viernes, 21 de abril de 2017

Historias de Culé de Chamberí. Mi primer Madrid-Barça en el Bernabéu.

Era el otoño de 1982, allá por el mes de noviembre. Pese a mis enormes ganas de ir a ver el partido en directo al estadio, un horrible día en Madrid, con una intensa lluvia, incluso aguanieve por momentos, hizo que tuviera que conformarme con ver el partido por la televisión de casa de mis abuelos en la muy chamberilera calle Ponzano.


Una casa antigua en el centro de Madrid, con muchas habitaciones y salas, 7 creo recordar, que salían desde un interminable pasillo donde un par de años antes, en un partido en la cumbre con mi abuelo, había dejado al pobre hombre con la cadera muy tocada, tras una desafortunada caída. Allí vivían mis abuelos y la hermana de mi abuela Luisa, mi Tía Pilar, mi madrina, que regentaba una farmacia a pocos metros de casa en la misma calle Ponzano, tan en boga en la actualidad entre la juventud madrileña por sus bares y restaurantes.

El Barcelona, tras la debacle del final de la temporada anterior, donde echó por la borda una ventaja de 5 puntos a 6 partidos para el final, en los que fue incapaz de sumar una sola victoria más, había conseguido traer desde Argentina, a cambio de unos mil millones de las antiguas pesetas, récord absoluto en aquellos momentos, al que todos consideraban el mejor jugador del mundo, Diego Armando Maradona. El "Pelusa", con 21 años, aterrizaba en Barcelona para volver a traer el título de Liga, esquivo desde la primera temporada del Cruyff jugador en el equipo.

La llegada de Maradona obligó al Barça a prescindir de uno de sus jugadores más carismáticos, el danés Allan Simonsen, o Simonet como cariñosamente fue rebautizado por el maestro Puyal. En aquellos tiempos se limitaba a 2 el cupo de extranjeros, y aunque el Barça intentó aumentarlo, el resto de clubes lo vetaron. El polémico Schuster, por talento y edad, era imprescindible, por lo que el pequeño genio danés, ganador del Balón de Oro en 1977 cuando jugaba en el mejor Borussia Moenchengladbach de la historia, tuvo que emigrar a Inglaterra para jugar en el Charlton Athletic.




Además del astro argentino, habían llegado del Atlético de Madrid, Julio Alberto y el pichón Marcos; de la Real Sociedad campeona de Liga, Perico Alonso, padre de Xabi; del Espanyol, Urbano, fichado tras su exhibición en el Camp Nou la temporada anterior; y del Zaragoza, Pichi Alonso, quien unos años más tarde tendría su noche de gloria en Europa frente al Goteborg. Un plantillón a las órdenes del aleman Udo Latekk, quien pese a perder la Liga de manera tan increíble, había conseguido mantenerse en el cargo gracias al triunfo en la Recopa en el Estadi ante el Standard de Lieja.

Con todo esto se presentaba el Barça en el Santiago Bernabéu, con una alineación como la que sigue: Artola en portería; Gerardo, Miguel, Alexanco y Manolo en defensa; Esteban, Schuster, Victor y Carrasco; con Maradona y Quini como hombres en punta. Enfrente el Madrid de Juanito y Santillana, con Metgod y Stielike como extranjeros, y poco más que ofrecer.
Plantilla del Barça en la temporada 1982-83

Aun así, el partido comenzó con dominio posicional del Madrid, hasta que en una contra, excepcionalmente llevada por Maradona, dejaba con un pase en profundidad solo al Boquerón Esteban, que rompiendo el fuera de juego, driblaba fácilmente a Agustin, y marcaba a puerta vacía. Llevaban un cuarto de hora, y el resto de primera parte se intensificó el dominio madridista, pero falto de claridad, apenas amenazaba a Peio Artola, mientras que Maradona, en un par de latigazos, puso en muchos aprietos a Agustín. Un campo cada vez más embarrado, en penosas condiciones, facilitó el trabajo defensivo blaugrana con un Alexanco y Migueli pletóricos que, apoyados por Schuster, despejaban todos los balones colgados por un Madrid falto de ideas.

La segunda parte anduvo por los mismos derroteros, y el Madrid llegaba más, pero igual de inocuo, hasta que en una falta, Juanito obligó a Artola a realizar una gran parada. La única. Anteriormente, un jugadón de Maradona, acabó con un pase de la muerte a Quini, quien remató a bocajarro para que Agustín hiciera una parada antológica. Al final, a pocos minutos del final, otra contra llevada por el astro argentino, dejaba de nuevo a Quini, mano a mano con Agustín, quien a media salida, era batido con habilidad por el Brujo con una vaselina perfecta. Era el 0-2, y la victoria volaba a Barcelona, donde a esas alturas se veían con posibilidad de ganar por fin la Liga.

Sin embargo, unos días más tarde, tras vencer a la Real Sociedad en casa 1-0, con gol precisamente de Maradona, se le detectó una hepatitis al astro argentino que le mantuvo fuera de los terrenos hasta marzo, lo que lastró al equipo y lo dejó un año más sin el ansiado titulo. Su retorno coincidió con el debut de Menotti, quien tras la destitución de Udo Lattek, tras perder 0-2 con el Racing en el Camp Nou, se hizo cargo del equipo.

Es el primer partido del Barça en Madrid que recuerdo, e increiblemente seguía con ese punto contracultural en una época como fue el primer nuñismo, que tan pocas alegrías nos dio a los aficionados culés. Quizás por tan escasas, son las que más brillan en mi recuerdo infantil. También fue la presentación de Maradona en Madrid, pues un mes antes no había podido jugar en el Manzanares lesionado; y dejó una magníifica impresión con media docena de intervenciones magistrales y decisivas que decantaron la balanza del lado azulgrana. Siempre me ha quedado la duda de si el Barça ganador se podía haber adelantado unos años de haber sabido gestionar la presencia de dos genios tan polémicos pero grandiosos como Schuster y Maradona, que además, congeniaron desde el primer día.

Si queréis ver el partido, podéis hacerlo aquí en footballia.net, una web que todo amante del fútbol debería conocer y visitar asiduamente.

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