jueves, 28 de septiembre de 2017

UCL. Jornada 2. Sporting Clube de Portugal - Barça. La flor de Valverde no puede ocultar el pésimo partido

Ayer se jugaba en Lisboa, en la segunda jornada de la liguilla de la Champions, un partido entre dos equipos especiales para mi. Uno, el de siempre, el primero y auténtico, el Barcelona, y otro el que fue mi equipo de acogida durante mis años de estancia en Portugal, cerca de Lisboa, en Cascais, y que gracias a un compañero de trabajo, el muy grande Rui Marcelino, tuve la oportunidad de conocer de arriba a abajo a comienzo de los años 2000: El Sporting Clube de Portugal, SCP.




Aquí se le seguirá llamando equivocadamente el Sporting de Lisboa, porque como he oído muchas veces: "es que siempre ha sido el Sporting de Lisboa". Con un par. A ellos, a los "adeptos" del Sporting, les molesta especialmente por una cuestión muy sencilla. Además de no aparecer Lisboa, sino Portugal, en su nombre; su archirrival ciudadano, el Benfica, sí que se llama Sport Lisboa e Benfica (SLB). Esto la verdad es que nunca lo he oído explicar en la radio y prensa deportiva, pero espero que al menos ayude para que nombremos al equipo por su nombre, y no como nos parece que por una cuestión de costumbre se justifica.

El partido, entre los dos equipos que habían ganado en la primera jorada del grupo. Los lisboetas en Atenas ante el Olimpiakos, y el Barça con gran actuación de Messi ante el subcampeón Juventus en el Camp Nou. La principal novedad fue la salida de la convocatoria de Deulofeu. Extraña por haber ya descansado en Girona, pero a la espera de futuros acontecimientos, y tras la felicitación del de Riudarenes al equipo, espero que no sea más que una anécdota.

Valverde, presentaba una nueva vuelta de hoja en los experimentos tácticos de este principio de temporada. Salió con Sergi Roberto, en principio en banda derecha de ataque, pero dibujó al final un 1-4-4-2 con un doble pivote con Rakitic, especialmente desacertado toda la noche, y Busquets, más perdido que un pulpo en un garaje en esta novedosa disposición del medio campo. La consecuencia, una primera parte muy plana, sin profundidad, y ausente de desborde. En el otro lado, el positivo, una tranquilidad bastante importante en defensa por el inocuo control del partido, aunque aún así, encontraron en un par de oportunidades el camino a la portería de Rui Patricio, con un más incisivo, pero todavía desacertado, Luis Suárez, y un Messi bastante gris.

El 0-0 del descanso, se rompió muy pronto al inicio de la segunda parte en una jugada a balón parado, muy bien lanzada por Messi, y que embarulladamente acabó dentro del arco sportinguista, en un nuevo gol en propia meta (segundo máximo goleador tras Messi del equipo, por cierto). Volvía la flor del Txingurri, y pudiera parecer que con los antecedentes de la primera mitad, el escenario era propicio para seguir ejerciendo un control del partido para poderlo cerrar en alguna ocasión que los impulsos del Sporting para intentar el empate, seguro ofrecerían.

Sin embargo, asistimos atónitos a una incapacidad absoluta para parar el partido en esta segunda parte, llena de imprecisiones por parte de todos los jugadores, pero que acercaron en demasiadas ocasiones al equipo lisboeta a la frontal del área de Ter Stegen, pero que por su falta de calidad arriba, no transformaron en peligro, salvo un remate dentro del área del hiperactivo Bruno Fernandes, que sacó muy bien el portero alemán. Se sucedieron los cambios y no se daba con la tecla para parar el partido, y pudimos ver incluso cabalgadas lideradas por Sergio Busquets, algo absolutamente inverosímil.

Creo que se puede calificar sin ningún genero de duda, que el experimento del 1-4-4-2 fue fallido, pese al resultado. Por primera vez se pudo ver claramente un doble pivote, que como siempre he venido sosteniendo, nos lleva a un juego absolutamente plano, inaceptable, aburrido y solo salvado por un gol en propia meta y a pelota parada.

