miércoles, 1 de marzo de 2017

Historias del Culé de Chamberí. Mi primer título. Copa del Rey de 1981. Barça-Sporting

Hacía unos meses que había tenido mi bautismo de fuego barcelonista en aquella tarde de sábado en el pueblo. Mis primeros pasos contraculturales en el barcelonismo, investidos de victoria no podían durar mucho tiempo, aunque yo, ingenuo y feliz, no lo sabía. Eran aquellos años del ¡Aquest any, sí! del agosto caluroso del Gamper, desmentido año sí y año también, más o menos llegado marzo, desde aquel lejano 1974. Eran casi ya 10 años de travesía del desierto liguera, que, por muy contracultural que yo fuera, no iban a mutar, así como así, con solo el advenimiento de servidor al barcelonismo militante.


Foto oficial de aquella final. De pie: Artola, Alexanko, Martínez, Zuviría,
Schuster y Olmo; agachados: Estella, Simonsen, Esteban, Quini y Ramos

Tras mis primeras victorias, y todavía invicto en mi barcelonismo, llegó el secuestro de Quini. Fue un domingo por la noche, tras haber marcado un doblete al Hércules en el Camp Nou, y una semana antes de que nos jugáramos gran parte de aquella Liga en el Manzanares. El equipo, que iba segundo y remontando, anímicamente abatido y desorientado, no volvió a ganar un partido durante su secuestro, y se descolgó definitivamente de la posibilidad de luchar la Liga.

Sin embargo, quedaba la Copa del Rey, que por entonces se jugaba en su fase final una vez terminada la Liga. El Barça, rearmado anímicamente, tras eliminar en octavos al Castilla, en cuartos al Rayo, y en semifinales al Athletic de Bilbao, se clasificaba para la final, que disputaría frente al entonces pujante Sporting de Gijón en el estadio Vicente Calderón de Madrid.


Banderín de la final de Copa del Rey de 1981

En aquella época, nosotros vivíamos en Valencia donde mi padre, el primigenio Culé de Chamberí, trabajaba en un despacho de abogados con un par de compañeros a los que yo llamaba tíos (el tío Antonio y el tío Bartolomé), junto a los que, un par de años antes, había peregrinado a Basilea a ver la final de la Recopa que originó el primer gran título europeo del barcelonismo en democracia. 

En estas que, el primigenio Culé de Chamberí, imagino que entusiasmado por mi incipiente afición futbolera y culé, se las arregló para conseguir entradas para el partido. Era una tarde de junio, y nos dirigimos al estadio de la ribera del Manzanares a ver mi primera final. Lo primero que recuerdo de aquel día es la marea de aficionados sportinguistas que coreaban una canción, largamente repetida con otros protagonistas después, pero que en mi mente quedará para siempre como "Arriba, arriba, Uria; arriba Uria ese balón, pasale a Mesa, pasale a Mesa, que Mesa centra y Ferrero mete gol".

Después recuerdo las escaleras de hormigón, que dejaban ver entre los escalones el río, salir del pasadizo que todavía existe hoy junto al córner, debajo del marcador, entonces ya electrónico, y ver por primera vez el campo, donde jugaban, antes que los mayores, la final de la Copa de Juveniles. Final disputada entre el Real Madrid y el Athletic en la que el árbitro concedió un gol a Michel que pasó por debajo de la red en su lateral, estropeada en el primer palo. Se montó una buena, entre el alborozo de ambas hinchadas que comenzaron a gritar a coro, el ya famoso "Así, así, así gana el Madrid" que el gran extremo argentino del Sporting Enzo Ferrero había acuñado un par de temporadas antes.


El partido fue muy emocionante (podéis verlo aquí), y recuerdo el partidazo del "boquerón" Esteban, culminado con un extraordinario tercer gol. Se adelantó el Barça, al filo del descanso, con gol de Quini. Empató el Sporting al comienzo de la segunda parte, pero enseguida Quini devolvió la ventaja al Barça, que después certificaría el Boquerón.

De todas formas, mi recuerdo más nítido es el del capitán azulgrana Olmo, levantando la Copa, vestido con la camiseta del equipo rival, el Sporting, y que fue portada de todos los periódicos al día siguiente. Llevaba apenas 5 meses de barcelonismo, y ya había vivido mi primer título. No era consciente del grado de contraculturalidad que estaba alcanzando. Y es que hasta el advenimiento de Cruyff como entrenador, lo de las temporadas con título, eran la excepción, no la regla, como disfrutamos ahora.


Olmo en la portada del dicen al día siguiente,
recogiendo la copa con la camiseta del Sporting

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1 comentario:

  1. Gran blog !!! Me daré a la tarea de leerlos todos. Mis respetos y admiración para el Culé de Chamberi.

    Saludos

    Daniel Arteaga.
    Aguascalientes, México, Planeta Tierra

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