martes, 16 de mayo de 2017

Jornada 37. Las Palmas-Barcelona. Victoria fácil en una extraordinaria exhibición de Busquets

Penúltima jornada de Liga, y todavía el título quedará sin decidir hasta la última fecha del Campeonato, ya que el Barça goleó sin demasiados problemas a una UD Las Palmas a la que se le está haciendo demasiado larga la temporada. Tras conseguir demasiado rápido su objetivo inicial, que era la permanencia, no lo olvidemos, no ha sido capaz de seguir la estela de los puestos europeos, que en muchos momentos de la temporada parecían alcanzables para los amarillos gracias a su preciosista juego de combinación.


El Barcelona se presentó en Las Palmas con una defensa de circunstancias, tras los diferentes incidentes que fueron surgiendo durante los últimos días. A la sanción por acumulación de amarillas de Sergi Roberto, se unió una indisposición de Piqué que hizo pasar por el hospital al central de la Bona Nova, y ya en el mismo calentamiento sobre el campo del Nuevo Insular, Mascherano se tenía que retirar dejando su plaza al debutante Marlon. El brasileño cedido por el Fluminense no ha acabado de hacerse con la titularidad indiscutible en el exitoso Barça B de Gerard López. A la derecha, la presencia a pie cambiado de Digne, un auténtico paradigma de la lamentable planificación de la plantilla y de la nula aportación de los fichajes del verano pasado, excepción hecha de Samuel Umtiti.

El partido comenzó con una buena presión de los canarios que, además, en su primera aproximación, bien podrían haber dado jaque al partido si el árbitro hubiera estimado castigar con tarjeta roja una torpe maniobra del mentado Digne ante Jesé, en una decisión muy protestada por el equipo amarillo. El Barça, una vez superada la primera presión de la línea ofensiva canaria se encontraba con situación de igualdad e incluso superioridad ante la defensa canaria, lo que convertía en cuestión de tiempo la llegada del primer gol del equipo.

Este primer gol llegó en un robo del debutante Marlon, contundente y calmado durante todo el partido para firmar una más que notable actuación. El brasileño cedió a Busquets, sobre el que volveremos más adelante. El de Badia convirtió la salida de balón en arte, y sirviéndose de una ruleta con pase final de tacón batió la linea de mediocampo amarilla, cediendo a Iniesta para poner una vez más en superioridad y a campo abierto al ataque azulgrana. El manchego, clarividente, en apenas dos toques y menos de segundo y medio, pusó en carrera a Luis Suárez ante el portero, y el uruguayo en generosa actitud, asistió a Neymar, que corría a su lado derecho,  para que el brasileño empujara el balón a la red sin oposición. 

Apenas un minuto después, el brasileño devolvió la gentileza al uruguayo en forma de pase en profundidad, que Luis Suárez no desaprovechó picando con el exterior para cruzar ante la desesperada salida de Javi Varas. 0-2 y partido casi finiquitado. Desde ahí, fueron 20 minutos de magisterio por parte de un Sergio Busquets que no acostumbra a acaparar portadas, pero que en este partido, con su majestuosa acción técnica del 0-1, pudo poner en el escaparate un partido absolutamente redondo, liderando la presión del equipo sin balón, siempre bien colocado dando opción de pase a los compañeros y dificultándoselo a los rivales, haciendo girar sobre sus pies y su cabeza la construcción del ataque azulgrana. 

Sergio ha vivido una temporada donde los desequilibrios del equipo le han hecho sufrir demasiado en campo abierto, siendo, incluso, injustamente acusado de bajo rendimiento y de ser una de las causas de la deriva del centro del campo azulgrana, cuando lo que realmente representaba era un síntoma de esa deriva, en ningún caso una causa. Cuando Busquets juega bien, el Barça juega muy bien, es así de simple, y lo que debe intentar el entrenador, y espero que lo entienda rápido el nuevo, es arropar a Busquets por los cuatro costados, evitando que tenga que batallar a campo abierto contra rivales que físicamente están más dotados para el despliegue, pero que no pueden ni soñar alcanzar el conocimiento de todos los recovecos del juego que lleva grabados a fuego el jugador de Badía.

El segundo tiempo abrió el telón con la habitual caraja azulgrana de cada partido, dejando coger aire a un equipo moribundo como el canario, que avisó a través de Jesé, siendo bien negado por Ter Stegen, y dio en una contra fulgurante y muy precisa, culminada por su central Bigas, quien había cortado el balón e iniciado la transición en su campo. De esta forma se acortaban las distancias en el marcador, y se hacía soñar a la afición pio-pio con una última alegría para cerrar la temporada. Nada más lejos de la realidad, pues el Barcelona volvió a ponerse manos a la obra y en un par de jugadas, Neymar redondeó su hat-trick, con un remate de cabeza picado a pase de Rakitic, y un toque sutilísimo ante la salida del portero en una contra.

Las noticias del partido del Madrid no traían las deseadas buenas nuevas, y otra fecha pasaba sin la necesaria y esperada derrota madridista, que ahora deberá conseguir cuatro puntos en las dos salidas que le quedan. Campos donde, curiosamente, el equipo azulgrana cosechó dos dolorosas derrotas que impiden que ya en Las Palmas hubiera festejado su tercera Liga consecutiva. Esperemos que, a pesar de todo, vigueses y/o malagueños nos den una alegría y todavía podamos ganar la Liga en casa el domingo contra el Eibar.

2 comentarios:

  1. El párrafo sobre Busquets, para enmarcar. Ha sufrido, sufre y sufrirá siempre que le toque "ir a la guerra" en El Centro del campo. Es el mejor del mundo en su puesto cuando el Barça domina el juego posicional, pero pierde enormemente cuando le toca ejercer de lo que no es.
    Ojalá los mediocres de la directiva fichen al que tienen que fichar para escoltar a Busi.

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    1. Gracias Goose, hermano.
      Busquets es un genio, que debe estar en un entorno determinado que curiosamente es el que ha dado los mejores éxitos de su historia al Barça.
      Como mediocentro de despliegue, juego aéreo y carreras demagógicas a salvar fueras de banda tirándose, no sirve.

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