En la parte positiva, la consolidación de la buena adaptación de Semedo, el único beneficiado por vaciar el extremo derecho, siempre muy atento en la corrección atrás y ayudando en la salida con mucha seguridad en el pase. Y también el excepcional partido y momento de forma de Samuel Umtiti, que está siendo capaz de diluir el horrible momento de Gerard Piqué, muy desubicado, lento y tomando decisiones impropias de su nivel en algunos momentos.

Esperemos que sea apenas un borrón en el progreso del equipo, que tampoco olvidemos lleva apenas un mes y medio de competición, y pleno de victorias desde la Supercopa de España. Lo veremos en los próximos partidos.

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lunes, 25 de septiembre de 2017

Jornada 6. Girona-Barça. Victoria funcionarial con marcaje a Messi a la antigua

El sábado era un día realmente histórico en Montilivi, el campo del Girona. Recibían al Barça en su primer derby catalán en la máxima categoría. Un ambiente ciertamente festivo recibió al equipo azulgrana en la capital gerundense. Servidor, que vive de otras cosas que no son solo el fútbol, tenía marcado el fin de semana para un retiro familiar junto a los primos y sus vástagos en la preciosa provincia de Ávila, en la esperanza de poder ver el partido en el bar del pueblo. Sin embargo, a uno ya le van quedando pocas cosas por ver en la vida, y nada más llegar tuve la noticia de que el bar del pueblo estaba cerrado, ¡¡por vacaciones!!. Según Siri, el bar más cercano estaba a 12Km. por lo que tuve que improvisar una jornada radiofónica a la antigua, como en mis principios de aficionado culé, para seguir el partido.


Valverde continuaba con la semana de rotaciones y se había dejado en Barcelona a Semedo y Deulofeu. Además, dejaba en el banquillo a los titularísimos Busquets y Piqué, con lo que el once blaugrana era ciertamente novedoso, con Rakitic de medio centro y Aleix Vidal disfrutando de su enésima oportunidad, que, por otra parte, por fin esta vez pareció aprovechar. El partido parecía otra prueba del algodón para la salida de balón azulgrana, por la presión que suele acometer el Girona de Machín, pero esta vez una novedad cambió totalmente el planteamiento del partido. Pablo Maffeo, el joven carrilero diestro cedido por el Manchester City, realizó un anacrónico marcaje al hombre a Leo Messi, siguiéndole como dicen los clásicos hasta el cuarto de baño, en algo más propio de los oscuros años 80 del Catenaccio que del siglo XXI.

Durante los primeros minutos, al argentino se le notó incómodo, posiblemente por sorprendido, pero enseguida afinó el escáner y a base de desmarques constantes de ruptura al filo del fuera de juego, hacía dudar a Maffeo, abriendo la posibilidad de habilitar más el juego a las espaldas de la defensa de sus compañeros, lo que especialmente aprovechó Aleix Vidal, un adelantadísimo Paulinho, que parece haber encontrado ya acomodo en el esquema de Valverde, ya veremos si como titular habitual, y también un Luis Suárez que vivió en excesivas ocasiones en fuera de juego.

El comienzo fue competido, con alguna llegada del Girona que obligó a Ter Stegen a aplicarse en su portería. Así transcurrió el primer cuarto de hora, hasta que en un córner botado por Messi, se produjo un arrastre masivo al primer palo, dejando en la frontal del área solo a Jordi Alba que remató de volea el preciso centro, con tan mala suerte para los locales que Aday, despejó el balón hacia dentro de su portería. A partir de ahí, el encuentro cayó en un control poco profundo del Barcelona, que tan solo rompían las llegadas de los laterales y de Aleix Vidal. Así hasta la llegada del descanso, sin apenas sobresaltos.

La salida de la segunda mitad fue algo más intensa por parte del Barcelona, que en una magnífica combinación entre Luis Suárez y Aleix, hacía llegar a línea de fondo a este último, centrando de tacón para que el uruguayo, de manera extraordinariamente inteligente, dejara pasar el balón entre sus piernas para que el desafortunado Gorka Iraizoz, se introdujera el balón en su propio marco. 0-2, y partido definitivamente sentenciado.

