martes, 20 de diciembre de 2016

Jornada 16. Barça-Espanyol. Y Messi volvió a frotar la lámpara

El año se despedía en el Estadi en Liga con un derby barcelonés en el que se presentaban los dos equipos en el mejor momento de la temporada. El Barcelona recobrando sensaciones y volviendo al origen del modelo que tantos éxitos nos ha dado con la vuelta de Iniesta; y el Espanyol, una vez digeridas las numerosas incorporaciones de este año, se presentaba tras nueve jornadas sin perder en Liga, y con una seguridad defensiva que le había llevado a batir el récord de imbatibilidad de la entidad.


Así, en el primer tiempo, el Espanyol incomodó muy arriba, sin llegar a ser una presión intensa. Sin embargo, el acierto de Mascherano en la salida de balón que el Espanyol fomentaba, y la extraordinaria actuación de Iniesta, un día más, facilitó el abastecimiento continuo de los hombres de arriba del Barça que se encontraron repetidas veces en favorables coyunturas de 3 para 4, o incluso 3 para 3 encarando en carrera con el balón controlado. Esta vez, la táctica del Espanyol favoreció el juego directo que tanto gusta a Luis Enrique, aunque no se atreva a reconocerlo públicamente, y al descanso bien pudieron llegar con un par de goles de ventaja y el partido decidido.

Suárez tras marcar el 1-0

Pero lo mejor estaba por llegar, y, como casi siempre llegaba de la mano del indiscutible mejor jugador del mundo, ese "petitó" que ha hecho rutina de lo excepcional, y aún así, nos sigue sorprendiendo semana tras semana. Tras haber fallado un par de jugadas en la primera parte, y filtrado unos cuantos pases solo a su alcance, decidió frotar la lámpara otra vez. Tras recibir de Iniesta que en un ejercicio de funanbulismo ya se había librado de un par de contrarios, fue esparciendo rivales en un metro cuadrado en la media luna del área, tocando con izquierda y derecha, con el exterior y el interior, hacia fuera y hacia dentro, de caño o de recorte, así hasta desparramar cuatro periquitos, y sacarse un recurso de puntera, centelleante, que un todavía frío Roberto fue incapaz de atajar, (es de justicia decir que esos tiros y a ese sitio son casi imposibles de blocar) y Luis Suárez, atento y voraz como siempre, convertía en el 2-0 y la sentencia del partido. Y por si quedaban dudas, nada más acabar las repeticiones, volvió a encarar a la defensa blaquiazul, yéndose de otros 3 o 4 para ya trastabillado dejar a Jordi Alba el balón para que este definiera cruzado el tercer gol.

Messi rodeado de defensas que no pudieron pararlo

Fue un minuto de magia, un minuto de fútbol nivel dios, que acabó de resolver otro partido más para el Barcelona, que en la segunda parte fue mucho más académico que en la primera, controlando el partido a su antojo, y dejando al Espanyol con solo una llegada, eso sí, con gol. Pero, el partido estaba ya decidido, y Messi, generoso él, todavía nos deparó una última definición a un toque con el exterior y entre las piernas de un destrozado Roberto, tras recibir un balón que caía del cielo, colgado por Luis Suárez a la espalda de la defensa. Otra obra de arte, porque buscó eso, al mirar antes de golpear la posición del portero.

Messi antes de tocar de exterior entre las piernas de Roberto

Bien es cierto que Messi solo se conectó al comienzo de la segunda parte, pero la luz que desprende su juego es inigualable, incomparable e irrepetible, por mucho que busquemos en el pasado, en el presente y seguramente en el futuro de este juego, el Fútbol, que nunca ya será lo mismo, una vez has visto jugar a este chico, que, por cierto, se va de merecidísimas vacaciones a Argentina a pasar las fiestas navideñas para esperemos volver con la misma magia en enero, donde comienza lo realmente sustantivo de la temporada.

Con izquierda, derecha, interior, exterior...

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jueves, 15 de diciembre de 2016

Jornada 15. Osasuna-Barça. ¿Vuelta al modelo? Ojalá, pero no lo creo...

Tras desperdiciar la semana pasada la posibilidad de recortar puntos al Madrid, el Barça se presentaba en Pamplona, plaza tradicionalmente poco propicia para el barcelonismo, con la imperiosa necesidad de ganar, para al menos, mantener las distancias con el Madrid, o intentar meter un poco de presión a los merengues que jugaban horas más tarde.



Como en lo segundo, visto lo visto, no se ven muchas posibilidades, ya que el Madrid sigue ganando, de aquella manera, pero ganando; al menos, la victoria fue balsámica para un equipo en el que las dudas comenzaban a aflorar, sobre todo en el famoso entorno (prensa, afición...).

El equipo, que ya había realizado un muy buen partido en Champions entre semana en la intrascendente victotria sobre el Borussia Monchengladbach, buscaba en el nada habitual horario de las 13.00 del sábado, ante el colista Osasuna dar continuidad a las buenas sensaciones, coincidiendo con la vuelta de uno de los guardianes de la clave de bóveda del modelo, Andrés Iniesta, que  ya había sentado cátedra en su reaparición ante el Real Madrid en la segunda parte, y en una maravillosa primera parte en Champions donde completó 100 pases en campo contrario, lo que da una idea de su influencia en el juego con más de dos pases por minuto, algo absolutamente implanteable sin la presencia de un juego posicional como el que a servidor le han habituado durante la época más gloriosa del Barça.

De salida, dos novedades a resaltar además de la entrada de Arda, tras su hat-trick en Champions en lugar del sancionado Neymar. En primer lugar, Umtiti, que ya recuperado de su lesión muscular volvía al once para formar junto a Piqué la mejor pareja de centrales posible para la salida del balón. Y el muy criticado André Gomes, que sigue contando con la confianza de Luis Enrique, por encima de un Rakitic en un muy bajo estado de forma.

Durante la primera parte, tan solo la sorprendente falta de acierto en el remate de Messi y Luis Suárez evitaron que el partido quedara ya finiquitado antes del descanso. Osasuna, apenas tenía posibilidad de acercarse, y el triángulo Piqué-Busquets-Umtiti daban cierta velocidad al balón desde atrás, con especial mención a la proyección ofensiva de los dos laterales, que con posterioridad fueron decisivos.

Al comienzo de la segunda mitad, llegó el peor momento del equipo, como casi siempre, al salir quizás algo desconcentrado, lo que a punto estuvo de costar caro en una gran jugada del escurridizo Sergio León (muy buen delantero al que apenas conocía), que acabó con un extraordinario disparo en parábola que se estrelló en el larguero de la portería de un Ter Stegen, que salvo en esa jugada fue un espectador más durante el resto del partido.

El susto volvió a despertar al Barça que en una gran jugada colectiva con Busquets haciendo amagues en la frontal hasta encontrar a Messi, que perfectamente sincronizado con la llegada de Jordi Alba, le filtraba un balón a la espalda de la defensa que el de Hospitalet, cedía a Luis Suárez, para que el uruguayo tuviera solo que empuja a puerta vacía el primer gol.

