viernes, 26 de enero de 2018

Copa del Rey. Cuartos. Vuelta. Barça-Espanyol. Messi da la bienvenida a Coutinho

Tras demostrar en el Benito Villamarín que el tropiezo de Cornellá en la ida había sido apenas un diminuto borrón en la inmaculada trayectoria del equipo, el Barça de Valverde debía aplicar correctamente el Tipp-Ex para borrar definitivamente cualquier atisbo de vulnerabilidad. Para ello, era necesario darle la vuelta al 1-0 que traía el Espanyol de un Quique Sánchez Flores, que definitivamente parecía haber desoído los cantos de sirena que le llegaban hace unas semanas desde la Premier.


La ultradefensiva alineación del Espanyol, se iniciaba con la sorpresa de la alineación de un señor portero como Pau López, en cuitas con la directiva por su renovación; una defensa de 4 con laterales muy defensivos; línea de medios de 5, sin apenas noticia de jugadores de vocación ofensiva; y el naúfrago Gerard Moreno arriba. Solitario, desasistido, pero siempre peligroso, Gerard es un jugador un tanto underground. Poco mediático, pero de movimientos y rendimiento sensacional, es uno de los mejores delanteros de la Liga, a mi modo de ver, y el mejor delantero desconocido, seguro.

Valverde dispuso una novedad, la inclusión en el téorico lugar de Paulinho de Aleix Vidal en banda derecha del ataque para dibujar un 1-4-3-3 un tanto asimétrico y que sobrepobló el sector derecho del ataque, con Messi cayendo hacia allí, y Sergi Roberto apoyando, conduciendo con sus clásicas arrancadas, casi ya míticas, y buscando superioridades constantes en esa zona del campo. El resto, el equipo de gala, con el holandés Cillessen como siempre guardando la meta en la Copa.

Enseguida se dibujó lo que sería el partido. La falta de presión por parte blanquiazul, y la altura inicial de sus dos líneas defensivas facilitaban la cómoda posesión en campo contrario del Barça (84% en el primer cuarto de hora). Así, con paciencia pero con cierta fluidez, movían al son de Busquets el balón de un lado a otro del campo, haciendo bascular a las dos líneas defensivas del Espanyol, que apenas se desperezaban lanzando desesperados balonazos por si Gerard era capaz de sacar petróleo de alguno de ellos. 

Además de todo eso, Messi estaba muy enchufado para desgracia perica. El primer balón que tocó, lo convirtió en un pase inverosimil de 50 metros rasante a la llegada de Alba, y eso significaba que habría mambo. Y así fue. Una pérdida espanyolista en una de sus escasas posesiones, la aprovechó la Bestia Parda para habilitar a Aleix en el extremo; centrando éste de primeras un balón tenso, con la rosca, altura y dirección precisas para filtrarse entre portero y centrales, y ser rematado por Luis Suárez, de cabeza en plancha y a placer, igualando la eliminatoria en menos de diez minutos.

Y el partido siguió por los mismos derroteros, paciencia blaugrana y repliegue blanquiazul. Se veía que era cuestión de tiempo, y no tardó mucho en llegar el segundo gol. Otro robo de Messi, esta vez en área contraria, y un rápido disparo antes de que se recompusiera la defensa, tiene la fortuna de ser desviado por Naldo dejando a Pau fuera de toda posibilidad de intervención. A partir de ahí, el Espanyol intentó alguna presión esporádica, pero la alineación era demasiado incompatible con una aproximación ofensiva continua sobre la portería contraria, por lo que siguió sin siquiera molestar a Cillessen.

En la segunda parte, Quique cambió para dar algo más de mordiente con la velocidad de Baptistao. La intención era llegar más, y acompañar al hasta entonces abandonado a su suerte Gerard Moreno. Sin embargo, no hubo lugar de apuntar una parada mínimamente meritoria de Cillessen, que sumó para su equipo la enésima portería imbatida (clean sheet, hoja limpia, que dicen en Inglaterra). Además de alguna entrada destemplada por parte visitante, todo quedó en esperar si debutaba Coutinho.

Y Valverde, atento a todo, decidió dar a su parroquia el gusto de ver a su nuevo, flamante y carísimo fichaje. Y bastaron 2 toques para ver que encaja como un guante. Su primera aproximación al área derivó en un caño monumental a Victor Sánchez que tuvo que hacerle falta. Combinó mucho con Messi, que se arrimó a su lado como hacía en años pasados con Neymar, y Busquets tuvo siempre una salida en vertical en él. Las sensaciones de Coutinho fueron buenísimas, y además, parece que entró en ese olimpo de afortunados jugadores que caen de pie en el Camp Nou, como Simonsen, Saviola o Larsson, por ejemplo, quienes ya antes de demostrar nada fueron acogidos bajo su manto protector por el soci.

En conclusión, el Barça pasó la eliminatoria, administrando una ventaja escasa desde dentro (los jugadores leyeron perfectamente cada momento) y fuera del campo (Valverde fue moviendo piezas para asegurar la clasificacion), con un Messi, sobrenatural una vez más, incluso en enero de un año de mundial. Ahora viene el Valencia en semifinales en un calendario que no da tregua. La Copa promete nuevos escenarios excitantes.

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