viernes, 30 de octubre de 2020

UCL 20-21. Juve-Barça. Pedri hace añicos la puerta

Agosto de 2005, un menudo juvenil argentino recién llegado de triunfar con su selección sub-20 en el Mundial se alinea como titular por primera vez en el Gamper con el Barça campeón de Liga que dirige Frank Rijkaard. Enfrente, la Juve de Fabio Capello un rocoso equipo que dominaba el campeonato italiano y colmado de jugadores que doce meses después serían campeones del mundo con Italia. Ese joven de 18 años recién cumplidos responde al nombre de Leo Messi, y se marca una exhibición extraterrestre que impacta a los 90.000 espectadores que acudieron al Camp Nou y deslumbra al veterano Capello que incluso se dice que le solicita a su ex-pupilo en el Milan, Rijkaard su cesión. Desde entonces, 15 años después, no ha salido de la titularidad con el equipo culé ofreciéndonos la época más gloriosa de la centenaria historia del club.

15 años y algunos meses después, otro juvenil, éste sin siquiera haber cumplido la mayoría de edad, se presentaba en el estadio de la Juve para la segunda jornada de la fase de grupos de la 2020-21, tras haber sido ya titular contra el Madrid unos días antes. Pedri González, con su enclenque figura, enloqueció al atlético internacional colombiano Cuadrado (viejo objetivo azulgrana), con su repertorio de giros, amagos, toques sutiles y cambios de ritmo. Se suele decir que un joven debe derribar la puerta del vestuario para hacerse con un puesto; pues bien, lo que hizo Pedri en el Juventus Stadium es directamente hacer añicos la puerta, demostrando un nivel y una naturalidad para jugar, absolutamente inédito para su edad. Algunas voces habían criticado su partido contra el Madrid, lastrado por su ubicación en la posición menos agradecida para este equipo, como ya había venido mostrando Griezmann, su ocupante hasta el pasado sábado, y el chaval respondió en Turín con una actuación que será recordada muchos años, como aquel Gamper de 2005.

Un Barça muy enchufado ya había rematado dos veces en el primer minuto, poste del desafortunado Griezmann incluído, y se hizo amo y señor del partido ya hasta el descuento, donde Messi de penalti sentenció definitivamente el partido. Koeman nos deleitó con una variante táctica inédita hasta el momento, con Sergi Roberto ejerciendo en salida y ataque como central derecho de una línea de tres en la que que Pedri interiorizaba para dejar a Alba volar libremente por el costado izquierdo, mientras un disciplinado e incisivo Dembelé tenía hectáreas en la derecha para desarbolar al flaco izquierdo de la defensa juventina desde el lado débil. En un cambio de juego de primeras de Messi, recibió el francés, para encarar y tras recorte y con la colaboración del toque en un defensa, incrustar su disparo de diestra en la escuadra del palo largo, inalcanzable para Szczesny.

Pese a los goles anulados a la Juve por la pulsión de Morata en caer en fuera de juego, el Barcelona dominaba a su antojo el partido, con un Messi muy participativo que desde la mediapunta acaudillaba el ataque azulgrana al que solo le faltaba un punto de acierto en el remate final para acabar de apuntillar a una Juve cuyo nivel individual fue bastante decepcionante, y con la ausencia de Cristiano como una losa que no fue capaz de levantar.

Tras la dolorosa derrota ante el Madrid, Koeman y su equipo devolvieron la ilusión al aficionado, en una temporada que por el estado preliminar del proyecto, tiene toda la pinta de ser una montaña rusa de subidas y bajadas que esperemos acaben en buen puerto, pero que al menos han sacudido la terrible monotonía que las últimas temporadas habían sumido al aficionado culé. De momento, en Champions, mientras vemos si crece el proyecto, una victoria la semana próxima en el Camp Nou ante el Dinamo de Kiev puede prácticamente certificar la clasificación para octavos de final. Es en Liga donde deberá apretar el equipo para no quedar descolgado antes de tiempo.

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