lunes, 11 de junio de 2018

Barça 2017-18 (4): El Mediocampo

Tras el indudable retroceso en el peso sobre el equipo que la era Luis Enrique ocasionó en el mediocampo azulgrana, otrora la piedra de roseta del modelo barcelonista; la llegada de Valverde fue vista por muchos, entre los que me encuentro, como una posible vuelta a los orígenes. Esa sensación se acentuó todavía más tras la espantada de Neymar que sellaba el certificado de defunción del tridente que tanto nos alejó del modelo.


Ya en pretemporada, con el brasileño todavía de azulgrana, se había apreciado un cambio relevante, con mayor pausa en la construcción, apoyado en los primeros indicios de mejora en la salida de balón. Una vez cogía altura en el juego y se asentaba en campo contrario, el equipo no parecía tan angustiado en tener que buscar a los de delante lo más rápido posible. De hecho, la inclusión en aquellos primeros partidos de Samper, parecía confirmar esa sensación.

El desastre de la Supercopa ante el Madrid, y la llegada de Paulinho y sus primeros goles, así como la lesión de Dembélé y la falta de alternativas en el extremo derecho ante las pobres prestaciones de Deulofeu y Aleix Vidal, convirtieron ese teórico extremo derecho, en un centrocampista más Ese 11º titular, que hasta la llegada de Coutinho, no estuvo claro. Paulinho (las más de las veces), André Gomes, Denis y hasta Sergi Roberto en alguna esporádica ocasión, fueron ese jugador por la derecha que era mucho más interior que extremo, tanto con balón, como sin él. También fue muy llamativa la asimetría del mediocampo por la diferencia de alturas de los interiores y de ese cuarto centrocampista en numerosos encuentros.

La segunda novedad fue la recuperación de la presión muy alta, como opción por defecto del equipo. La posición más centrada de Rakitic en derecha como consecuencia de ya no tener que compensar a Messi por derecha y también la mencionada ausencia de un extremo al uso, facilitó que Busquets pudiera empujar hacia adelante el equipo tras cualquier pérdida en los últimos 30 metros, con la seguridad de que sus espaldas estarían bien cubiertas por la disciplina táctica del croata y por la anticipación incluso en campo contrario de un Umtiti absolutamente imperial en aquellos primeros meses. Quizás la primera parte en Mestalla es el culmen de aquel Barça presionante.

Con el paso de los partidos, la sobrecarga que produjo la Copa en enero, y la falta de rendimiento de la segunda unidad en el mediocampo, se iban agotando las energías, sobre todo de un Busquets que siempre es el termómetro del equipo. Se pasó un bache en los meses de febrero y marzo, que parecían bien solventados, hasta que llegó la debacle de Roma, donde Nainggolan, De Rossi y compañía aniquilaron al mediocampo azulgrana para apuntillar el desastre romano.

Pese a cierto repunte en los últimos encuentros, final de copa incluida, veremos si, una vez asentado en el cargo, Valverde da una vuelta de tuerca más, imponiendo un juego de posición más ortodoxo, y tirando de cantera para aportar minutos de descanso a los teóricos titulares. Aleñá sobre todo, Oriol Busquets o Ferrán Sarsanedas están a la espera de que se les dé la alternativa en ese medio del campo en un Camp Nou que sueña con volver a dominar el futbol europeo, quien sabe si poblado de nuevo de canteranos.

Sergio Busquets: Notable

Sergio sigue siendo el termómetro del equipo. De hecho la temporada del equipo se puede indexar a la evolución de su rendimiento individual. La vuelta a una presión coordinada y continua por parte del equipo, y su cada vez más afinada sociedad con Messi en la frontal, hicieron de Busquets al comienzo de temporada, otra vez, el mejor mediocentro del mundo. El auxilio posicional que el nuevo papel de Rakitic ofrecía, le liberaba de responsabilidad en caso de no llegar a robar en la presión, y empujaba el equipo los 10-15 metros que le hacía tan inabordables. Con la acumulación de minutos, fue apagándose físicamente, la falta de alternativas le obligaba a seguir sumando minutos en todas las competiciones, lo que le hizo llegar al tramo decisivo de la temporada con la luz de reserva encendida. Aun así, su experiencia y conocimiento del juego solventaban la mayoría de los desafíos que se le presentaban a su castigado físico. Buscarle un suplente que le libere de minutos en el primer semestre de la temporada debe ser una prioridad para el club.