Diez minutos después, una galopada de Messi, encuentra a Denis, que espera la llegada de Alba de nuevo, que centra atrás para que Messi, a placer de nuevo, marcara el ya más que definitivo para el partido, segundo gol. Pero aun nos esperaba una obra maestra, una más, de Messi, quien, en el descuento, desparramaba a todos los rivales que le salían al paso, prácticamente andando, para, con un par de amagues finales, encontrar el hueco entre los centrales y el portero, ya vencidos, para suavemente depositar el cuero en las mallas osasunistas para cerrar un partido que puede marcar un punto de inflexión en la temporada, a expensas de confirmarlo definitivamente el próximo domingo en el derby barcelonés ante un enrachado Espanyol.

Aparte de Iniesta y Messi, que se pueden considerar fuera de concurso en cuanto a magisterio futbolístico, me gustaría destacar la evolución de Jordi Alba, quien suplió con creces la ausencia de Neymar, y aprovechando la mayor calma y tendencia hacia adentro de su sustituto Arda, llegó en numerosas ocasiones, manteniendo un extraordinario tempo con los interiores y con Messi, y levantando siempre la cabeza para encontrar la mejor opción en la jugada, contrastando con el a veces acelerado lateral de hace unas temporadas que creaba peligro por insistencia, más que por conocimiento del juego. Solo falta que consiga pausar también sus numerosas niñerías dentro del campo para convertirse en un jugador al nivel de los mejores laterales de todos los tiempos.

En resumen, un gran partido en cuanto a juego, y también en cuanto a resultado, pues suele ser esto último consecuencia de lo primero, y mucho más si nos referimos al Barça. Una vuelta al modelo original, que espero tenga continuidad, aunque no las tenga todas conmigo; con una fluida circulación de balón desde los centrales hasta los delanteros, una posesión acompañada de localización constante en los albores del área contraria y llegadas oportunas de los laterales. Todo ello liderado con un muy buen Busquets, que siempre es el termómetro del juego azulgrana, un síntoma claro del juego del Barça. Si Busquets ha estado bien, el Barça ha estado bien; si Busquets ha estado mal, es porque el Barça ha jugado mal. Así de simple.

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miércoles, 14 de diciembre de 2016

#ComoHaJugadoElMadrid 35 partidos invicto… el récord de un hombre y un equipo con suerte by @jcroav

Pasan las jornadas, y siguen apareciendo por aquí relevantes figuras del filomadridismo para contarnos #ComoHaJugadoElMadrid. Esta jornada, tras el intenso Barça-Madrid de la pasada semana, se pasa por el Blog @jcroav uno de #MisVikingos de nuevo cuño, que como dice la canción, llegó a nuestras vidas casi por casualidad.

Nuestro cronista presumiendo de trofeo futbolístico

Jose Carlos, Josele para los amigos, cordobés afincado hace unos años en Madrid, es compañero de trabajo de Paloma, la mujer del Capi de nuestro equipo de fútbol, el mítico Sallema. El Capi, Alberto (que ya pasó por aquí para dejarnos algunas perlas hacia su bien amado Benzemá), siempre anda intentando reclutar savia nueva para reforzar el equipo, y el chico apenas acaba de doblar la treintena. Y cuando digo esto, no es que lo hiciera hace un par de años, sino hace una semana, el muy cabrón.

Todo ello, sumado a las ganas de Josele por jugar, le hizo empezar a aparecer en el equipo, al principio de manera más testimonial, pero poco a poco, entre que fue cogiendo confianza y que a través de su ya emblemático vudú, que hace que se lesione cualquiera del equipo durante la primera parte si él se queda de suplente, se ha hecho con un hueco en la banda derecha del equipo, preferentemente en el lateral.

Además, Josele es del tipo de personas con las que es muy fácil congeniar. Siempre con la mejor de sus sonrisas, es un fijo en las cervezas del tercer tiempo del equipo, ya sea para una caña de un cuarto de hora, o para prolongarla hasta las 6 de la mañana si hace falta. Con el añadido de que tiene mucha mano con los peques que se ha hecho inseparable de nuestras hijas pequeñas, que le adoran, y siempre preguntan por él cuando hay cualquier plan diurno previo o posterior al partido.

Futbolísticamente, Josele sigue soltándose cada día más. Tiene pendiente el gol, pero ya lo va rondando, pues el pasado domingo casi nos da el empate en el último minuto con un gran disparo que repelió el travesaño para nuestra desgracia. Disciplinado en defensa, cada vez cierra mejor atrás, y se atreve a salir jugando y correr la banda hasta línea de fondo, dejando algún que otro gran centro. Pero tiene margen de mejora, pues además, se deja guiar con humildad. Importantísimo.

Sin más os dejo su crónica sobre la última muestra de esoterismo del Madrid.

Antes de entrar en materia, quiero dar las gracias a mi buen amigo el Culé de Chamberí, por darme la oportunidad de participar en este su gran Blog, su experimento social, al que nos tiene a todos enganchados con las crónicas que nos va dejando cada semana. Enhorabuena por el blog y por tus intervenciones en la radio ;).

Hoy, como madridista, me ha tocado hacer la crónica del último partido del Real Madrid frente al Deportivo de la Coruña.

El partido, fue uno más dentro de la tónica general a que nos tiene acostumbrado el equipo este año. Me atrevería a decir, que salvo contra el Atlético de Madrid, en donde los astros y las lesiones se alinearon para que el once  permitiera que saliera un partido casi perfecto, los demás se podrían resumir de la misma forma. Le dicen a Zidane que ha batido un récord de partidos invicto, y creo que todos los no forofos y hooligans del madridismo tenemos un pensamiento parecido, o eso creo. Es cierto, hemos batido un récord de 35 partidos invictos, pero todos los podríamos haber perdido. Zidane mismo lo dijo: “soy un tipo con suerte, lo fui como jugador y lo soy como entrenador”. Desde luego, nadie podría haberlo dicho mejor, pero eso no siempre vale.

El partido comenzó con la noticia de una importante revolución en el once. Zidane puso sobre el tapete un equipo que no se veía desde la pretemporada cuando aún no se habían incorporado los internacionales, pero en principio un equipo de garantías para ganar al Deportivo, que no obstante, tiene un muy buen equipo y un tridente ofensivo con Çolak, Babel y Andone, que hace mucho daño, los resultados no siempre les están acompañando, y se les están escapando los partidos en los últimos minutos, pero creo que merece una mejor posición que la que tiene actualmente en la clasificación.

