jueves, 9 de febrero de 2017

#CrónicasSallemistas Remontada y Reaparición by @YagoSaez

Uno se puso a escribir en este blog para poder contar cosas, compartirlas. Y pocas cosas merece más la pena compartir que lo que motiva esta crónica: la vuelta tras una lesión de un compañero de equipo, un amigo con el que has compartido durante tantos tantos momentos encima de un terreno de juego con una pelota por enmedio, y que llevaba ya demasiado tiempo sin entrar a un campo a jugar delante mío, como parte clave del engranaje defensivo que protege mi portería.

Intento siempre hacer una introducción a esas crónicas que mis amigos me hacen, crónicas que suben el nivel de este Blog, pero creo que en este caso, lo más adecuado es dejar todo el protagonismo a la crónica en si misma, porque cualquier cosa que pueda llegar a escribir, por muy tocado por las musas que llegue a estar, no pasará de una glosa del cariño y la emoción que volver a verle a jugar me produce. Y eso, quien tiene que saberlo, ya lo sabe...

Así que os dejo con la parte mollar de esta entrada que seguro que os gusta.


En primer lugar, que vayan por delante mis agradecimientos al blogero Culedechamberi por dejarme participar en su experimento sociofutbolintercultural.

“Terminando la primera vuelta
“Domingo por la noche. Las fieras ya acostadas, peliculón épico nocturno y luego a fisgar la superbowl tumbado solo en el sofá. Estiro bien las piernas y empiezo reconocer esas agujetas típicas del futbol que junto algún dolor leve son una absoluta bendición. Me transportan por instantes a tantos otros momentos vividos anteriormente. Joder, me siento bien, me siento muy bien. Es tan básico que me parece hasta obsceno: el puto fútbol me hace feliz. Y no tiene precio, no tiene precio volver de una lesión y llegar al vestuario y sentir el cariño, camaradería y complicidad de un equipo que te hace sentir tan bien...tan bien que hasta te planteas volverte a lesionar para poder volver más veces. Y la cosa no se queda ahí. Luego viene el FÚTBOL, el puto FÚTBOL en mayúsculas. Me faltó el tercer tiempo, pero ya me dijo el médico que hay que ir poco a poco. Gracias SALLEMA!”

Estas son las palabras que escribí en el móvil el domingo por la noche, aprovecho esta ocasión para matizar algo que es muy importante y que no quedó completamente presente en el texto: “Luego viene el FÚTBOL con tus amigos, el puto FÚTBOL en mayúsculas”, porque sinceramente, el que estas experiencias sean compartidas con las personas que más te importan, eleva a los altares del Olimpo lo que en informática llamaríamos “La experiencia del usuario”.


28 de abril de 2016, Antela Parada, minuto 20 de la segunda parte. 
Salto por la disputa de un balón y noto un chasquido fuerte en el gemelo izquierdo con dolor que dirían los médicos “moderado” (moderado, no te jode!). En ese preciso instante me encomiendo sin mucho cariño a la familia más cercana del delantero con el que disputaba el cuero por darme semejante patada.

Caigo al suelo y mientras me retuerzo veo “al capi” que me mira con ese inimitable gesto que sólo sabe hacer él, para indicarme que el delantero “no me ha tocado”.

Así fue como, cuando, y donde, me rompí el tendón de Aquiles, allí en la zona donde se une con el gastrocnemius (para más señas podéis ver la resonancia donde se ve la pierna buena y la mala). Tras estar de médicos varios y contando con diversas opiniones, finalmente con la ayuda de dos buenos amigos (Maki y Paco), y tras hacer un máster online de casos similares, decidí no entrar en quirófano.


  

4 de febrero de 2017, Polideportivo Navarra, 18:30h
Sin el permiso del médico “oficial”, (ni por supuesto de familia, mujer, hijos ni cura) me presento voluntario a filas por la cantidad de bajas de nuestro ejército para luchar en una contienda clave contra uno de los rivales que ocupan nuestra oscura y profunda zona de la tabla.

Hay que destacar que el entorno es idóneo para la vuelta de una lesión, somos pocos, llueve, hace frío, y qué decir del viento… si hasta se están suspendiendo partidos de liga oficial!!.

Bueno, no todo es tan malo, somos 12 y se rumorea que quizá lleguen refuerzos desde la retaguardia para la segunda mitad.

Lo primero, al llegar a las trincheras, fue la calidez de la sincera bienvenida de los compañeros, un absoluto lujo, como he comentado antes.

Calentamos y comenzó el partido. Peleamos con bastante poca intensidad contra un rival que nos generó pocas ocasiones, pero que lo hizo con bastante efectividad. A una internada por la derecha, con una buena pared, y algo de fortuna, llegan a nuestra área y marcan prácticamente en su primera jugada de peligro. Nosotros entre tanto tuvimos alguna oportunidad, pero la dejamos escapar. Tras un fallo en un pase en la salida del balón y un disparo extraordinario del delantero rival llegó el segundo gol… el tipo le pegó de lujo desde fuera del área, balón que tocó palo y gol…. acongojante y acojonante, a partes iguales.