El Girona tuvo un arranque de orgullo, con unas cuantas llegadas, casi siempre abortadas por un muy acertado Mascherano, y Valverde decidió dar entrada a Busquets para controlar algo más la situación. Lo consiguió, apoyado en la llegada del tercer gol del equipo, en una salida, ya típica, de Sergi Roberto en cabalgada, culminada con un pase en profundidad a Luis Suárez que le dejó mano a mano con Iraizoz. El uruguayo con toda la calma y la calidad del mundo, amagó el disparo al palo largo con el cuerpo, pero se lo depositó en las redes por el corto, sin remisión. Siguieron hasta el final los locales buscando el gol de la honra que no encontraron, y se terminó el partido para continuar el equipo azulgrana con el pleno de victorias en este arranque liguero.

Mención especial merece el partido de Aleix Vidal, quizás su mejor actuación como azulgrana, percutiendo el espacio a la espalda del lateral izquierdo del Girona, y llegando a línea de fondo con continuidad y siempre levantando la cabeza para ver el centro o pase más adecuado a cada jugada. También, me gustó mucho el partido de los laterales, con Alba en clara consolidación como discurso de ataque por la izquierda y un Sergi Roberto, que es una alternativa valiosísima para muchas posiciones en el equipo. Por último, Mascherano, que no ha levantado la voz, sino seguido trabajando durante su ostracismo a principio de temporada lideró la defensa y la salida de balón con gran criterio y acierto.

El Barcelona, como apunta Ramón Besa, sigue haciendo muy bien las cosas de equipo pequeño. Una acertada estrategia para así ir armando un bloque al que parece que será muy difícil superar, y menos con la claridad que lo fue en las salidas de Champions la temporada pasada. Además, la mejora en la salida de balón y en la presión, ya son una realidad, además de jugar el equipo mucho más junto en ataque, con la única mácula muchas veces de la falta de fluidez a la que estábamos acostumbrados en los momentos más brillantes del equipo. De momento, Valverde está siendo una grandísima noticia.

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miércoles, 20 de septiembre de 2017

Jornada 5. Barça-Eibar. Resultado engañoso en otra exhibición de la Bestia Parda, esta vez andando.

Tras el laborioso triunfo en Getafe, ante un repliegue en bloque bajo muy acertado, se presentaba en el Camp Nou un equipo que aplica una medicina absolutamente contraria, la presión asfixiante desde arriba, el entusiasta Eibar de Mendilibar. Una nueva piedra de toque que venía a probar la solidez en la mejora de la salida de balón que parece haber experimentado el Barça de Valverde frente al de Luis Enrique.


La rotación de tres piezas vitales en el primer escalón como Umtiti y Alba por un lado, que suelen conformar el gran corredor izquierdo de salida junto a Iniesta, y el nuevo Rakitic, con una implicación mucho mayor en la base en salida ahora con Valverde, llenaban de incertidumbre la respuesta del equipo a la presión armera. Además, en los primeros minutos ya se vio que los visitantes dejaban a Ter Stegen liberado de presión para evitar que se fueran ganando superioridades desde la portería con su formidable toque de balón. Personalmente, me parece la mejor de la opciones para desactivar la salida del Barcelona, y creo que ayer durante la primera parte se demostró. El Barcelona no encontraba salida clara y Messi tuvo que comenzar a ayudar retrasándose al interior, mientras que Paulinho, el otro protagonista táctico del partido, asumía un lugar avanzado, con doble objetivo, mantener entretenidos a los centrales visitantes, y alejarse de la circulación del balón para evitar que se le vieran sus carencias en este ámbito como en las dos primeras pelotas que tocó, con pérdida incluída.