La primera parte del Real Madrid, puso en duda la idea de que el once a priori tenía el suficiente nivel para ganar el partido. El Real Madrid no consiguió imponerse claramente al Deportivo, mucho control pero poco peligro, salvo alguna jugada aislada de Isco que fue de lo mejorcito del equipo en este período. Peligro que por otro lado estuvo principalmente del lado deportivista, que puso en jaque la defensa y la portería madridista con varias llegadas peligrosas centradas principalmente en el buen hacer de Celso Borges en las jugadas a balón parado que  con un remate al palo casi deja al Madrid en la primera parte abajo en el marcador. Salvo esto, poco más que comentar

Casi todo lo que tuvo que pasar, lo bueno y lo malo, sucedió en la segunda parte. Los mejores minutos del Real Madrid coincidieron con un gran gol de Morata, se saco de la chistera un gran disparo desde fuera del área que sorprendió al portero del Deportivo. La verdad es que la primera parte de Morata había sido más que discreta, más allá de estar en cualquier discusión sobre el campo (alguien debería decirle a este chico que se relajara un poco), pero el gol fue todo un golazo. Esto pareció dejar noqueado al Deportivo, y el Madrid empezó a dominar más intensamente.

A lo que sucedió en los siguientes 15 minutos todavía le busco explicación, a la que más sentido le encuentro es a la de darle un poco de emoción al partido, porque si no, lo siguiente que se me ocurre es que tenemos jugadores que no son nivel Real Madrid jugando en el equipo. De pronto, Casemiro, quiso jugar a lo que no sabe, y quiso hacer lo que ya ha demostrado que no es capaz de conseguir. Como dice mi amigo el Culé de Chamberí: “no hay peor futbolista que el que se cree mejor de lo que es”, pues Casemiro, aplícate el cuento. Comenzó a amagar en una jugada en la que debería haber despejado a la primera y Andone, muy pillo y un guerrero en el campo, le quitó el balón y lo sirvió en bandeja para que Joselu pusiera el balón donde Keylor no podía llegar. En serio, un jugador “baluarte” de un equipo que pretende ganar como mínimo Liga y Champions, no puede hacer eso, no pude cometer esos errores.

Por si fuera poco, tras tan solo unos minutos, aun nos quedaría la cruz del partido de Ramos, bueno, digamos que hasta el momento en el partido de Sergio todo venía siendo más o menos una cruz. Una perdida en el centro del campo y una defensa de Sergio pésima de la contra hizo que el Deportivo, con los mismos protagonistas que en el primer gol, le diera la vuelta al partido, surrealista pero cierto.

Con el 1-2, llegaba el momento del toque de corneta, Zidane comenzó a hacer cambios, para mi bastante poco acertados, como de costumbre. En mi opinión, tardó demasiado en dar entrada a Marcelo y no entiendo que dejara a James todo el partido. En lo que no se equivocó es en poner al de siempre, Lucas Vázquez, y en darle minutos a Mariano, aunque fuese a la desesperada. Entre los dos fabricaron el empate, centro de Lucas y remate, con lo que pudo, de Mariano (el salto pareció perfecto, pero al final le dio con la espalda/hombro), aunque da igual, lo importante es que había llegado el empate.

Lo cierto, es que daba la sensación de que podría pasar algo, como viene siendo habitual. El amigo con el que lo veía me decía, y le doy la razón: “Lo increíble es que parece seguro que va a pasar algo y el Madrid va a ganar este partido”. Con el 2-2 el Depor dio un paso atrás y el Madrid empezó el acoso. Y llegó el minuto 92 de partido. Una vez más, y ya parece que no es casualidad, llegó la cara en el partido de Ramos. Otra vez a balón parado, otra vez previo bloqueo de sus compañeros, otra vez remate solo y otra vez marca gol. El Real Madrid, una vez más, le había dado la vuelta al partido, 3-2. ¡Increible!, como les dije a mis amigos, olé por Ramos, en cuanto a fe y confianza no le gana nadie, y le prefiero a él de delantero que a Benzema, pero alguien debería de ponerle las pilas en el trabajo defensivo, porque no es delantero, es defensa.

Al final, nueva victoria, seguimos a 6 puntos de Barcelona, nos vamos a Japón con el liderato asegurado, y todos felices, o casi todos. Creo que no soy el único madridista que empieza a pensar que no nos gusta esto de las remontadas continuamente, es como una droga para forofos, hacen que no vean la realidad, y es que tenemos un equipo que no juega a nada o casi nada y que parece que gana solo por calidad de la plantilla, por la confianza de Sergio Ramos y por eso que decía Zidane en la rueda de prensa, que es un tío con suerte. A quienes nos gusta el fútbol de verdad, nos gustaría que nuestro equipo jugara de otra forma y a otra cosa, y no tener la sensación de que disfrutamos más viendo un partido del Sevilla o de la Real Sociedad que los partidos a que nos tiene acostumbrados este Real Madrid, salvo esos 15 minutos de remontadas.

Que os parece, estáis de acuerdo con Josele? Dadle caña, que el tío tiene aguante. Y a ver si mejoramos nuestra audiencia en la provincia de Córdoba ;-)

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miércoles, 7 de diciembre de 2016

#Sallema: Heroico empate pese a los elementos.

Qué gusto da sentarse a escribir de algo de lo que uno forma parte y se siente profundamente orgulloso. Tras la merecidísima pimera victoria del Sallema la semana pasada que inauguraba nuestro casillero de puntos, este pasado domingo nos encontrabamos con uno de aquellos partidos cuyas vicisitudes todo jugador de fútbol amateur ha vivido repetidas veces: rival más joven y en racha, puente largo con presión familiar generalizada, condiciones meteorológicas adversas y plaga de lesiones durante el partido.

Caras de satisfacción justificada en el Tercer Tiempo

El rival, con una media de edad fácilmente 15 años por debajo de la nuestra, venía juzgándose el liderato en un sorprendente arranque de Campeonato, con meritorias y holgadas victorias, con el segundo mejor bagaje ofensivo, aunque concediendo más goles de los que su posición haría prever.

El Puente de Diciembre hizo sus estragos y con la baja de última hora por prescripción médica de Guille (esperemos que esté ok para el próximo) y la imposibilidad de llegar de vuelta de su viaje de Asier, nuestro bilbaino de cabecera, nos quedamos 11 justos, con un par sin demasiado ritmo de partidos y que hubieran preferido rodarse como revulsivos en el segundo tiempo.

Además, el día se levantó lluvioso, como los últimos fines de semana, con un campo bastante rápido en los primeros botes, aunque pesado, y con algunas zonas donde el balón, sin atascarse, sí que se ralentizaba dificultando el juego combinativo.

Salimos con un 1-4-4-2 con doble pivote, agrupados y esperando la oportunidad de una contra, balón parado o jugada individual de los "buenos", que por cierto el sábado eran muchos. Mucho pelotero de nivel dispusimos en el campo. Y se notó en la salida del balón, y la nitidez con que llegabamos arriba en numerosas oportunidades.

Hicimos una gran primera parte, que se saldó con un gran gol tras buena jugada del equipo, y finalizada, tras control con el pecho orientando el balón, con un gran y duro remate raso al palo izquierdo del portero, inalcanzable, de nuestro goleador Cote. Ellos, pese a dominar territorialmente, tampoco tuvieron demasiadas llegadas claras, y nos fuimos al medio tiempo con 1-0, y con cierta impresión de que debíamos haber cerrado el partido con un segundo.

