miércoles, 18 de octubre de 2017

Jornada 8. Atlético-Barça. Paso adelante en un gran partido

Segunda visita del Barça a Madrid, y segunda vez que me pilla fuera. Si la de Getafe, andaba yo por Córdoba, esta vez, la visita al nuevo Metropolitano me cogió de festejos por los Pilares en tierras mañas, acogida toda la prole del Culé de Chamberí por la familia política, sector maño, y en concreto en la localidad de Cuarte de Huerva, la paridera de Aragón, una población a apenas 5 kilómetros de Zaragoza, llena de parejas jóvenes, y por lo tanto atestada de niños, entre ellos tres de mis sobrinos. Tras una intensa jornada en el Parque de Atracciones local, para goce de mis princesas, llegada la hora del partido, ya estaba servidor, cerveza local en mano (Ambar), sentado en un bar para poder disfrutar de este Atletico-Barça, la primera gran prueba para el Barcelona en Liga esta temporada.


Tras la lesión de Dembelé, el Barcelona de hoy en día, parece tener un 10 titular en vez de un once, ya que la posición que, en principio, parecía destinada para el joven fichaje francés, ha quedado abierta. Y con un buen número de opositores a la plaza: Deulofeu, Aleix Vidal, Denis Suárez, Sergi Roberto o André Gomes, el sorprendentemente elegido en esta ocasión. André, había gozado apenas de un par de ratos anteriormente, y se asomaba al nuevo y flamante Metropolitano para encarar el probablemente partido más complicado de lo que llevamos de temporada.

El comienzo de partido fue un aviso de Messi a los 30 segundos, que casi pone en franquía el partido, y unos primeros minutos bien controlados por el Barcelona ante el repliegue local. Sin embargo, en un par de minutos, y tras unas pérdidas en salida de balón de los azulgrana, el Atlético salió con todo su peligro e intención, asomándose en dos ocasiones al marco de Ter Stegen. Una vez más, el alemán respondió con nota a los envites, ambos de Griezzmann, una vez con la mano y otra con el pie izquierdos ambos. Enseguida el Barcelona volvió a controlar la situación, pero en la primera jugada mínimamente trenzada del equipo de Simeone, una descoordinación en la marca de Busquets, imperial por otra parte en el resto del partido, y una tardía salida de Piqué, éste sí en baja forma alarmante, dejaron armar el disparo con su supuesta pierna mala a Saul. Y el canterano atlético la depositó junto a la base del poste izquierdo, inalcanzable para Ter Stegen. El Atlético se encontraba con el escenario perfecto, igual a las dos últimas eliminaciones de Champions, 1-0 en casa, repliegue y a intentar matar en una contra.

De ahí al final de la primera parte, volvió el equipo azulgrana a llevar la iniciativa en el juego, ya sin más sobresaltos atrás de ahí al final del partido. Pero pese a que la circulación no era lenta, aunque tampoco centelleante, faltaba un punto de desborde, y solo algún pase incisivo vertical de Iniesta y las intervenciones de Messi, agitaban mínimamente los corazones atléticos, seguros en su estructura defensiva de ayudas constantes, y todavía a falta de estrenar estrenar los guantes de la última alternativa en la defensa del marcador, su extraordinario portero, Oblak, inédito en toda la primera parte, salvo en un tímido disparo de Iniesta.

Se llegó al descanso con el 1-0, y el diagnóstico del lado azulgrana era sencillo: faltaba profundidad y, sobre todo, desborde. No se había jugado mal en mi modesta opinión, sino más bien todo lo contrario, pero para pasar el examen que se presentaba en la noche madrileña no era suficiente lo plasmado en el primer tiempo, y más atendiendo al marcador adverso. La salida en la segunda parte fue algo más briosa y agresiva por parte azulgrana, pero se presumía ineficaz, a falta de una aparición definitiva de Messi, única intranquilidad para el Atlético. Y Valverde, una vez más, buscó y encontró soluciones en el banquillo con la entrada de un incisivo Deulofeu y del siempre notable Sergi Roberto.

Los dos canteranos desde el primer momento se apoderaron del carril derecho azulgrana, dando profundidad y desborde, justo lo que hacía falta para cambiar el rumbo negativo del partido. También el cansancio atlético colaboró en el cambio, pues empezaban a verse algunos resquicios en el hasta entonces impecable sistema de ayudas, lo que desembocó en las primeras ocasiones claras por parte de Suárez y Messi, incluida una falta al poste magistralmente lanzada por este último.

El juego se inclinaba cada vez más del lado azulgrana, con continuas llegadas a la frontal del área atlética, y poco a poco se iban filtrando ocasiones para el Barcelona, sin que en el otro lado del campo, Ter Stegen vislumbrara peligro ninguno para su marco. Entró también Paulinho, agitador nato de frontales ajenas y dolor de cabeza para centrales contrarios, como se vio en el gol del empate, haciendo dudar a Savic en el preciso pase de Sergi Roberto, y dejando de esta manera solo a Luis Suárez para que picara de manera magnífica el balón a las redes atléticas para el empate.

De ahí al final, el Barça, ambicioso, buscó los tres puntos ante un atlético que daba por bueno el empate. En el descuento, una falta a Messi en la frontal dio la oportunidad al Barça de ganar el partido, pero un muy seguro Oblak volvió a negar el gol del rosarino, y puso el sello a un empate en un muy buen partido, donde el Barcelona por el rival, el escenario y el desarrollo del partido, sacó un muy buen empate y dio un paso adelante muy cualitativo en la construcción del equipo que quiere Valverde.

En lo individual, Umtiti, imperial, volvió a cuajar un inmenso partido, tapando una noche más el mal momento de forma de Piqué, que esperemos pronto recupere el punto necesario para optar a los títulos. Sergi Roberto, esta vez de lateral, volvió a cuajar, asistencia al margen, unos muy buenos minutos, al igual que Deulofeu, valiente esta vez en encarar rivales para buscar las ventajas que el equipo necesitaba. Busquets sigue confirmando lo bien que le ha sentado la llegada de Valverde y lideró la presión azulgrana, por momentos tan agresiva como exitosa, en el último tercio de campo. Luis Suárez mejoró en la precisión de sus intervenciones, y por fin marcó un gol que valió puntos. Y por último, André Gomes, que desesperó durante todo el encuentro con sus intrascendentes aportaciones, pero recibió la confianza de Valverde al no ser cambiado y mejoró algo en los últimos minutos en el interior izquierdo, aunque todavía muy lejos de lo que se esperaba de su fichaje.

En definitiva, primera prueba de nivel superada con buena nota, especialmente en el juego. También en la aportación de soluciones desde el banquillo, circunstancia casi olvidada en los últimos años, donde la falta de recursos con los que cambiar el sino de un partido ha venido siendo quizás el gran punto débil del Barcelona, no sabemos bien si por falta de alternativas o por incapacidad desde el banquillo.

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1 comentario:

  1. Me encsnta cuando hablas de tus princesas y las tierras mañas. Le da un toque costumbrista y de estar por casa con ese graciejo del culé de chamberí que salpica luego tambien a tus descripciones futbolísticas que seguro habrían divertido al antiguo Matías Prats.

    Abrazos "culé"!

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