El partido en el primer cuarto de hora fue eibarrés sin duda, incluso con un par de llegadas a Ter Stegen, una de ellas muy clara de Enrich. El Barça no encontraba continuidad en la salida, pero bien es cierto que, en cuanto superaba la primera línea de presión y Messi recibía, a espaldas de los mediocentros y se podía girar, el peligro se olía a kilómetros de distancia. En una de esas ocasiones que recibió, el rosarino dio continuidad por la derecha a Deulofeu y Semedo, quien tiró una pared con el siempre preciso Iniesta para acabar siendo derribado por un torpe Gálvez. Messi, que había fallado el anterior penalti en Vitoria, lo lanzó con la misma carrera que hace previsible la dirección del disparo, pero esta vez con suavidad y por alto, lo que sorprendió a Dmitrovic, el buen arquero eibarrés. El partido siguió por los mismos derroteros, sin demasiado juego, pero con el Eibar cada vez más cansado, física y psicológicamente en la presión, y en un córner lanzado por el muy acertado Denis, Paulinho, en otra demostración de sus mejores cualidades, llegó con toda la fuerza del mundo para cabecear a placer el 2-0, y prácticamente cerrar el partido a la llegada del descanso.

La segunda parte fue mucho más cuesta abajo, y el tercer gol de Denis, tras disparo de Messi, acabó por decantar el partido, pese al momentáneo receso en la comodidad de la victoria que significó el gol del honor armero, más que merecido por el buen partido que a mi modo de ver realizó. Enseguida llegaron dos goles más de Messi marca de la casa, con pase a la red a la derecha del portero y jugada en pared con Paulinho deshaciéndose de rivales que le intentaban obstaculizar como fuera. Llegaron los cambios por las 2 partes y se pasó una última media hora de relajación en los dos equipos que permitió al Eibar aproximarse más veces a Ter Stegen, incluyendo 2 palos y a Messi cerrar su póker con otra gran jugada en pared con Aleix, que volvía a tener minutos.

El partido, como siempre nos dejó detalles tácticos que va probando Valverde. Esta vez destaco la diferencia de alturas de los interiores, y su permuta en defensa-ataque. Iniesta se retrasaba en la salida de balón para oxigenarla, mientras que subía en cuanto salía el Eibar, y era Paulinho quien con su gran juego aéreo se aproximaba a la altura de Busquets, lo que potenciaba las virtudes y diluía las debilidades de ambos jugadores, en, a mi modo de ver una gran decisión de Valverde. Además, Deulofeu, un día más tan perfecto tácticamente como desafortunado individualmente, y el pleno de confianza Denis, bajaban en banda para ayudar a los laterales en el control de los peligrosos centros al área del Eibar, su gran arma ofensiva.

El juego no se puede decir que sea brillante, pero los resultados, positivos y merecidos van llegando mientras Valverde va probando y ganando crédito, sumando cada partido más efectivos a la dinámica del equipo, como ayer Aleix Vidal y Mascherano. A esto se le suma un Messi que se exhibe casi todos los días, incluso andando como ayer, y dosificando su esfuerzo, casi hasta equivaler a rotar desde dentro del campo. Esto no le impide marcar con la asiduidad que lo viene haciendo desde el comienzo de temporada, apoyándose en un sistema que intenta tenerlo el mayor tiempo posible al borde del área contactando con el balón.

En otro orden de cosas, ya se han llegado a las 10.000 firmas para el voto de censura contra la directiva, más que cualquiera de las mociones anteriores. Sin embargo, con el cambio estatutario promovido por esta directiva que pasa del 5 al 15%, el porcentaje de firmas sobre el censo de socios necesarios para dar lugar al voto de censura, se hace muy difícil pensar que se puedan alcanzar las más de 16.000 firmas necesarias, más cuando ya no quedan más partidos en casa para recopilarlas. Se me antoja casi imposible llegar, pero es una pena, porque si no es el Barcelona, al menos Messi, sí que merece otra directiva en los últimos años de su carrera.

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lunes, 18 de septiembre de 2017

Jornada 4. Getafe-Barça. Siguen las buenas noticias, pero ya llegan las malas, una tremenda

Llegaba el Barça a Getafe, y mi amigo @gildrix, que aparte de mi mentor radiofónico, también es el speaker del Getafe en casa, me invitó junto al primigenio Culé de Chamberí, mi padre, a ver el partido en directo el sábado a la hora de la siesta o del Gin Tonic, según las costumbres de cada uno. Desgraciadamente, uno tiene una agenda demasiado apretada y ya estaba planificada desde hace meses una visita a Córdoba, donde mi lateral derecho titular Josele, hizo de Cicerone de manera impoluta, hasta consiguiéndome un par de bares donde pude ver el partido, en su primera, a falta del primer cuarto de hora, y segunda parte.