Entre medias destacar que anularon un gol en contra por fuera de juego, y que hubo algunos gritos fruto del poco y mal juego desplegado. Yo mientras intentaba no pensar en si tenía dolor o sobrecarga en la pierna mala.

Bajo mi punto de vista teníamos dos problemas graves:
·         una clara falta intensidad
·         más presencia en el centro del campo, donde dominaban con claridad

A estos “problemillas” se sumó la lesión de nuestro Ronaldo o Messi particular, ese jugador capaz de marcar goles decisivos en partidos importantes, ese jugador que en ocasiones inventa regates o remates geniales, y que como si de un buen boxeador se tratara, cuando parece que está casi noqueado, resurge como el ave fénix y marca la diferencia, aunque sea en el tiempo de descuento. Debió molestarle la rotura muscular porque hay que admitir que es de las pocas veces que recuerdo que haya pedido el cambio por sí mismo. Tanto fue así que nuestro 12º hombre no estaba en el banquillo… había desaparecido como desaparecen los calcetines de mi cajón. Mientras el fútbol seguía nuestro 12º hombre negociaba duramente con el Sr. Roca. Su absoluta liquidez creo que acabó convenciéndole para cerrar el trato y entrar al campo. Yo a esas alturas ya me veía haciendo una vuelta al fútbol muy progresiva, de tan solo 90 minutillos, ya sabéis, para ir poco a poco.

Acabó la primera parte 0-2 y la moral del equipo andaba un poco tocada. Charla motivadora y de análisis y autocrítica en el vestuario y cambios tácticos por parte de nuestro míster “El Capi”. Estos cambios tácticos se resumen fundamentalmente en reforzar el medio campo con Fabián, y mover posiciones también en la delantera y defensa. Los cambios tácticos y de actitud (mucho más empuje) se tradujeron en múltiples ocasiones que finalmente se cristalizaron en un buen gol de Erik (1-2). Estábamos tan a tope que acabamos marcando un segundo gol (2-2), y cuando mejor pintaba el partido, en una mala cesión mía al culedechamberí, forcé su salida, y su posterior mano fuera del área para evitar un gol. Esta mano supuso su expulsión (roja directa) y nos quedamos 10 y sin portero “oficial”. Nacho, castigado por su esfuerzo físico en la banda, y con nuestro agradecimiento, asumió la responsabilidad de ocupar la portería.

El culedechamberí ejercería desde la banda de entrenador, animando y posicionando al equipo, agitando los brazos y haciendo aspavientos, y negando con la cabeza cuando alguna decisión arbitral le sacaba de sus casillas. El partido seguía, e incluso con uno menos estábamos apretando, pero el partido se estaba volviendo loco... y en una de las que tuvieron marcaron otro gol de los que normalmente no entran… punterazo desesperado…sin mucho ángulo… y golazo por toda la escuadra.

En ese momento (2-3) faltaban 7 minutos y medio, y el rival saboreaba ya la victoria. SALLEMA estaba con 2 medio-lesionados (con pinchazos musculares) y estábamos todos con el depósito de gasolina en reserva. Yo a esas alturas ya no me acordaba de mi pierna mala (ni falta que hacía).

Foto de nuestro goleador y boxeador lesionados
Y ahora si os contase que el SALLEMA en esos 7 minutos y medio (más el descuento) con lesionados y un jugador menos.. fue capaz, no solo de empatar el partido, sino de ganarlo… pensaríais… si claro, tipo película hollywoodiense de los chavales jugando al béisbol…  Pues queridos lectores, así fue. Dos goles de Fabián, y uno de Asier (que por cierto hizo mucho daño con sus llegadas por la banda derecha) dejaron el partido cerrado en un 5-3 ante la completa incredulidad de los rivales ante tales acontecimientos.



Y esto, a grandes rasgos, fue el partido y mi vuelta progresiva al futbol. Fue un partido épico, de esos para guardar en la retina hasta el día que nos vayamos, un partido más de este maldito planeta fútbol que me hizo sentir feliz una vez más, y que conste, que no solo fue por el resultado.

¡Gracias SALLEMA!


Ilustración de: “el puto fútbol me hace feliz”


Además de la victoria, abandonar defintivamente el farolillo rojo al final de la primera vuelta y la reaparición de Yago, el Campeonato ha decidido indultarme y no sancionar al Culé de Chamberí, por lo que este domingo, a las 11.00 en nuestro campo favorito, empezaremos la segunda vuelta con renovadas esperanzas de permanencia.


4 comentarios:

  1. GRANDEEEEEEE!!! Qué cojones!!! El Domingo me llevo la ropa!!! (A lo Superman!!) ;-)

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  2. Bravo bravo!!!
    Una pena que este domingo no coincidamos en el campo. Pero será un placer volver a compartir balón contigo en breve!!

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    1. Lo mismo digo, compartiremos campo y balón dentro de muy poco, todo un honor y privilegio para mi!

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  3. Vamooooos, este finde espero que presionéis bien la salida del balón ;)!

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