Ivan Rakitic: Sobresaliente

Dos razones han facilitado su explosión: la entrada en escena de un cuarto centrocampista por la derecha, y la nueva ubicación de Messi, al que durante la era Luis Enrique debió servir siempre de contrapeso y compensación posicional, alejándose por tanto del balón que como es evidente siempre gravitaba entorno al rosarino, alejando al croata de la atención del aficionado medio, pero cumpliendo una función necesaria, aunque sacrificada y poco vistosa. Su nueva posición, más centrada a la derecha de Sergio, le hizo mucho más partícipe del juego de ataque (doblando el número de intervenciones frente al año anterior), asomándole además con mayor asiduidad a la frontal del área donde aprovechar su llegada, apoyado en su gran disparo y buen juego aereo ofensivo. Muchos han descubierto a ese gran jugador que su disciplina táctica y generosidad había impedido que muchos apreciáramos. Y es que, no lo olvidemos, Rakitic llegó como el trescuartista estrella del Sevilla que ganó dos UEFA Europa League consecutivas. Su físico privilegiado le ha dado para aguantar a gran nivel hasta finales de temporada, y ahora se enfrenta a su segundo Mundial con Croacia en el mejor momento de su carrera.


Andrés Iniesta: Notable alto

Valverde le ha dosificado, pero de una manera diferente. Siempre titular, y cambiándolo sobre la hora de juego en la mayoría de partidos, lo que además ofrecía variantes con las que cambiar el rumbo de partidos que no se habían resuelto. Iniesta ha devuelto no menos de media docena de actuaciones sensacionales, coronadas por una memorable final de Copa elevándose sobre todo el resto de jugadores, en la que fue su última gran muestra de magisterio futbolístico con la camiseta del Barça. Su adiós a Japón, temprano a mi modo de ver, obliga a replantearse definitivamente el sistema de juego azulgrana, pues su heredero, Coutinho, no ha dado muestras de poder asumir el peso en el juego desde el interior que el machego ha tenido esta temporada. Algo más adelantado que en temporadas anteriores, ha vivido en la esquina izquierda del área contraria, liberando el carril a la velocidad y puntualidad de Alba, y siempre protegido por la agresividad de Umtiti en el sector izquierdo a su espalda. Parece evidente que le quedaba fútbol y gasolina para aportar mucho un año más, pero él no debe pensar lo mismo. Un pena.


Paulinho Bezerra: Aprobado

Fichaje controvertido por procedencia, perfil, precio y edad, se hizo un sitio a base de goles en el equipo. Fue habitualmente el 11º titular. Su impacto en el área contraria es innegable, pese a perder gas en la 2ª vuelta, donde apenas marcó. Fuera del área fue más un estorbo que otra cosa. Incapaz de integrarse en la circulación de balón, se pasó meses sin dar un balón en ventaja a un compañero. Los fans del fútbol de teletexto, justificaban con sus goles (salvo el de Getafe, absolutamente intrascendentes), su presencia en el once. Defensivamente, salvo a balón parado, tampoco aportó nada, al no llegar nunca a la ayuda a su lateral, pese a que siempre parecía que era Rakitic el que no llegaba. Un jugador que para no ser delantero, fuera del área contraria va decreciendo su aportación. Jugador de entreguerras, ha cumplido su papel, pese a perder fuerza con el paso de los partidos, al haber encadenado dos temporadas seguidas sin descanso, la de China y la actual. A ver si marca un par de goles en el Mundial con Brasil, y podemos hasta recuperar la inversión.


Denis Suárez: Aprobado

También protagonista junto a Paulinho con un gran gol de la remonatada en Getafe, pasó por varias fases de ostracismo, en las que Valverde incluso le dejaba fuera de las convocatorias. Su timidez en el juego le convirtió en intrascendente, pero es cierto que en los últimos meses, tras la debacle de Roma, fue capaz de ser revulsivo en algunos partidos, aportando su innegable calidad al servicio del equipo. Cuando fue titular, sin embargo, nunca dio la talla. Denis en una debilidad personal, por lo que le daría un año más para ver si es capaz de romper en el futbolista que estoy seguro lleva dentro. Su versatilidad también juega a su favor al poder ocupar bastantes posiciones en el medicampo y la delantera.




André Gomes: Suspenso

Su entrevista en la revista Panenka fue lo mejor de su temporada, con eso está todo dicho. Su valentía para afrontar públicamente sus miedos neutralizaron los pitos del Camp Nou, que no entiende cómo nunca aparece ese jugador elegante y dominador que se vio por momentos en Valencia. Sus carencias tácticas y técnicas, con mención especial a ese don de estar siempre mal perfilado, le han hecho un jugador que se ha ido difuminando en cuanto a presencia en el equipo. Valverde comenzó dándole bola, estilo Luis Enrique, pero poco a poco fue cayendo hasta ser una presencia meramente testimonial en el equipo. Su ausencia de la lista mundialista de Portugal, dificulta su salida a un precio mínimamente decente, pero no hay otra posibilidad que un cambio de aires tanto para el jugador como para el club.

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