Valverde volvía a repetir la alineación de gala de la Juve, con la única inclusión de Sergi Roberto por Semedo en el lateral derecho, previendo una defensa retrasada y numerosa, como así fue, del Getafe. De esta manera, ganaba un elemento en la asociación para la circulación de balón, teniendo ya la banda ocupada para la profundidad con el desdichado Dembelé.

Como he comentado, llegué en el minuto 15 de partido más o menos, pero en las dos primeras jugadas, ya se vislumbraba a Messi demasiado cerca de la base, por lo que evidentemente, la circulación del balón no estaba siendo demasiado satisfactoria. A los pocos minutos, en una jugada desgraciada, llegó la primera verdadera mala noticia de la temporada, una lesión del recién llegado Dembelé, que le mantendrá unos 4 meses de baja, más la pretemporada posterior que necesitará, incluyendo el proceso de adaptación al juego, que apenas había iniciado una semana antes. En mi opinión la noticia es más grave para el propio jugador que para el equipo, pues es una posición con un sustituto muy claro, Gerard Deulofeu, quien tendrá esa oportunidad de reivindicarse que solicitaba, y podremos todos saber si su nivel da realmente para ser titular en el Barcelona. Yo le tengo fe. Además, existen piezas que pueden cubrir también ese hueco, como Denis, Alcácer e incluso Arda, si vuelve a ser futbolista de élite.

La primera parte se desarrollaba según lo que quería el Getafe. Y las llegadas azulonas eran casi más peligrosas que el continuado asedio azulgrana.  Y en una jugada con un balón colgado tras una falta rechazada, Markel Bergara, bajaba el balón, que venía con nieve, para la llegada en segunda línea del japones Shibasaki, quien con un golpeo de una calidad tremenda, mandaba su volea a la escuadra izquierda de Ter Stegen, que veía como recibía el primer gol de la Liga. De ahí, al descanso, tan solo una postrera falta, magistralmente lanzada por Messi, y no menos sensacionalmente parada por un inspirado Guaita, con ayuda del larguero. Fue una primera parte, donde el plan del técnico del Getafe, Bordalás, salió a la perfección.

En el descanso, Valverde tomó una decisión trascendente, meter a Denis Suárez en el equipo en lugar de un apagado Iniesta. El gallego entró  con confianza y aporte desde el primer momento, todo un acierto. Es cierto que sin el gol, quizás no estaríamos hablando así de él, pero le dio un toque de entusiasmo a un equipo demasiado plano. De hecho, para mi, el arranque del segundo tiempo fue diferente por mejor que el final del primero. Y luego está el golazo que marca en un momento decisivo, cuando empezaba a bajar ese empuje del comienzo de la reanudación.

Y el otro cambio, es cierto que en su única jugada, marcó el gol de la victoria. El controvertido Paulinho, marcó un golazo en un resumen de lo mejor que puede aportar el jugador. Llegada en ruptura desde segunda línea, fueza enorme para aguantar la entrada del defensa y latigazo sensacional cruzado, inalcanzable para el portero. Pienso que este gol le dará a él y a Valverde un plus de confianza muy necesaria en esta prematura fase del proyecto. Y es que las decisiones intervencionistas de Valverde, desde el fracaso de los 3 centrales del Bernabéu, están saliendo bien siempre, ya sea por su influencia en el juego, o en el marcador, si bien, estas últimas, para mi no dejan en muchos casos de ser casualidad, pero le hacen ganar crédito a ojos de todos, y eso es algo fundamental cuando intentas asentar un nuevo proyecto.

En la vertiente negativa, la espesura de juego posicional, quizás también ayudada por el cansancio de elementos que ya suman una buena cantidad de partidos seguidos entre equipo y selecciones, y el césped seco y alto que de manera lícita eligió el Getafe. Y en el plano individual, Piqué y Luis Suárez. Son dos jugadores pesados, a los que les suele costar el inicio de temporada, y espero que ésa sea la principal razón de su decepcionante desempeño. El de la Bonanova está viéndose demasiadas veces superado, y tan solo la contundencia de Umtiti evita una mayor exposición. El uruguayo está lento e impreciso, preocupantemente impreciso. La nueva variante que le lleva más a la banda resalza esta sensación de lentitud e imprecisión. Sin embargo, sigue haciendo movimientos perfectos de delantero, como arrastre del primer gol que se lleva a dos defensas y deja el espacio justo para que Denis, pudiera armar el disparo. Esperemos que en el próximo mes veamos una mejora de estas dos piezas claves del equipo, porque si no, sí que sería extremadamente preocupante para el futuro del equipo esta temporada.

