jueves, 22 de octubre de 2020

UCL 20-21. Barça-Ferencvaros. Plácido estreno para recuperar sensaciones pese a Piqué

Tras la debacle de Lisboa, todavía caliente en la cabeza de la apesadumbrada, por múltiples otras y posteriores cuestiones, masa culé, volvía la Liga de Campeones al Camp Nou. Y lo hacía ante un rival de esos que llevan mucho tiempo esperando escuchar el himno de la Champions. En 2014 tuve la suerte de trabajar en Budapest durante prácticamente todo el año, y allí conocí a un simpatico lugareño, Balint, con el que compartía numerosas horas a la semana pues me llevaba y me traía por el complicado tráfico de la capital húngara. Siempre me decía que su equipo, el Ferencvaros, histórico equipo de la ciudad, soñaba con volver alguna vez a la Champions, tras más de 10 años sin ganar la Liga, incluyendo un descenso por cuestiones financieras a mediados de la primera década del siglo. Su sueño, se hacía realidad el pasado martes en el mismísimo Camp Nou.

El equipo hungaro era una pieza propicia para recuperar sensaciones para el partido contra el Madrid del sábado, tras la insufrible visita al dentista que supone jugar contra el Getafe. Sin embargo, en los primeros minutos el Ferencvaros se aproximó con peligro a Neto, incluido un gol anulado por fuera de juego y un disparo que dejó temblando el marco de la portería blaugrana para el resto de la primera parte.

El Barça no encontraba su juego, falto una vez más del juego entrelíneas que impide la ausencia de interiores. Además, los delanteros no parecían especialmente inspirados al comienzo del encuentro. Pero llegó Messi, y mandó parar. Cogió un balón en la posición del interior derecho y empezó a sortear adversarios como si fueran banderas de un slalom de esquí hasta entrar en el área y ser claramente derribado. El mismo Messi se encargó de marcar el penalti y poner por delante al Barça. A partir de ahí, partido cuesta abajo, bajón húngaro y bastantes ocasiones que acabaron con el 2-0 marcado por Ansu tras espléndida asistencia de De Jong.

El segundo tiempo empezó por los mismos derroteros con un tercer gol del trío atacante jugando en horizontal dentro del área como si se tratase de la Francia del Rugby Champgne, con entrada de Messi, pase a Ansu que de tacón se la cede al ala izquierdo que ajustició al portero húngaro con el 3-0 que se presumía defintivo. Tiempo para descansos y rotaciones.

Sin embargo, una contra de los húngaros acabó con Piqué forcejeando con el delantero, y estirándole en demasía de la camiseta dentro del área, con el consecuente penalti y expulsión para el central, que denotó una falta de concentración impropia de un hombre de su experiencia, que se perderá el partido de Turín de la semana próxima. El penalti ponía un inquietante 3-1 en el marcador.

Tras unos minutos de inquietud, que no zozobra por la inocencia del rival, la entrada de Busquets convirtió la defensa agonísitica de los minutos anteriores en una posesión interminable del Barcelona. Y en la primera jugada de peligro, Dembélé, esta vez muy acertado, desbordó hasta la línea de fondo a la altura del área pequeña, para dar el pase de la muerte a un Pedri, que se estrenó como goleador con la camiseta azulgrana, el día de su debut en Champions. Nada mal para la revelación de la temporada, y una bendición que pienso disfrutar los próximos quince años.

Antes del final del partido, otro gran pase en profundidad de Pedri, lo recibió Messi, atrayendo contrarios, lo que liberó a Dembélé, que solo tras el pase del argentino definió con aplomo. 5-1, recuperación de sensaciones sobre todo por los extremos (Ansu, Trincao y Dembélé) y liderazgo de grupo para abordar la semana que viene la visita a Turín, y con anterioridad la visita del Madrid al Camp Nou, esta vez vacío y desangelado, todo lo contrario que hace 20 años, cuando Figo volvió vestido de blanco.

1 comentario:

  1. Acabo de ver este juego y puedo verlo ahora. Messi es la famosa estrella del Barcelona, es el héroe del club. Puede crear una gran riqueza y beneficios para Barcelona. El estreno de Plácido también fue muy emocionante. Este es un juego prolongado.

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