En el descanso, los dos centrales estaban ya tocados, y uno tuvo que intercambiarse con un medio desde el comienzo de la segunda parte, y limitarse a rechazar balones por colocación. Y nada más empezar, nuestro goleador notó molestias en los isquios, y ya se dedicó a estorbar lo más posible, poco más pudo hacer. 40 minutos con 9 y medio, a defender un gol de las ya más constantes acometidas de unos rivales que, muy nerviosos al no esperar verse detrás en el marcador, se pasaron todo el partido "largando" y protestando continuamente al árbitro nuestras supuestas pérdidas de tiempo.

Así y todo, los dos medios que en principio no estaban para 90 minutos (Nando y Diego), con su calidad, nos dieron aire en numerosas ocasiones jugando el balón con criterio, aguantando y dando tiempo al equipo para respirar.

Sin embargo, mediada la segunda parte nos empataron con un balón largo a la espalda, y pese a nuestra resistencia, a falta de unos 7-8 minutos para el final, otra jugada por la izquierda la finalizó de nuevo uno de sus delanteros con un buen remate arriba al primer palo. Habían dado la vuelta al marcador y quedaba muy poquito tiempo y casi ninguna fuerza.

Ahí, a los contrarios se les notó mucho la edad (no todo es bueno por ser joven, menos mal), y comenzaron a achicar balones sin demasiada necesidad, dejándonos acercarnos al área mucho más en los últimos 5 minutos que en los 40 anteriores, y cometiendo una falta al borde del área, cuando estaban rodeando a nuestro jugador cuatro defensas. Y aquí salió nuestro jugador franquicia, nuestro hispano-venezolano goleador, y con un disparo sensacional en continua subida hasta besar las redes, empató el partido prácticamente en el último minuto, para darnos un empate que sabe a gloria por las circunstancias y que sirve para dar continuación a nuestra remontada, abandonando ya el farolillo rojo que nos había acompañado ya demasiadas jornadas.

No me gustaría dejar de resaltar el fenomenal comportamientos de los once guerrerazos que jugaron el domingo, siendo solidarios 90 minutos, jugando, y bien, cuando se podía jugar, y sin bajar la cabeza pese a que nos habían remontado el gol inicial, apretando siempre los dientes, y haciendo que por segunda vez consecutiva las cervezas del tercer tiempo supieran a gloria. ¡Gracias Chavales!



martes, 6 de diciembre de 2016

#ComoHaJugadoElMadrid. Status Quo by @gildrix

Cuando empecé con el experimento de Culé de Chamberí, siempre tuve en la cabeza que quería que fuera algo, hasta cierto punto, coral, donde mis amigos, sobre todo #MisVikingos fueran participes, casi coautores de todo esto. La verdad es que no imaginaba que pudiera ser tan divertido y reconfortante, y solo llevamos tres meses, más o menos.



Este fin de semana, se jugaba en primer Barça-Madrid desde el nacimiento del Culé de Chamberí, y era importante hacer algo especial, esta claro. Como especial está siendo todo lo que rodea a esta historia, una gozada. Resulta que en 3 meses, aparte de este Blog, de la  cuenta de Twitter, me he adentrado en Facebook, del que había renegado hasta el punto de tener una camiseta que lo acreditaba (muchos la recordaréis). Y, a todo esto, un día, un tipo entrañable, me dio la oportunidad de entrar en la radio para hablar de fútbol y del Barça en un programa mítico de la radio deportiva española @GolesconParrado. Fue mi amigo @gildrix, un tipo multidisciplinar, casi renacentista, como se puede ver en su bio en Twitter:

Periodista Deportivo, Speaker del @BFuenlabrada y del @GetafeCF, Narrador apasionado, Actor... superviviente en general... harto de ver monos con dos pistolas...

Carlos, su nombre en el DNI (Bueno es Carlos José, jejeje) y yo nos conocimos hace más de 30 años, fuimos uña y carne durante un tiempo en el cole, pero la vida nos llevó por derroteros diferentes, sin más. Sin embargo, es ese tipo de personas, que puedes pasar años sin verla, que a los diez minutos juntos, ya parece que lo has estado viendo cada semana, como en aquellas tardes en Santo Domingo de niños, o noches por Madrid ya algo más talluditos.

En el cole, siempre fue un tipo importante, hasta fue Emperador de Roma. Fanático del fútbol y del basket, su tiro de tres desde la esquina fue un arma mortífera en muchos recreos. En fútbol siempre fue un sabio, hizo sus pinitos de portero, con conocimiento del juego, y hasta de jugador le he llegado a enfrentar hace un par de años, a ¡Futbol 11!, pero siempre tuvo un dirigente dentro, y seguro que el Atlético Santo Domingo, su equipo de verdad, habría desaparecido hace muchos años si no es por él, su perseverancia, su impulso y sus gestiones varias.

Además, escribe fantásticamente bien, como a continuación veréis, desde su filomadridismo, un tanto victimista, pero con un lustroso estilo que espero saque a pasear más veces aquí en este modesto blog chamberilero.

Sin más os dejo su crónica, que espero encienda debates encendidos, que puede se traladen alguna noche a la radio:

Un clásico decepcionante en lo futbolístico y grotesco en lo arbitral nos deja exactamente igual en lo clasificatorio.

Servidor tiene una bola de cristal. En ella se vio claro el criterio designatorio arbitral; deduje que Borbalan y Clos serían los elegidos para los dos highlights de lo que llevamos de temporada. También le dije a mi querido @culedechamberi lo que pasaría este sábado en caso de protagonismo arbitral, hacia donde irían  los tiros. 

Desgraciadamente, solo pasaron dos minutos de clásico para constatar varios hechos. El primero, que el Barça seguiría sin perder con Clos. El segundo, que los madridistas no nos podemos quejar. Nunca. De nada. En virtud de nosequé pasado en una dictadura en cuyos primeros 20 años los merengues no ganaron ni al Escalerillas F.C., en virtud de que Franco era madridista (aunque Relaño describa con pericia cómo en los años 70 el caudillo salvó a la culerada de la extinción), o en virtud de que, por el artículo 33, no te puedes quejar. No importa, todos lo vimos. Aunque algunos intenten salir por peteneras o acordarse tangencialmente de tal o cual partido. Lo vimos y lo sabemos. También vimos el fuera de juego de Suárez. Y manos en áreas. Pero eso ya no tiene solución.

Por eso hablemos ahora del poco fútbol que pudimos degustar. Inicialmente en los onces reinó la cordura; ni Iniesta ni Casemiro de principio porque estaban convalecientes. El Barça dio la enésima ocasión al pupilo de Mendes. Gatillazo otra vez. Messi estuvo poco, porque Kovacic le tapó a destajo. El Madrid tiró de solidaridad para ir ganando a los puntos, aunque sin poner el 100%, ni mucho menos. Una faltita trajo el gol en Offside del Barça, y con él y con Iniesta los mejores minutos del conjunto local. Ney pudo poner la puntilla y el Madrid naufragaba sin Isco. Pero ese escudo madridista en el pecho pesa más que cualquier complicación, y el de siempre y como siempre pudo hacer al final algo d justicia. Aunque, querido @culedechamberi , los filomadridistas tenemos dos cosas claras:
1.-Os escapasteis vivos. 
2.- si ponemos en lugar de Clos a cualquier otro árbitro profesional de cualquier país, palmáis. Y lo sabes.