En resumen, un partido de empate que acabó llevándose el Barcelona. Precisamente ese tipo de partidos que el año pasado costaban puntos que luego tanto se echaron en falta. El juego experimentó un cierto retroceso, pero esperemos que tan solo sea un reflejo de las circunstancias y el buen planteamiento rival, más que un frenazo en la construcción del nuevo proyecto. En próximas fechas tendremos la respuesta. La primera, este martes en el Camp Nou ante el Eibar, otro hueso para el juego del equipo en principio.

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miércoles, 13 de septiembre de 2017

UCL. Jornada 1. Barça-Juve Cuando el cristal con el que se mira es Messi

Todos hemos oído esa frase de un escritor del S.XIX, llamado Ramón de Campoamor que dice: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Anoche en el estreno de una nueva edición de la máxima competición europea de clubes en el Camp Nou, tuvimos un ejemplo paradigmático de lo que esta frase quiere decir. Tras el desilusionante mercado veraniego, la dolorosa doble derrota en la Supercopa de España y la confusión institucional, todo parecía negro en el panorama barcelonista, hasta que Messi nos brindó la oportunidad de mirar el mundo a través de su cristal, y nos mostró una vez más una realidad diferente a la que podríamos esperar. Y mucho más edificante, desde luego.



El partido de anoche me recordó al que vivió el mismo escenario en 2015 en las semifinales de Champions contra el Bayern de Munich. Un partido, dividido, incluso por momentos dominado por el equipo rival, o más que dominado, llevado al terreno que más interesaba al rival, fue transformado en una cómoda victoria por el inabarcable talento de un pequeño argentino enfundado en la camiseta número diez del FC Barcelona. A diferencia de aquél, en el que los destellos llegaron en los últimos 15 minutos de partido, ayer, el primer destello tuvo el adicional valor psicológico del momento escogido, el último minuto de la primera parte, lo que además desembocó en toda una segunda parte cuesta abajo, una recarga de confianza del equipo y un aumento del crédito del proyecto de Valverde en toda regla.

Hasta ahora, los rivales enfrentados por el equipo azulgrana, habían favorecido la balsámica terapia que iba restañando las heridas de pretemporada. Pero anoche, el todavía incipiente, y consecuentemente inmaduro proyecto de Valverde, se veía las caras con una escuadra que compartía objetivos con los azulgrana, el vigente subcampeón de Europa y Campeón italiano, la Juventus de Turín. Con el añadido de repetir el último enfrentamiento que el Camp Nou había vivido en Champions, la eliminación de cuartos en la pasada edición.

Valverde puso en liza lo más parecido a lo que podemos considerar en la plantilla actual, el once de gala, con la inclusión en la formación inicial del ilusionante Ousmane Dembelé, y del portugués Nelson Semedo en el lateral derecho. Venía a decir, esto es la Champions, y debemos dejar la mejor de las impresiones ante Europa. Y el comienzo fue ilusionante, con un muy fino y entonado Iniesta que ofreció un clinic de fútbol en los primeros minutos, aunque la experiencia juventina conseguía no traducir en llegadas claras el flujo ofensivo azulgrana. Poco a poco, la Juventus fue encontrando salidas a las espaldas de los centrales azulgranas, bien desactivadas por los centrales y por un rapidísimo Semedo, que se ganó a la parroquia azulgrana con una convincente actuación tanto hacia adelante, como sobre todo con una gran seriedad detrás.

