y no iba a cambiar el resultado.

Sobre Ter Stegen, no comentaré mucho, que para eso está mi amigo Culé de Chamberí portero de vocación para opinar con sabiduría, pero sí comentaré que hay que tener mucha sangre fría para ser portero del  Barcelona en el que hay veces que te dan pases complicados para un portero y querer empezar a jugar desde atrás. Más de uno, habría dado el balón a un jugador del Sevilla. Qué fácil es criticar.

¿Resultado justo? Desde el punto de vista que el que mete más goles gana, sí. Desde el punto de vista del juego, una parte para cada uno.  Teniendo a Messi, es justo que el Barcelona gane.


¡Qué grande es Messi!


Espero vuestra crítica y comentarios, sobre todo de mis vikingos, dado el exquisito trato que ha dado el Illo a Messi. La polémica está servida ;-)

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miércoles, 2 de noviembre de 2016

Jornada 10. Barça-Granada. 3 puntos y algo de preocupación

Tras la intensísima, polémica y victoriosa salida a Mestalla, el Barça recibía en el Estadi al colista de la Liga, el Granada, en principio una víctima propiciatoria para una tranquila y goleadora noche para jugadores y seguidores azulgrana.



Las múltiples lesiones de los últimos partidos abrieron hueco en la convocatoria a 3 jugadores del filial; el lateral canario Nili ante las ausencias de Alba y el sentenciado Aleix Vidal, el central brasileño Marlon por Piqué y Mathieu, y por encima de todos, la gran perla de la Masía a día de hoy, Carles Aleñá, cuyo debut en caso de resultado abultado en la segunda parte era para mi el mayor de los alicientes del partido.

Al final, ni victoria abultada ni debut de Aleñá, ni casi nada que llevarse a la boca para la afición culé, fuera de los ya más que descontados tres puntos. Apenas media hora de detalles de Leo Messi al comienzo, el gol de Rafinha en un acrobático remate, la confirmación otro partido más de Sergi Roberto como lateral con proyección ofensiva y capacidad de asociación con Messi, el crecimiento de Umtiti y algún detalle técnico de Neymar, además de la clásica tarjeta amarilla para el carioca por otra protesta/discusión sin demasiado sentido, que parece casi acabó en trifulca en el túnel de vestuarios. Sin duda Neymar debe hacérselo mirar.

Luis Suárez ofreció a la afición la Bota de Oro junto a sus hijos

El partido fue malo de solemnidad, como decían los clásicos, principalmente en la segunda parte. El Granada, como luego se encargó de ensalzar Luis Enrique como si fuera una proeza, no tiró una sola vez a puerta, ni siquiera forzó una salida de pelota complicada a la defensa o el portero azulgrana. Se limitó a colocar una linea de 5 en el borde de su área y otra de 4 cinco metros adelante, con el pobre ucraniano corriendo en punta como un loco sin ninguna opción de robo ante la defensa y mediocampo culés. Por muy malo que fuera el juego azulgrana, que vaya si lo fue, era impensable que no encajaran en 90 minutos de ver rondar la pelota la portería nazarí.

Ante el encomiable a la par que improductivo ejercicio defensivo del equipo de Alcaraz, el Barça no encontró soluciones más allá de la calidad individual, algo adormecida, de sus atacantes. El juego posicional del equipo, una vez más, fue pobre en soluciones, obligando a unos contra uno, siempre escalonados con corrección por los defensas granadinos, o alguna genialidad de Messi, que si no llegó a consumarse en el primer gol, fue por la falta de acierto en el remate de sus compañeros de ataque.

Así remató Rafinha el único gol del partido

El Granada, visto lo visto, es un firme candidato al descenso. Tras el despido del casi temerario Jémez y su juego de toque extremo, ha contratado un entrenador que se encuentra en el extremo opuesto del espectro en cuanto a idea de juego, Lucas Alcaraz. Esto ofrece dos cuestiones a comentar; lo primero, que si el equipo estaba diseñado para ser entrenado por Jémez, se supone que debe tener un perfil de jugadores absolutamente incompatibles con el estilo que ahora quiere imponer Alcaraz, en la desgraciadamente más que establecida tradición de los grandes volantazos en la dirección deportiva o gestión de los equipos. Y la segunda, que es la que a mi como barcelonista me importa, que se ha cedido a Sergi Samper para que tenga minutos en primera a un equipo cuyo patrón de juego por el estilo del entrenador se asemejaba al Barcelona y encajaba con el chico, y ahora no va a jugar un pimiento, y si lo hace será para correr detrás de rivales, que no creo que aporte demasiado a su formación definitiva como jugador. Otro contratiempo para la Masía, aunque quizás esta vez no es culpa de la directiva, que sí que debería tomar nota para no volver a ceder jugadores a este equipo que demuestra tener una falta de coherencia en el proyecto tan evidente. Veremos...

En resumen, el partido además de la victoria deja un halo de preocupación con el juego bastante importante, más ante los dos próximos compromisos ante rivales de mucha mayor entidad, el Manchester City de Guardiola en Champions y, sobre todo por la importancia, el Sevilla de Sampaoli en la próxima jornada de Liga en el Sánchez Pizjuán.

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