lunes, 13 de febrero de 2017

Jornada 22. Alavés-Barça. Juego de posición y de transiciones funcionando a pleno rendimiento.

Tras la espeluznante exhibición de incapacidad del pasado martes ante el Atlético, en la que tan solo se puede salvar el resultado y la consiguiente clasificación para una nueva final, el Barça se presentaba en Mendizorroza en lo que podía considerarse un ensayo general de la final de Copa contra el Alavés.

Un Alavés, si bien es cierto, al que el esfuerzo de su semifinal del miércoles obligó a múltiples rotaciones en su once y al que la más que comprensible descompresión emocional tras alcanzar la final y el verse en una situación clasificatoria muy cómoda convirtió en un equipo mucho menos competitivo de lo que en teoría cabía esperar, y del que veremos con total certeza el día de la Final de Copa.

Como a peor ya era imposible que fuera el juego azulgrana, la mejoría se podía casi constatar como hecho, antes incluso de saltar al cesped. El Barça se presentó en Vitoria con un once mermado por las bajas en defensa, que obligó de nuevo a alinear a dos centrales zurdos. También entraron en el once los laterales en principio suplentes, con el indiscutiblemente imprescindible Busquets de nuevo comandando el centro del campo, y arriba con la terna de "angelitos" amenazando la portería de Pacheco.

El Alavés ya de por si más cómodo en el repliegue que en la presión, y seguramente mediatizado por el esfuerzo entre semana, al que está mucho menos acostumbrado que su rival del sábado, dibujó sobre el césped un repliegue bastante intensivo, con poca presión arriba, pese a la presencia de los dos centrales zurdos, que hacía vislumbrar curvas en las primeras fases de la salida de balón. Esta ausencia de presión, facilitó la rápida toma de altura del juego, adelantando la posición del equipo, desplegando a los laterales como salida a tres cuartos de campo, para desde allí comenzar una circulación de balón de lo más fluido de la temporada durante la primera parte.

Como segundo beneficio de esta toma de altura del juego, enseguida apreciamos la activación de la presión arriba del equipo, pues al estar correctamente colocado en zonas de tres cuartos de campo como consecuencia del juego de posición, cualquier pérdida originaba una presión rápida que habitualmente ocasionaba una recuperación en los primeros segundos para, o bien atacar los huecos al pillar al rival en salida, o bien reiniciar la jugada desde posiciones ya amenazantes. De hecho, el único momento de peligro del Alavés en toda la primera parte viene de un córner a favor del Barcelona, que acaba en mano a mano de Theo, al que Ter Stegen le baja magistralmente la persiana, reduciendo ángulos tras un toque levemente adelantado del joven francés.

Los goles cayeron como inevitable consecuencia del panorama que la animosa hinchada alevesista estaba contemplando. Suárez inauguraba el marcador tras una paciente, elaborada y fulminante en su parte final, jugada colectiva; y Neymar, tras un error del por lo general muy sobrio Pacheco, llevaba un 0-2 tan justo como difícilmente remontable visto el primer tiempo.

Aun así, el Alavés, que cambió a defensa de 5 en el descanso, tuvo, al arrancar el segundo tiempo, una buena ocasión para acortar distancias desde el siempre atacable flanco derecho de Aleix, tan afilado delante como comprometedor detrás (en sus cinco titularidades el central de su lado ha sido amonestado). Pero no fue más que un espejismo, porque el adelanto de lineas del Alavés dejó un panorama muy beneficioso para las rápidas transiciones barcelonistas, que suelen ser lideradas y finalizadas por posiblemente la delantera más letal de la historia del fútbol, y que con cierta facilidad aupó, en un cuarto de hora, a la media docena el marcador de Mendizorroza.

Al final, cuando todo eran buenas noticias para el Barcelona, asistimos a la grave lesión de Aleix Vidal, en una desproporcionada entrada de Theo Hernández, se mire por donde se mire. Por marcador, minuto, zona del campo, potencial beneficio de la entrada y por encima de todo, dureza. Juego brusco grave que el reglamento tipifica como tarjeta roja, pero que el filobarcelonista según mi amigo @gildrix, Clos Gómez, dejó en saque de puerta para el Barcelona. Cinco meses de baja.



Esperemos que este partido no sea un espejismo, y ante la inminente llegada este martes de los octavos de Champions, empecemos a ver una mejor versión del equipo, mezclando, según las necesidades del equipo y el desarrollo de los partidos, el juego posicional tradicional del Barcelona y las transiciones rápidas que tanto gustan a Luis Enrique y que los tres fenómenos de arriba subliman.

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5 comentarios:

  1. Juego brusco grave?? En serio lo dices?? Es mala suerte, pero no es ni siquiera tarjeta...creo yo....

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    1. No, Campeón, era una broma, ;-)
      Pega un salto de un par de metros, entrando a media altura rasante. Que toque el balón es una casualidad, que se cargue a Aleix, también, porque el componente de mala suerte siempre es decisivo en este tipo de lesiones.
      Para mi, es más roja, cada vez que la vuelvo a ver.
      Y repito es el minuto ochentaytantos, pierden 0-6, lo único que puede conseguir allí es un fuera de puerta para el Barça. Absolutamente fuera de lugar, se mire por donde se mire.

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    2. Entonces si vas 0-6 te tienes que dejar llevar y no luchar nada...?? Pues no estoy de acuerdo.....a lo mejor entró con todo, por vergüenza torera, y por demostrar que quería darlo todo.....

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  2. @culedechamberi
    ¿Qué te parece Pacheco? A la altura de las alabanzas que está recibiendo esta temporada?

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    1. Me gusta mucho. Muy sobrio, no se complica y resuelve fácil bastantes balones complicados. Además, le he visto una gran capacidad de liderazgo sobre la defensa.
      Para mi, uno de los porteros de la Liga hasta el momento, diría que un poco por debajo de Asenjo y a la altura de Diego López.

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