Cada vez se hacían más escasas las llegadas azulgranas, y la Juventus confirmaba su comodidad en el juego, con un Pjanic participativo, Dybala recibiendo a ambos lados de Busquets Higuaín peleando con los centrales y Douglas Costa convenientemente controlado por Semedo, pero siempre amenzante. Nos disponíamos a llegar al descanso, con la esperanza de que Valverde pudiera ejercer de alquimista para llegar al marco de un Buffon, que en esos momentos podía soñar con mantener su imbatibilidad ante Leo Messi. Sin embargo, en una galopada en tres cuartos del rosarino, acompañado por un Jordi Alba que tiró un desmarque de ruptura que abrió lo suficiente la defensa para que la pared con Suárez fuera viable, y la dulce devolución del hasta entonces impreciso uruguayo, fue sublimada por la Bestia Parda con un control y remate cruzado a la base del poste izquierdo, inalcanzable para el actual Buffon.

La segunda parte se iniciaba con una Juventus necesitada de acercamientos a la portería de un muy seguro Ter Stegen, más allá de remates exteriores, y una posibilidad para explotar los espacios a las espaldas para los medios y atacantes azulgranas. Además, una clara tarjeta a Pjanic por falta a Messi, convertida en amarilla para el argentino por pedirla con demasiada vehemencia, acabó por enfurecer a La Bestia. Y a estas alturas, ya todos sabemos que eso no es bueno para la integridad de los oponentes. En tres galopadas del rosarino, un poste y dos goles más- El primero para Rakitic tras rechazar un defensa juventino bajo palos el seguro gol de Suárez, y el último para el propio Messi, con un destacable desmarque de Dembelé que le dio el espacio suficiente para ajusticiar de nuevo a Buffon de manera inapelable.

A partir de ahí, los cambios bajaron la intensidad de la avalancha azulgrana y evitaron un resultado más sonrojante para los piamonteses. En cualquier caso, en clave azulgrana, un subidón de auto-confianza y un margen extra para que Valverde vaya haciendo crecer este proyecto suyo que aupado en un Messi a este nivel, podrá construir un equipo que juegue para él, y no le exija tantísimo para desencallar cualquier partido como hasta ahora.

En el plano individual, 3 noticias muy positivas. La vuelta de Iniesta en un gran estado de forma, y un escalón más arriba de lo que Luis Enrique le solicitaba; el salto de Rakitic, ahora liberado de la compensación de los movimientos de Messi, lo que le permite acercarse más a la base de la jugada, interviniendo más y dotando de más control al mediocampo; y la buena pinta que tiene Semedo, que atrás recuerda por momentos a aquel corrector de Guardiola llamado Eric Abidal, cumpliendo también su papel como carrilero, y apoyo/desdoble para Dembelé en la derecha.

En cualquier caso, el partido de anoche no se puede entender, ni siquiera plantear si no tienes a esa Bestia Parda con el diez en tu equipo. Ningún otro jugador del planeta podría desequilibrar un partido como el de anoche con esa suficiencia y claridad. Y es que como dice Valverde: "ya le había sufrido enfrentándole en demasiadas ocasiones, déjenme que lo disfrute ahora que lo tengo en mis manos.



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lunes, 11 de septiembre de 2017

Jornada 3. Barça-Espanyol. Messi nos recibe en su oasis frente al desierto por el que transita el club

Tras el parón de selecciones, durante el que se produjo el convulso cierre de mercado y el comienzo del extremadamente justificado proceso de voto de censura contra la actual directiva, volvía la Liga al Camp Nou con un derby barcelonés, en el que el Espanyol de Quique Flores visitaba a su rival ciudadano con un comienzo de Liga donde todavía no había conocido la victoria. Nos diponíamos a volver a vivir, por fin, esos 90 minutos de oasis en medio del desértico devenir del club que suponen los partidos en los que el equipo salta al campo para sustentar al club, aunque sus integrantes no hagan ni el más mínimo gesto para darle un apoyo que necesitarían los dirigentes como el respirar.