Como siempre, sin dejar títere con cabeza este @gildrix. ¿Qué os ha parecido?


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martes, 29 de noviembre de 2016

Jornada 13. Un Barça sin interiores naufraga ante una gran Real

Siempre intento huir del pesimismo atávico culé, ese que he vivido en casa desde niño, y que ni siquiera Messi ha conseguido extirpar del barcelonismo clásico. No siempre lo consigo, pero creo que lo tengo bien trabajado, y de hecho, en mi última intervención en la radio el viernes pasado en Goles, pronosticaba una victoria del Barça en su campo más maldito: Anoeta.



Queda claro que esta vez me equivoqué, pues no recuerdo un repaso al Barcelona semejante al que le pegó la Real Sociedad de Eusebio (sobre el que volveré más tarde) el pasado domingo por la noche. Anoeta es un campo en el que va a hacer ya 10 años que el Barça no gana; fue el decadente Barça de Rijkaard y Ronaldinho el último en vencer a la Real en su campo. Fue 0-2 y en 2007. Desde entonces, apenas rascamos algunos empates con Guardiola.

En los últimos dos años había ido a peor, y nos habían ganado 1-0 tirando un solo tiro a puerta en los 180 minutos de los dos partidos, un remate de cabeza de Oyarzábal que la temporada pasada le dio el triunfo a la Real. El anterior año, el del terremoto posterior de Messi, Zubizarreta y convocatoria de elecciones, fue Jordi Alba quien cabeceó  el tanto del triunfo de la Real.

Con estos antecedentes, Luis Enrique se dejó de rotaciones y sacó el 10 titular más André Gomes en el lugar de Iniesta (cuanto te echamos de menos), acompañando a un Rakitic en una baja forma alarmante. El resultado fue un Barça larguísimo, con unas distancias entre líneas que yo, al menos, no recordaba. La MSN nunca estuvo en el juego, bien apretada en el control por la defensa de la Real, magistralmente liderada por Iñigo Martínez, y su centro del campo, con un renacido Illarramendi y un espectacular Zurutuza, junto con Oyarzábal (grandísimo jugador) y el mítico Xabi Prieto, enseñaba al Barcelona cómo se debe jugar posicionalmente en ataque.

Si habéis leído mis crónicas, sabréis que llevo muchos partidos alertando de la falta de fluidez del juego posicional ante defensas cerradas, y ayer, en otro tipo de partido, se dio el paradigma absoluto del daño que el cortoplacismo imperante en el Barcelona, como club y equipo: la irrelevancia de los interiores, hasta hace poco piedra filosofal del juego del equipo y base para dejar a Messi desarrollar su inabarcable talento. A día de hoy, nuestra táctica es que lleguen muchos balones a los buenos de arriba, y punto; en lo que yo llamaría, la argentinización del Barça.

Los interiores en el Barça de hoy, salvo cuando uno de ellos es Iniesta cuya impronta en el juego es tal, que se superpone al "plan general", son piezas de desgaste, que suelen ser sustituidas mediada la segunda parte por el esfuerzo sobrehumano para ser apoyos defensivos en la recuperación y el repliegue; y llegadores en ruptura, bien para arrastrar marcadores y aclarar la zona donde Messi o Neymar fraguan la jugada o llegando al área para rematar centros.

Estas piezas de desgaste dejan al descubierto sus costuras ante equipos que se repliegan de salida. Ante estas defensas no pueden arrastrar, no son alternativa de remate sino más bien estorbo, y no dan fluidez a la circulación de balón para encontrar el espacio al que atacar. Y su perfil, salvo quizás el de Denis, es más propio de un 1-4-4-2 como el atleti o de un 1-3-5-2 como el del Chelsea de Conte, pero nunca para un 1-4-3-3 como el del Barça, cuyos interiores deben más posicionales, acumulando siempre volumen de juego, reordenando al equipo y haciendo bascular la jugada hasta encontrar el momento y espacio adecuado para crear la ocasión de gol. Y si pierden el balón, van a la presión rápida para evitar un repliegue del equipo y el consiguiente desgaste.

Antes este panorama, la Real Sociedad nos brindó una actuación extraordinaria, tanto a nivel individual (Vela, Zurutuza, Illarramendi, Prieto, Yuri e Iñigo Martínez estuvieron soberbios) como colectiva, jugando a ese juego que antes jugaba el Barça, con jugadores de un nivel inferior, evidentemente, pero en esencia, el juego que yo quiero para mi equipo, aderezado además por ese componente racial típico de jugadores de la zona. Una maravilla.

Este juego es la encarnación en el campo de su entrenador, Eusebio. Un hombre de perfil bajo, desde su época de jugador, donde su motor diésel, su exquisita técnica y su visión de juego, llevaban a la práctica a la perfección las consignas de Cruyff, ya fuera desde el mediocentro, el interior o el lateral. Eusebio ha pasado en diferentes etapas por el staff técnico barcelonista, tanto en el primer equipo como en el B, de donde fue cesado por supuestamente no hacerse con las jóvenes estrellitas. Pero su destitución no solo no arregló la situación, sino que hizo creerse a los jovenzuelos que estaban en una posición de poder, y acabaron descendiendo al equipo a 2ªB, de donde todavía no ha salido. Tras sustituir en la Real al sobrevaloradísimo David Moyes, Eusebio tardó un tiempo en modelar el equipo, pero cambió la dinámica negativa del equipo, acabando a mitad de tabla la temporada; y ésta, tras un comienzo dubitativo, se ha rehecho para, a día de hoy, ser el equipo que mejor futbol despliega de la categoria, con poca discusión, y habiendo sometido a Atlético y sobre todo al Barça en Anoeta. Ojalá Eusebio fuera una opción para el Barcelona post-LE, pues supondría una vuelta al origen que se me antoja imprescindible para el futuro.

Lo único positivo para el Barcelona es el milagroso punto salvado, pues el partido estuvo más cerca del 3-0 que del 1-1, desde el minuto 1 al 90, y solo la mala suerte y alguna decisión arbitral errónea, impidió la victoria txuri-urdin en un exultante estadio de Anoeta, cuyos aficionados ovacionaron unánimemente a su equipo tras la exhibición que habían brindado en el césped.

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lunes, 28 de noviembre de 2016

#Sallema. Primera Victoria en la máxima categoría

Como sabéis, Culé de Chamberí, en su más amplio concepto, es un experimento sociológico-futbolístico. Y nada define mejor un experimento así como un equipo de fútbol amateur. Y yo tengo la suerte, ¡qué coño suerte, el honor!, de formar parte de uno muy especial: el Sallema.

