jueves, 15 de marzo de 2018

UCL. Octavos. Vuelta. Barça-Chelsea. Messi sella el pase ante un gran y desafortunado Chelsea

Allá por el mes de diciembre, cuando se conocen los cruces, y se intenta adivinar el escenario futuro que un par de meses después presentarán las eliminatorias, en una comida con un par de amigos, decidimos juntarnos para ver la vuelta de octavos del Barça-Chelsea. Así, cumpliendo con lo pactado, anoche tuve la oportunidad de ver el partido, en una de esas pantallas de ensueño en casa de mi amigo Gorka, gran delantero y mejor persona, quien con la inestimable colaboración de su mujer, Virginia, ejerció de extraordinario anfitrión para ver un partido que se presentaba a mi modo de ver más complejo de lo que el entorno vaticinaba.


Se presentaba el Chelsea en el Camp Nou a un gol de volvernos a aguar la fiesta, y con una inestimable alforja de resultados positivos pasados en el Camp Nou, como aquella semifinal de 2012 donde Torres acabó de descabellar las aspiraciones del Barça de Guardiola, en su última noche europea, de reeditar su triunfo en la máxima competición europea. Ante eso, el Barça oponía sus últimos 25 resultados en casa en competición europea, que lo clasificaban dado el 1-1 de la ida.

Valverde, contra todo pronóstico, daba la alternativa a Dembélé como decimoprimer hombre, en una alineación ofensiva y optimista con la que hacer pensar a Conte antes de repetir el partido de la ida. Sin embargo, el partido empezó con un Chelsea agazapado en un 5-4-1 en repliegue, pero que apenas duro 120 segundos. Los que tardó Messi en sacar las vergüenzas de Courtois, especialmente desafortunado ayer, al hacer el primer gol de la noche previo sonrojante caño, disparando sin ángulo con su pierna derecha.

Ahí cambió por completo el decorado. El Chelsea, se vio obligado a buscar el gol, y el Barça sorprendido por el gol más tempranero que se le recuerda a Messi, y cegado por la pronta ventaja, dejó la iniciativa a un Chelsea que durante un cuarto de hora se presentó en el penúltimo escalón antes de Ter Stegen con asiduidad y amenazando, con un Hazard y un William a gran nivel, dejando a Giroud la fijación de los centrales azulgranas, que por otra parte rayaron a un nivel sobresaliente toda la noche. El Barça no salía, era dominado, pero la primera vez que volvió a oler sangre Messi, le robó la cartera a su amigo Cesc (en uno de sus mejores partidos para el Barça, aunque fuera de blanco ayer), en tres toques se fue de dos defensas, atrayendo la atención de toda la defensa, y ayudado por el desmarque de Luis Suárez que arrastró al que le defendía, dejando unas preciosas hectáreas para la llegada en cabalgada del novedoso Dembélé, quien recibió del rosarino, se acomodó el balón, y soltó un latigazo seco al angulo derecho de la portería de un Courtois de nuevo batido.

De ahí en adelante, el Chelsea, en un destacable ejercicio de orgullo, intentó sin éxito volver a entrar en la eliminatoria con un gol, que el deslumbrante Marcos Alonso, rozó en varias ocasiones, palo incluído, pero que nunca consumó. Se llegó al descanso con 2-0, la eliminatoria muy encauzada pero cierta sensación que en cualquier momento el Chelsea podía complicar la noche azulgrana. La sensación continuó al inicio de la segunda parte, con el Chelsea amenzante, pero volvió a aparecer Messi en su versión de francotirador, como dice Ramón Besa en su siempre extraordinaria crónica, para ajusticiar definitivamente al Chelsea con un nuevo caño a Courtois, esta vez mucho menos culpable del gol, tras una jugada en la que sin saber cómo, se volvió a encontrar la Bestia Parda en ventaja por su extraordinaria lectura de las jugadas. Aún hasta el final, tuvo el Chelsea oportunidades para al menos encontrar un muy merecido gol del honor, pero la noche era de Messi, una vez más.

Lo peor del partido fue sin duda la lesión de Busquets, quien se ha confirmado sufre una fractura en el quinto dedo del pie, y le hace ser baja para los próximos partidos, y duda para la ida de los cuartos, cuyo rival conoceremos en el sorteo de mañana. Yo, como dije anoche en la radio, querría que el bombo nos deparara un Madrid-Barça. ¿Será que me va la marcha?

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