Este comienzo de la era Valverde me está resultando muy entretenido, pues la novedad y riqueza táctica del entrenador dan lugar a numerosas cuestiones que analizar. En esta jornada, me interesaba mucho ver la alineación y cómo iba a posicionarse Valverde tras los parones de selecciones donde muchos jugadores hacen miles de kilómetros en una semana con el cansancio que ello ocasiona. A diferencia de Luis Enrique que optaba por enfatizar las habituales rotaciones el día después de un parón, Valverde, también quizás necesitado de resultados positivos que reviertan la situación anímica del aficionado culé medio, y por tratarse de un derby, salió con todo, salvo Dembelé, una de las atracciones del partido que apenas llevaba semana y media con el equipo, y cuyo teórico puesto en el once titular de gala lo ocupó Gerard Deulofeu.

El equipo comenzó muy bien el partido presionando arriba y llegando a las cercanías de Pau López con asiduidad y cierto peligro en el primer cuarto de hora. La posición centrada de Messi, y ligeramente escorada a la izquierda de Suárez, dejaba el carril para las llegadas de Jordi Alba, y la derecha para Deulofeu. El juego no era nada del otro jueves, pero la presión constante mantenía el campo inclinado hacia la portería espanyolista. Pasados los quince minutos el juego se empezó a espesar, las llegadas al área comenzaban a espaciarse y el Espanyol, si bien no se acercaba a Ter Stegen, comenzaba a disfrutar de algunas posesiones más largas. En esas llegó el minuto 25, y Messi recibió dentro del área en posición adelantada que el linier no señaló. Recibió, dribló en una baldosa al central, y la puso en el ángulo.

A partir de ahí, minutos de desánimo en el Espanyol, que aprovechó el Barcelona para acumular llegadas y conseguir el 2-0 en una jugada rescatada por Alba en la línea de fondo y centrando atrás para que de nuevo la Bestia Parda marcara como un auténtico delantero centro tirándose a cruzarle el balón a Pau López. De ahí al descanso, una catarata de llegadas del Barcelona sin poder aumentar el marcador y una sola picadura del Espanyol, eso sí muy clara, con un disparo de Piatti desde la frontal al palo izquierdo de un batido Ter Stegen. Se llegaba al descanso con un 2-0, que hacía justicia con lo visto en el campo en la primera parte.

En la segunda parte el juego se equilibró algo, pero sin demasiadas llegadas, hasta que volvió a caerle un balón a Messi, a pase del hiperactivo Alba, y con un tiro cruzado de primeras rubricaba su hat-trick número 38, sí 38 con el FC Barcelona. De ahí al final, la salida de Dembelé centró todas las miradas, y el chico un tanto superado por el ambiente, apenas acertó a correr un buen pase de André Gomes en profundidad, y ponerle con gran precisión el balón a Suárez que corría por el carril central para cerrar la goleada. Mintuos antes, Piqué, para darle picante al derby, hacía el cuarto cabeceando un córner botado por Rakitic.

Del partido, extraer algunos detalles. Colectivamente la presión agresiva en cada pérdida durante la primera mitad, y el buen desempeño defensivo del equipo, que apenas dejó llegar al Espanyol en los 90 minutos. Individualmente, Messi aparte, la rapidez de piernas de Iniesta, sumada a la que siempre atesora a la cabeza, el buen trabajo de Semedo en el lateral, arriba y abajo, y sobre todo el brillantísimo partido de Jordi Alba, que temporada tras temporada parece subir un escalón en el conocimiento del juego, llegando a linea de fondo con asiduidad y levantando la cabeza para el pase atrás en todas las ocasiones.

En resumen, las noticias que llegan del equipo son bastante positivas, a la espera de una continuidad mayor en el juego, pero alejadas del pesimismo que la clara derrota en la Supercopa había dejado. Buena señal para el proyecto de Valverde, que sigue siendo intervencionista, y dando pie a analizar muchas y nuevas variantes que se van viendo, como ese ataque asimétrico sin extremo izquierdo y con Suárez jugando ligeramente escorado a la izquierda.

Tras el partido, otra noticia muy positiva fueron las colas en los puestos de recogida de firmas del voto de censura, que demuestran que pese a los buenos resultados, existe una amplia masa de socis muy descontenta con la errática, por ser generosos en el calificativo, gestión de la directiva al mando del club. Una pena que no puedan tener más partidos para maximizar la recogida de firmas en el estadio, dado que el número de firmas, 16.570, hace muy difícil conseguir llevar adelante esta censura que tanto merece la Junta Directiva.

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