Este es el Sallema en foto no demasiado ancestral

Especial por tratarse de un equipo con más de 40 años de historia continuada en el fútbol regional madrileño. Especial para mi por llevar más o menos la mitad de esa historia defendiendo su portería con más o menos acierto (sí, chavales, ya lo sé, ¡un acierto acojonante!); especial porque en él juegan más que compañeros, amigos; algunos de los cuales llevan jugando conmigo desde los 14 años de manera continuada. Especial porque entre unos pocos, lo hemos conseguido mantener vivo, con sangre (en las rodillas), sudor (en el campo y en los despachos) y más pasta de la que nos gustaría. Y especial porque en partidos como el del sábado te hace irte a casa muy, pero que muy feliz y orgulloso.

Llevaba ya unas cuantas semanas con muchas ganas de escribir esta entrada. Este año, tras varias temporadas cada vez más cercanas al éxito, hemos conseguido subir de categoría en el Campeonato donde jugamos. Sabíamos que el año de estreno en la nueva categoría nos iba a costar, y además, el sorteo dirigido nos había emparejado en las primeras 6 jornadas con los 6 primeros clasificados del año anterior, partidos teóricamente fuera de "nuestra liga".

Tenía muchas ganas de escribir esta entrada porque me había propuesto escribirla el día que ganáramos el primer partido. Y cada fin de semana lo veía más cerca. Tras las dos primeras jornadas, en las que recibimos un jarro de realidad en forma de goleadas, un peaje necesario para empezar a competir (sí, competir, esa palabra que tanto he/hemos repetido estas últimas semanas). Y desde el tercer partido, hemos luchado los partidos, perdiéndolos siempre por la mínima y habiéndonos adelantado en todos ellos. Pero la victoria no había tenido a bien, venirse a tomarse con nosotros la cerveza del tercer tiempo. Pero este sábado fue diferente...

Este sábado, un día de perros, lloviendo sin parar desde primera hora de la mañana, con frío, con nuestras mujeres y novias diciéndonos. "¿Pero vais a jugar así?", "¿Es imprescindible que juegues?" (como cada finde;-)), "¡Ya verás como un día te lesionas, y vendrán los lamentos!", nos plantamos once tigres, más dos que venían de camino para servir de recambio, en un campo mojado, pesado, muy mal iluminado, y con 5 derrotas a nuestras espaldas. Pero dio igual...

Además de todo eso, empezamos perdiendo con un gol un tanto embarullado, en el que el portero quizás pudo hacer más, si hubiera tenido algunos años y/o kilos de menos. Pero el equipo estaba jugando bien, había comenzado mandando, llegando a las puertas del área con asiduidad y empuje, pero faltaba ese último pase o ese remate que transformara el juego ofensivo del equipo en peligro y en gol.

Llegamos al descanso, convencidos que este partido no se podía, sino que se tenía que ganar, y salimos en la segunda parte consagrados a ello, pese a un par de sustos iniciales en balones largos frontales. Con el paso de los minutos iban llegando las ocasiones, y estaba claro que el gol era cuestión de minutos, como así fue.

Llegó el empate, comenzó la alegría;  a los pocos minutos minutos la remontada y la fe en la victoria, y poco antes del final del partido el tercer gol, la tranquilidad definitiva; tranquilidad que no perdimos en momento alguno, pues la verdad es que la segunda parte fue relativamente relajada para mi. Al final, el 3-1 refleja perfectamente lo que había sido el partido.

No es cuestión de personalizar, pues ya sabemos quien decidió el partido, pero desde aquí mi pequeño homenaje a todos aquellos que habéis jugado este año, siquiera que sea unos minutos, aguantando estoicamente la adaptación a la nueva categoría con resultados adversos, sin que ninguno se bajara del barco antes de tiempo, y mejorando en cada partido. A este nivel, el nuestro y el de la categoría, somos todos necesarios, no ya bienvenidos, sino claves para buscar esa permanencia que desde el sábado a las 10 de la noche parece mucho más cercana.

¡Enhorabuena, chavales, con dos cojones y jugando al fútbol!

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jueves, 24 de noviembre de 2016

#Messi haciendo de la excepcionalidad, rutina funcionarial

No pensaba escribir de partidos de Champions en el Blog hasta la fase de eliminatorias, pero ayer, en un partido sin demasiada historia, ni trascendencia, volvimos a ver una versión de Messi, absolutamente sobrenatural, con el añadido de alcanzar el centenar de goles con el FC Barcelona en competiciones internacionales (92 en Champions, 3 en Supercopa de Europa y 5 en Mundial de Clubes). Casi ná...



A diferencia de lo titulado para el pasado sábado, ayer en Glasgow sí que hubo paraíso. Y se llamó, como no, Leo Messi; la solución universal a cualquier problema de juego del Barça como le llama Albert Moren en su clarividente Blog.


El Barça se presentaba en Glasgow con dudas tras el empate cosechado en casa ante el Málaga. Y necesitaba ganar confianza para los que, en mi opinión, son dos partidos que pueden marcar la temporada blaugrana, como mínimo en Liga, la visita a Anoeta (de tan perturbador historial reciente) y la visita del "imbatible" Real Madrid de Zidane al Estadi.

El otrora fiero Celtic de Glasgow, no nos llevemos a engaño, no tiene hoy en día el nivel mínimo exigible para la Champions, como ya se demostró suficientemente en Barcelona. Pero bien es verdad, que en casa es un rival duro y correoso, como dicen los clásicos, que aupado por su extraordinaria afición, aprieta a los rivales sobre todo al principio de cada parte y si no lo tumbas rápido con la diferencia de calidad, como le pasó al City este año, o al mismo Barça un par de veces en temporadas anteriores, te puede complicar el partido.

Sin embargo ayer, ya desde el primer minuto ya se vio que Messi estaba por la labor y acertado en su lectura táctica del partido y en la ejecución. Más centrocampista que nunca ante la ausencia de Iniesta, incluso frecuentó la banda izquierda por momentos, donde con un muy mejorado Jordi Alba y con Neymar, combinó con asiduidad hasta encontrar el gol desde esas posiciones, tras un magnífico pase sobre la defensa del brasileño, culminado con un extraordinario, por la dificultad y la precisión, remate al primer palo.

También recibió Leo posibilidades de descarga por detrás con Busquets, afortunadamente liberado de sus recientes atribuciones como tercer central, lo que además de dar al traste con la más eficaz opción de robo tras pérdida, reduce su intervención en el juego posicional en tres cuartos de cancha, de lo que se ha venido resintiendo recientemente el equipo antes rivales más replegados.

Pases en corto y en largo, quiebros, regates, paredes, combinaciones horizontales y en ruptura, un recital extraordinario de partido completo al alcance de absolutamente nadie en el fútbol actual, y me atrevería a decir que de todos los tiempos. Pero lo más sorprendente es que seguramente para él, en su fuero interno, no fuera más que un día más en la oficina, rutina funcionarial.

Y por cierto, casi jugó andando...

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martes, 22 de noviembre de 2016

Jornada 12. Barça-Málaga. Sin Messi no hay paraíso

Esta jornada no pude ver el partido del Barça en directo, ya que estaba disfrutando con una pareja de amigos, su 40º cumpleaños en un sarao de lo más divertido que montaron para compartir con nosotros tan señalada fecha. Por eso, he podido ver el partido desde la frialdad de conocer el resultado, dedicándome a analizar las causas del resultado, y no pensando a posteriori sobre lo intensamente vivido en un partido en directo.




