jueves, 24 de noviembre de 2016

#Messi haciendo de la excepcionalidad, rutina funcionarial

No pensaba escribir de partidos de Champions en el Blog hasta la fase de eliminatorias, pero ayer, en un partido sin demasiada historia, ni trascendencia, volvimos a ver una versión de Messi, absolutamente sobrenatural, con el añadido de alcanzar el centenar de goles con el FC Barcelona en competiciones internacionales (92 en Champions, 3 en Supercopa de Europa y 5 en Mundial de Clubes). Casi ná...



A diferencia de lo titulado para el pasado sábado, ayer en Glasgow sí que hubo paraíso. Y se llamó, como no, Leo Messi; la solución universal a cualquier problema de juego del Barça como le llama Albert Moren en su clarividente Blog.


El Barça se presentaba en Glasgow con dudas tras el empate cosechado en casa ante el Málaga. Y necesitaba ganar confianza para los que, en mi opinión, son dos partidos que pueden marcar la temporada blaugrana, como mínimo en Liga, la visita a Anoeta (de tan perturbador historial reciente) y la visita del "imbatible" Real Madrid de Zidane al Estadi.

El otrora fiero Celtic de Glasgow, no nos llevemos a engaño, no tiene hoy en día el nivel mínimo exigible para la Champions, como ya se demostró suficientemente en Barcelona. Pero bien es verdad, que en casa es un rival duro y correoso, como dicen los clásicos, que aupado por su extraordinaria afición, aprieta a los rivales sobre todo al principio de cada parte y si no lo tumbas rápido con la diferencia de calidad, como le pasó al City este año, o al mismo Barça un par de veces en temporadas anteriores, te puede complicar el partido.

Sin embargo ayer, ya desde el primer minuto ya se vio que Messi estaba por la labor y acertado en su lectura táctica del partido y en la ejecución. Más centrocampista que nunca ante la ausencia de Iniesta, incluso frecuentó la banda izquierda por momentos, donde con un muy mejorado Jordi Alba y con Neymar, combinó con asiduidad hasta encontrar el gol desde esas posiciones, tras un magnífico pase sobre la defensa del brasileño, culminado con un extraordinario, por la dificultad y la precisión, remate al primer palo.

También recibió Leo posibilidades de descarga por detrás con Busquets, afortunadamente liberado de sus recientes atribuciones como tercer central, lo que además de dar al traste con la más eficaz opción de robo tras pérdida, reduce su intervención en el juego posicional en tres cuartos de cancha, de lo que se ha venido resintiendo recientemente el equipo antes rivales más replegados.

Pases en corto y en largo, quiebros, regates, paredes, combinaciones horizontales y en ruptura, un recital extraordinario de partido completo al alcance de absolutamente nadie en el fútbol actual, y me atrevería a decir que de todos los tiempos. Pero lo más sorprendente es que seguramente para él, en su fuero interno, no fuera más que un día más en la oficina, rutina funcionarial.

Y por cierto, casi jugó andando...

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