La primera noticia del partido fue la indisposición de Messi, lo que significaba que el partido viraba de manera subita, y la buscada 5ª tarjeta de Luis Suárez comenzaba a tener tintes dramáticos, lo que por otra parte me parece en cierto modo un punto de justicia poética hacia este tipo de artimañas de equipos y jugadores. Aunque  parece que siempre se cumplen estas cosas en contra del Barcelona. Debe ser nuestra falta de sintonía con el esoterismo que tanto trabajan en otras latitudes no tan lejanas...

El partido empezó con un dejá vu de otros partidos malos en el Estadi. 1-5-4-1 del rival, y atolondramiento habitual del juego posicional ofensivo. Las ocasiones caían a cuentagotas, más por acumulación de contrarios en la cercanía del área que por méritos del equipo azulgrana. El Málaga, apenas pasaba del medio campo, como ya pasó hace unas semanas con el Granada, pero sobrevolaba la maldición del ex, plasmada en Sandro, ese futbolista que por buena persona dejamos ir con la carta de libertad en otra asombrosa gestión de nuestra simpar dirección deportiva.

Sandro, muy buen jugador qué duda cabe, no se adapta tan bien al papel dual de náufrago y ancla. Náufrago, porque nunca tenía a nadie cerca; y ancla, porque debía encargarse de bajar los despejes desesperados de sus compañeros de la doble linea defensiva. Al haber sido formado en La Masía, Sandro no está en modo alguno acostumbrado a que su equipo no sea protagonista del encuentro, y cuanto menos a tener que aprovechar balones perdidos una vez cada cuarto de hora. En eso, Deyverson con el Alavés dio un clinic, y Kravets del Granada hizo un entrañable pero agotador ejercicio de voluntarismo, que nunca pudo ser aderezado por una calidad de la que adolece en comparación con los anteriores.

Los minutos caían, los interiores, esta vez Denis y Rafinha, aunque este último intercambiando posiciones con Arda, caían en la intrascendencia, no aportando la fluidez en la circulación necesaria para romper a una defensa bien plantada, concentrada y solidaria, cuyo último bastión, Carlos Kameni, comenzaba a dar muestras que esta vez le tocaba ser N´Kono en el Camp Nou y no Rufai.


Piqué y Kameni fueron los mejores jugadores del partido

Con la ausencia ya conocida de L. Suarez y de última hora de Messi, todas las miradas se fijaron en Neymar, que voluntarioso equivocaba la mayoría de las decisiones, algo que desafortunadamente se está haciendo ya habitual, pero, además, esta vez no estaba acertado en el regate durante la primera parte. En la segunda, se intentó echar el equipo a la espalda durante la primera media hora, con más voluntad que acierto, pero, Piqué aparte, fue sin duda el hombre más peligroso para la defensa malaguista.

¿Y Alcácer? ¿Qué pasó con Alcácer? El de Torrent, aparte de inmerso en una de esas malditas rachas de delantero en que no acertaría con el Arco del Triunfo a puerta vacía, tiene una nula intervención en el juego que lleva a estadísticas tan demoledoras como que estuvo desde el minuto 10 al 41 sin tocar un solo balón. Bien es cierto que sus movimientos muestran siempre sentido, y ayuda fijando, abriendo y descolocando defensas, pero llega un momento en el que a un jugador del Barça, sin entrar a tocar el tema del precio y sus circunstancias, se le debe pedir mucho más. Personalmente, siempre he sido un admirador del juego de Alcácer, y #MisVikingos pueden dar fe de ello, pero es evidente que debe aportar muchísimo más de lo que hasta ahora le hemos visto.

El último cuarto de hora, tras la discutible expulsión de Llorente, en una entrada desmedida, pero menos dura de lo que pareció a primera vista, fue un quiero y no puedo del conjunto azulgrana. Apretando con más intensidad que juego, aprovechando la superioridad numérica, el cansancio malaguista y liderados por un Piqué que acaudillaba las desordenadas huestes culés, los azulgrana se lanzaron en busca de una victoria que si bien pudieron merecer por empuje, acumulación de opciones en área contraria y por las controvertidas decisiones arbitrales, tampoco podemos decir que fuera una injusticia que el encuentro desembocara en un reparto de puntos al final del encuentro.

Entre las cosas que me llamaron la atención del partido, aparte de la ya más que perturbadora falta de fluidez del juego posicional barcelonista, debemos también considerar el gran orden defensivo malagueño y la muy meritoria actuación de Kameni, extraordinariamente motivado y que rozó los tintes heroicos con su última parada a remate de cabeza de Neymar, estando semi-lesionado y en el descuento. También me gustaría entrar a analizar la necesidad de castigar realmente las continuadas pérdidas de tiempo que se suelen producir en partidos como el del sábado, aunque bien es cierto que el árbitro en este caso estuvo más que correcto al añadir un par de minutos más de los inicialmente señalado, pues Kameni se pasó casi 3 minutos tras aparecer la tablilla de descuento, yaciendo semi-muerto en el área de meta.

En resumen, comienza a ser más que preocupante la deriva futbolísitica culé, no solo por los resultados, especialmente en casa, sino por la aparente falta de soluciones ante situaciones que por repetidas deberían a mi entender estar mínimamente trabajadas, pues ya nadie sorprende al presentarse en el Estadi con dos líneas de 5 y 4 hombres dispuestos a morir en la defensa numantina de su marco.

Mi esperanza es que todas estas rotaciones, decepciones, bajos momentos de forma de jugadores clave sean una estrategia de Luis Enrique para tener a tope y con opciones al equipo en todas las competiciones en los meses decisivos de la temporada. Si no, yo es que ya no sé...

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lunes, 21 de noviembre de 2016

#ComoHaJugadoElMadrid. Sorprendente derbi madrileño by Nacho Del Corral

Este fin de semana se nos presentaba un apasionante Derby Madrileño, que en los últimos años se había vuelto a convertir en competido, apasionante y nuevamente incierto en cuanto al resultado que se podía producir.


Hasta sobre la nieve ha bregado nuestra Flecha Roja

Ante semejante panorama, este experimento sociológico-futbolístico debía estar a la altura, por lo que pedí a la pluma más afilada, certera a la par que refinada de todos #MisVikingos. Un hombre que es capaz de convertir una queja en la hoja de reclamaciones en un bar de Salou a primera hora de la mañana tras una noche, llamémosla densa, en una auténtica oda a la importancia del cliente en la hostelería, y que incluso en un soporte como whatsapp es capaz de diseccionar una situación en apenas un pequeño párrafo. Se trata de nuestro amigo Nacho, Luke Skywalker en versión nocturna y/o futbolística, en la que también se le conoce como la flecha roja, por su característico tono capilar, velocidad y potencia.

Conocí a Nacho hace más de 25 años, pues compartíamos bloque de pisos en Chamberí. Coincidimos en la universidad (especialmente en la cafetería y jugando a la Pocha) y en nuestro primer "trabajo" con su memorable tío Antonio (QEPD), quien me abrió los ojos a las bondades del Cutty Sark, entonces marca pseudo-clandestina poco proclive a ser objetivo del garrafón noventero que tanto daño hizo a nuestra generación. Eramos contables de PYMES desde el sector del metal hasta de la farándula, y pasamos largas tardes con poco trabajo jugando al Tetris (y bautizando sus piezas como "roto-descosío", la T que hacía apaños en casi cualquier situación de partida).

Con posterioridad, Nacho se enfrascó en el mundo de los seguros, donde a día de hoy es una eminencia que se han venido disputando las mejores corporaciones financieras del país, pues es difícil toparse con un tipo más serio y profesional por la vida, virtudes que, junto con el bagaje que va acuñando con los años, hacen de Nacho una auténtica joya para cualquier CFO que se precie.

Futbolísticamente, Nacho es todo despliegue, entrega y conocimiento del juego, un compañero al que siempre conviene tener en tu equipo y que tan solo cierta pelea con el golpeo de balón le separa de ser un auténtico fuera de serie. Pero amigos, no se puede tener todo en la vida...

Aunque viendo como ha superado su afonía crónica de los domingos por la mañana al ir a jugar los partidos de copiloto en mi coche, convirtiéndole en un cantante del más alto nivel, no me extrañaría que cualquier día se presentara en una pachanga desplegando el golpeo de balón de Gareth Bale.

Sin más preámbulo os dejo con su deliciosa crónica del derby:

Gracias, Culé de Chamberí, por inventar esta forma de júrgol-comunicación en la que tu sabiduría extrema deja espacio de opinión para todos los mortales que tenemos el honor de formar parte de ese gran círculo de tus amigos.

Había expectación con el 11 que ZZ elegiría para encarar el temido derbi de la capital, y cuando por fin se hizo oficial nos llevamos varias sorpresas agradables. Lucas partía de inicio en detrimento del tocado Benzemá; Ramos (miedo me daba) no conseguía recuperarse a tiempo y Nacho cubría el centro de la zaga junto a Varane; y Bale, alabado sea el Señor, jugaría por la izquierda.

Pero una vez iniciado el partido fue Isco el centro de los elogios. Dada su irregularidad, es difícil tener una opinión definida sobre el malagueño (de hecho, sobre su juego confluyen apasionadas filias y fobias), y desde luego no veo en él un titular una vez se recuperen los lesionados, pero ayer nos deleitó con una soberbia primera parte y un buen partido en general. Colocado en principio como segundo punta junto a Ronaldo, dio una exhibición de movilidad, dejándose ver por todo el centro del campo, jugando el balón con criterio, con peligro, y ayudando a la presión en la salida de balón del Atlético.

Al menos en Liga (que nuestro idilio con la Champions es otro cantar), afrontamos muchos vikingos estos partidos como una visita al urólogo, donde el sufrimiento está garantizado y sacar algo positivo después del trance se antoja una esperanza cada vez más vana.

Pero ayer fue diferente. No estuvieron cómodos los rojiblancos en ningún momento, y como siempre pasa se cruzan en los porqués deméritos propios y méritos ajenos. El 4-4-2 de Zizou no supuso en sí mismo un acierto, pero los conatos de presión y el inusual orden de las piezas elegidas para ejecutarlo dio unas prestaciones superiores a lo habitual. Lucas no tuvo su mejor día pero revalidó su compromiso con el rigor defensivo; Isco colaboró más de lo que suele hacer su sustituido Benzemá; Marcelo, aunque desacertado, estuvo más contenido en ataque y contó con intermitentes ayudas de Bale, anulando prácticamente la banda derecha rojiblanca; Kovacic sigue ganando crédito para cubrir las carencias defensivas que genera la baja de Casemiro, y mejoró su otrora infartante y atolondrada gestión del balón; Modric, conocido centro de vigilancia de los soldados de Simeone, sin proyectar su brillantez habitual, dejó muestras de su clase y su impecable lectura de las situaciones de juego; y con un entorno comprometido y ordenado la pareja de centrales Nacho-Varane pudo regalarnos una labor sobresaliente.

Vimos una primera parte con un Atlético inoperante, sorprendentemente superado en la mayoría de escaramuzas, e incapaz de ganar la gran baza que le presuponemos indiscutible: la intensidad. Pero este año en el Manzanares también hay mucha calidad, y jugadores desequilibrantes a la altura de los mejores de Europa..., que no aparecieron. Muy gris Griezmann, al que no parece haberle sentado bien su merecida entrada en el Olimpo de los grandes según las últimas tertulias. Regular Koke, muy mal acompañado ayer por GabiDesaparecidos Saúl y JuanfranDesquiciado Torres. Tras el descanso demostró el Atlético su orgullo y salió volcando el partido hacia la portería de Navas y concretamente hacia su flanco derecho, percutiendo durante 20 minutos por la banda de Filipe Luis y Carrasco, los mejores de su equipo por incansables, que no por su acierto. Pero no llegó el gol, ni siquiera ocasiones claras, y cuando Simeone movió el banquillo el partido ya tenía una inercia que parecía inamovible.

CR7 sumó un valioso hat-trick a su infinita colección, pero no brilló. Un gol de falta de rebote, un dudoso penalti y un regalo de Bale configuran el logro. Más asociativo y móvil que la mayoría de las veces, el portugués sigue siendo un depredador del área que influye poco en todo lo demás. No podemos negarle el mérito del máximo premio que existe en este juego, pero de la máxima estrella del mejor equipo del mundo espero algo más, sobre todo en tantos partidos donde desaparece. En el fútbol actual hay que tirar diagonales, abrir espacios sin balón, juntar las líneas, presionar tras pérdida, ayudar a los laterales, etc. Podemos perdonarle su tacañería a CR7 en estos temas cuando marca, faltaría más, pero cada vez lo hace en menos partidos, y entonces me acuerdo de Luis Suárez.

Bale estuvo discreto, pero la jugada del tercer gol es una excelente muestra de sus virtudes. Cuando Isco le cede el balón, pese a que aún tienen que pasar muchas cosas, ya huele a gol. Con espacio y en su sitio, la izquierda, arrancó el expreso de Cardiff, volando sobre la hierba para ceder en bandeja su tercer gol al portugués. Parece fácil..., ojalá le veamos más en su hábitat natural.

En definitiva, partido serio y comprometido del Real Madrid, que fue superior al Atlético pero no tanto como refleja el resultado. Indiscutido el talento de sus jugadores, necesita el equipo blanco encontrar una disciplina táctica y un nivel de intensidad que le dé la regularidad necesaria para alcanzar los objetivos perseguidos. Ayer hubo motivos para la satisfacción, pero no conviene recrearse, aún le queda mucho a este equipo para alcanzar el nivel que corresponde a su presupuesto y a su grandeza. A ver si por fin ganamos la Liga Santander.


¿Qué? Alucinando con el nivel, ¿no? Pues sí, así escribe la "perlita". Dejad vuestras opiniones, dudas, pareceres, quejas, incluso insultos cariñosos en los comentarios, que hay que darle vidilla a esto.

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